Capítulo 2

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Vi como se acercaba tanto a mí al punto de invadir mi espacio personal, pero no me iba a dejar intimidar por ese idiota. Sentía su aroma varonil y su calor corporal algo que me calentó por dentro y no tenía explicación para ello.
Sus ojos estaban clavados en mí, su mirada era dura y estaba segura como el infierno que me mataría si pudiese.

—Estás tentando al demonio pequeña diabla—sus palabras eran tan frías como un tempano de hielo pero algo dentro de mí le gustaba.

—Y tú no me provoques Cronos—levanté mi rostro con superioridad y algo en sus ojos me demostró diversión, deseo o burla, no sabía cual.

—¿Quién te crees que eres niñata?—me preguntó Tyler detrás de Cronos.

—Nadie ha pedido tu opinión Ty.- al escuchar a Cronos las ganas de burlarme eran enormes pero me detuvé— En cuánto a ti—se dió la vuelta señalandome con su dedo—Más vale que no vuelvas a provocar mi paciencia porqué no me consideró una persona pasiva—Sentía ganas de patearle su hermoso rostro porque yo era igual de desafiante que él pero detrás de mí alguien me haló del brazo.

—Vamos Samantha dejalo así—dijo Ash con nerviosismo mientras me alejaba de ellos.

—Idiota—le grité antes de marcharme haciéndole un gesto vulgar con mi dedo del medio y pudé ver como su mirada se oscurecía y sonreí victoriosa. Nunca me había gustado tanto sacar de las casillas a alguien. En el pasillo Ash me detuvó y me miró con pánico y tuvé pena por ella.

—¿Cómo se te ocurre hablarle así, eres loca o qué?!—Ash daba vueltas en el mismo sitio mientras sujetaba su cabello fuertemente.

—Él no me da miedo Ash y tampoco haré lo que ellos digan. Nunca le he permitido a alguien mandarme.

—Es que no sabes Sam—ella me miró con miedo, como si supiera algo que yo no.

—¿Qué ocultas Ash?—Su mirada se debatía entre contarme o no.

—Ellos pertenecen a un grupo llamado RILEX y se involucran en cosas—calló y miró a ambos lados del pasillo— Ilegales... como ventas de drogas, medicamentos ilegales, armas y son—Tartamudeo con lo siguiente que mencionó—Asesinos. Están en está universidad como camuflaje pero los rumores son esos y el chico al que te enfrentastes es el jefe de la organización, sus padres son los narcotraficantes más peligrosos.

No sabía que decir, estaba en blanco, pensé en salir de todo mi pasado pero el mismo siempre me perseguía.

—Aún así no me causa miedo—Y tan cierto que era.

—¿Tú escuchastes lo que te dije Sam? ¿O te salió por el otro oído?—sabía que debía dejarlo ahí y seguir como si nada pero algo de todo esto me atraía, era como una adicta en busca de su dósis.

—Te escuché Ash, tranquila lo dejaré aquí y trataré de ignorarlos—ella sonrió no muy convencida.

—Vamos tienes clase ahora.

Acomodé mi mochila en la espalda y me giré, encontrándome con esos ojos verdes tan fríos y supé que mi nueva vida no sería tan fácil ahora. Caminé al salón y me preparé para dos horas intensas de Literatura.

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La tarde había transcurrido lenta y eso me ponía de un humor insoportable. Salí de la universidad con Ash pero alguien nos detuvó en el estacionamiento, el chico al cuál había "salvado".

—Disculpa, quería darte las gracias por defenderme hace unas horas, estoy muy agradecido—Sus ojos marrones me observaban con agradecimiento. Observé su rostro, tenía muchas pecas y su cabello marrón estaba desordenado pero aún así lucía muy tierno.

Mi DiablaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora