💐Kou y Tú💐 ×Solo Mía ×

💐Cap. 1💐

~Encuentro~

-Oye... Cerda...- me dijo Yuma poniendo su gran mano sobre mi cabeza.

-Ya te he repetido miles de veces que no me llames así, pero es inútil que siga insistiendo... ¿Qué quieres?

-Tenemos que hacer el trabajo de biología todavía. Es para pasado mañana. ¿Por qué no lo hacemos en mi casa y de paso te quedas a dormir?

-Por mí vale. Esta tarde me paso, ¿ok?

-De acuerdo. Te estaré esperando, cer-da -susurró esto último en mi oído.

-¡Qué pesado!- dije yo, molesta.

Yuma se dirigió hacia su clase y yo hacia la mía, que estaba en la otra punta del instituto. Si no me daba prisa, llegaría tarde. Iba corriendo por las escaleras sumida en mis pensamientos, cuando me choqué con alguien.

-Ups... Lo siento, ¿estás bien?- me disculpé yo, ayudando a la persona que había tirado.

-¡No me toques!- gritó el desconocido, levantándose solo y limpiando su chaqueta.

Era un chico muy guapo, que no pasaría de los 17 años. Su pelo rubio y despeinado tapaba uno de sus ojos azul cielo. Cuando se levantó, me di cuenta de que era bastante alto. Por la ropa que llevaba, pude deducir que era alguien famoso o algún alumno popular entre las demás chicas de por aquí.

-¿Esque no miras por dónde andas?- dijo poniéndose bien las mangas de su camisa blanca.

-Lo siento, iba distraída...

Nos quedamos en silencio un rato, pero era bastante incómodo ya que no apartaba sus ojos de mí. Como si me estuviera analizando. Cada parte de mi cuerpo se sometía a su intimidante mirada. Hasta que por fin consiguió romper el silencio y se despidió bajando las escaleras a toda velocidad.

-Bueno... ¡Nos vemos! Espero volver a encontrarme contigo- exclamó despidiéndose con la mano.

-Adiós...

Desde ese momento no pude concentrarme en clases. Aprovecharía que luego me encontraría con Yuma para contarle lo que había ocurrido. Se lo cuento todo, y él a mí. Así que le pediré consejo.

Las horas pasaron como eternidades y cuando salí del instituto, vi a lo lejos a Yuma, hablando con ese chico rubio de antes. ¿Serían amigos? En fin... Luego se lo preguntaré, aunque en mí se encendió inevitablemente la llama de la duda.