Capítulo 25: Grimm

274 66 2
                                    

-que ojos tan raros tienes-le comentó Thomas su compañero en la nueva escuela, el chico le había hablado mientras hacían un trabajo en clase y en la hora del receso seguían juntos. Muchas veces le habían dicho lo de los ojos pero viniendo de él parecía todo un cumplido-en mi familia es una costumbre los ojos raros-ya lo había notado, los del chico eran muy azules y brillantes, también sus dos primos tenían los mismos ojos, Lucios y Antonio.

-¿son muchos en tu familia?

-sí, somos una familia muy grande-desde el momento que llegó al pueblo había escuchado nombrar a la familia Santos pero no había imaginado que conocería a alguno en su primer día de escuela-tengo muchos primos, tíos, a mi mamá y una hermana.

-¿y cómo es vivir con una gran familia?

-muy divertido, a veces hay problemas porque somos muchos y de carácter diferente pero somos unidos. Valoramos mucho la familia, y tenemos tradiciones.

-¿tradiciones?

-si.

-¿Cómo qué?

-los cumpleaños, para nosotros es todo un motivo de celebración, lo llamamos aniversario de vida.

-se escucha interesante-Bastian estaba evidentemente fascinado-¿hacen una gran fiesta y con muchos regalos?

-solo la parte de la fiesta. No damos regalos, sé que parece que no tiene sentido pero para nosotros sí, la vida es tan valiosa que no se debe obsequiar con algo material. Sé que parece raro pero imagino que todas las familias son diferentes a su manera, ¿no?

¿Cómo es la tuya? ¿Cuántos son en tu familia?

-aaa... solo somos mi tío y yo

Thomas intentó disimularlo pero Bastian notó que sentía compasión por él, fue la primera vez que deseo ser alguien más, pero no cualquiera, sino alguien como Thomas que tenía una gran familia y padres.

-te los presentaré a todos-dijo Thomas-se supone que no podemos llevar a nadie a la mansión pero tú les agradaras, solo te advierto que tengo una hermana menor, se llama Yera, se emociona mucho al conocer a gente nueva.

...

Bastian apartó un fuerte recuerdo que vino a su mente al escuchar a Abel.

-no... no es posible, yo... ¿Cómo lo sabes?

-porque Esther estaba embarazada cuando se fue. ella era una perdida al igual que tu cuando la conocí, vivió aquí por varios años, estábamos muy enamorado, siempre fue un poco rara en su comportamiento, a veces se aislaba pero jamás me pareció nada grave. Al comienzo no sabía que hacer o donde encontrarla hasta que me llegó algo que ella envió-se levantó de su asiento y comenzó a buscar en un librero con las cosas mal acomodadas, daba el aspecto de que todo el tiempo sacaba y metía cosas allí. Tomó un libro del cual sacó una nota y se la dio a Bastian.

Nació hace un mes, lo nombré Bastian por ti. Alcancé a ver sus ojos. Tenía unos hermosos ojos verdes como los tuyos, pero no duraron mucho tiempo abiertos, estaba enfermo y murió hace pocos días.

-Esther.

-¿Por qué mintió?-preguntó Bastian después de leer la breve epistolar.

-no lo sé, creí que decía la verdad, hasta el momento en que te vi cuando entraste por la puerta nunca pensé que pudo inventarlo-Abel pensó en todos los meses que duró llorando después de leer esa nota cuando él solo tenía diecinueve años-sé que es mucho para procesar en este momento, pero ella era tu madre, y yo soy tu padre.

La mansión SantosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora