Capítulo 24: "Surgiendo"

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El rubio la abrazó con su brazo enyesado y la mantuvo muy cerca de sí, mientras su otra mano, que se encontraba en la cintura de la peliazul, comenzaba a bajar. 

La chica suspiró entonces al sentir que la mano del rubio descendía peligrosamente y al escuchar éste suspiro el ojiazul volvió en sí, y se percató que había dejado que su deseo tomara posesión de su cuerpo. 

Se separaron un poco sin mirarse, ambos avergonzados. Entonces el rubio encendió la luz y ambos se mantuvieron con la mirada baja, y muy sonrojados. El chico le indicó que podía tomar un baño si lo deseaba y que él se vestiría como pudiese. Ella asintió y entró al baño.

Ya bajo el agua de la ducha, comenzó a pensar fríamente qué la había llevado a perder el control de sus acciones, pero más que en eso, se dedicó a pensar; ¿qué eran ella y Naruto? no lo sabía. Ninguno de los dos había manifestado lo que en realidad sentía por el otro. La verdad, es que ella sentía algo especial por él desde el primer momento en que lo conoció, y poco a poco ese sentimiento había ido madurando, y ahora se encontraba muy cercano al amor, pero, ¿qué había acerca del rubio? No tenía forma de saber lo que él sentía. ¿Será que habían malinterpretado su amistad? No, no podía ser. No sabía qué eran, pero si sabía lo que NO eran: "Amigos".

En la habitación, mientras él se vestía sus pensamientos no eran distintos a los de la chica. ¿Qué eran? ¿Qué sentía realmente? Lo único que sabía es que no quería que la dañaran, tampoco quería que fuese otro chico el dueño de sus labios, no, él quería ser el único, pero, ¿qué significaba este sentimiento? No pudo seguir pensando, había logrado ponerse la parte inferior del pijama mientras cavilaba, pero su brazo herido y su cuello se habían atorado en la parte superior, y su mano izquierda no era de mucha ayuda, evidentemente no podría solucionar el problema solo.

Muy oportunamente, en ese momento salió la chica del baño, vistiendo el pijama que días antes le había prestado Kushina, y entró en la habitación encontrándose al rubio con el torso semi desnudo y la cabeza atascada junto a su brazo en la polera del pijama. Soltó una leve risita y el ojiazul, al ser sorprendido, no pudo evitar sonrojarse, sintiendo algo de vergüenza por su torpeza.

Dulcemente la chica ofreció su ayuda al sonrojado joven y logró ponerle la parte superior de su pijama correctamente. Una vez zafó del todo su cabeza de la prenda que le oprimía se detuvo nuevamente a observar a la peliazul: lucía tan hermosa como antes, pero esta vez, tenía algo que la hacía deseable. No pudo evitar sentir como se elevaba su libido al verla pasearse naturalmente por la habitación mientras doblaba sus ropas, aquella prenda se ajustaba perfectamente a su figura fina y bien definida, al igual que la última vez no podía quitarle los ojos de encima, pero era distinto, porque no sólo lo atraía la vista, había algo, un sentimiento en su pecho, en su mente, que le hacía desearla. 

No supo cómo pasó, pero comenzó a sonrojarse a medida que los pensamientos hacia su compañera comenzaban a surgir.

Cuando ella terminó de ordenar sus cosas, notó la mirada fija del rubio y no pudo evitar sonrojarse. Estaba ordenando sus cosas para dormir en el piso, y escuchó un susurro del chico, demasiado bajo para llegar a sus oídos. 

"¿Qué dices Naruto-kun? Disculpa, pero no logré oírte..." – preguntó la chica en tono dulce que al ojiazul le pareció irresistiblemente tierna. 

Entonces tragó saliva, y desvió la vista hacia la ventana para evitar la mirada de la chica. 

"Dije...que por qué mejor no...duermes en la cama...no te dejaré dormir en el piso" – murmuró un poco más alto. 

La ojiperla respondió que por ningún motivo usaría ella la cama porque no iba a permitir que el durmiese en el piso en su estado, y para su sorpresa, el rubio sin devolverle aún la mirada, murmuró algo más alto – "Yo me...refería a que...los dos durmiésemos en la cama..." – y guardó silencio, entonces la miró a los ojos desde donde estaba. 

La chica enmudeció, ¿qué significaba tal petición? Luego, lo consideró un poco; el chico estaba malherido, recién hace un par de horas que había peleado brutalmente con el Uchiha y no se encontraba nada bien. Entonces se puso de pie y acompañó al rubio en la cama. 

"Voy a cuidarte..." – le dijo, y esta breve frase le hizo comprender al rubio que iba en serio, que ninguna posibilidad tendría esa noche, por muy tentado que estuviese. Para su sorpresa, apenas se había metido bajo las sábanas la joven se acomodó a su lado y lo abrazó fuertemente, refugiándolo en su pecho. Y fue así como se quedó dormido, soñando como un niño.

No muy lejos de allí, un chico de cabello castaño daba vueltas en la oscuridad de la noche. 

"Hoy tampoco llegó a dormir... ¿será ya el momento de hablar con Hiashi-sama?" – se preguntó a sí mismo, cuando una voz lo sacó de sus cavilaciones. 

"¿Otra vez esperando? De qué te preocupas, prácticamente, ella es tuya..." – le dijo en tono firme una pequeña castaña que apareció de entre las sombras, sorprendiéndolo. 

"Hanabi, no te apresures a los hechos, tampoco andes divulgando nada, recuerda que se mantiene y se mantendrá, como un secreto familiar hasta que el día indicado llegue..." – respondió el muchacho.

En la casa Uchiha, la pelirrosa que había conseguido vencer a sus contrincantes en la batalla por el pelinegro, lo asistía ahora en su cama, vendando su talón, pues Mikoto, madre del chico, le había facilitado los materiales que necesitaba para curarlo. 

"Por qué tenías que ser tú..." – murmuró el ojinegro, con un tono de voz bastante molesto. 

La pelirosa guardaba silencio, si bien no podía contener su emoción y sus ganas de saltarle encima al azabache, resistía a sus deseos lo más que podía pues quería que el chico apreciara su madurez. 

"Sasuke-kun, hay algo que quiero proponerte...pero debemos trabajar juntos en esto..." – le dijo, en tono serio la ojiverde. 

"No me gusta el trabajo en equipo, di lo que tengas que decir y vete" – respondió fríamente. 

"Creo que querrás cooperar conmigo si te digo que podrías tener a la Hyuga en tus brazos" – concluyó, dejando mudo al pelinegro...


~*Fin del capítulo 24*~

~*Fin del capítulo 24*~

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NaruHina "La melodía de nuestro amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora