=Desastre moral=

149 10 8
                                    

Narra Luffy.

—Luffy, ¿podemos hablar?— preguntó Ace asomando su cabeza por la puerta de la habitación.

—No.— contesté ahogando las palabras sobre mi almohada.

—De igual forma, hablaremos.— se adentró y tomó asiento en la litera de abajo.—¿Qué pasó?

—Nada.

—Sí pasó algo.— calló unos minutos, subió las escaleras y se acomodó a mi lado.—Te escucho.

—No estoy diciendo nada.

—Deberías.— suspiré cansado.

—Es una bobería. Besé a Hancock, y Nami me vio, y Zoro también. Nosotros terminamos, pero ella sigue insistiendo, y me siento vulnerable ante cualquier roce. Creo que quiero estar con Nami, así, como pareja, no por diversión, como siempre. Pero ella me acaba de aclarar sus pensamientos.

—¿Te ha dejado en la friendzone?— dijo apunto de estallar en risas, me levanté y golpeé su hombro molesto, y así me senté.

—No, baka. Cree que soy un mujeriego, que no soy capaz de amar y un iluso.

—¿Y te enteras por ella?— me acosté dándole nuevamente la espalda.

—No ayudas.

—Dile así mismo como me dijiste.

—¿Qué le voy a decir? Oh, mi única manera de desahogarme de mis desgracias es acostándome con chicas, y Hancock era una perfecta zorra y me daría ese gusto. Entiende que no es mi culpa, sino la de mi cuerpo de necesitar placer antes de encontrar tristeza.— le dije como si verdaderamente estuviera hablándole a Nami, claro, exagerando un poco.

—Tal vez.— carcajeó.—Ya, debes darle tiempo. Esto tampoco es fácil para ella.

—Es verdad, gracias.— lo abracé.

—Creo que debe salir, Sabo se va al viaje escolar en unos minutos, deberías despedirte.

—Yosh.

[•••]

—¡Sabo! ¡No te largues! ¡Quédate junto a mi!— dije siendo arrastrado por el suelo en un intento de sacarme de sus pies.

—¡Deja el juego, Luffy, me tengo que ir!— pateó mi cabeza varías veces.

—Noooooooo.— grité cuando consiguió escaparse, rápido corrió al auto donde lo esperaban Koala y otros compañeros de él.

—¡Adiós!

—¡Que te vaya bien, Sabo!— exclamó Makino agitando su mano.

—Mhmm...— Ace se cruzó de brazos mirando todavía a Sabo, fijé su mirada en él extrañado.

—¿Qué pasa, Ace?— pregunté claramente intrigado, éste se movió un poco incómodo.

—Presiento que algo no va bien aquí.— susurró dándose la vuelta y caminando hacia casa.

—¿Eh? ¡Espera un momento! ¿Qué quisiste decir con eso?— fui en busca suya.

Narra Nami.

Me encontraba escuchando música viendo el techo sin ninguna importancia. Mis labios se encontraban cantando la canción más sin embargo mi mente pensaba en otra cosa. ¿Por qué demonios me importa tanto que Luffy se haya besado con Hancock? Él lo había dicho, que no se acercara a mí ni a él, pero fue quién la besó. Y peor, le creí, perfecta tonta eres, gracias.

¡Nakamas...!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora