Capítulo 73: "Ven conmigo"

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No lo entendía... Hinata debería odiarla, ¿no? 

Estaba sorprendida por la bondad de su corazón, así que, sintiendo la cálida presión del abrazo, estrechó a la peliazul con fuerza. 

"Hinata..." – sollozó, dejando las lágrimas correr libres por sus mejillas.

El rubio observaba la situación en silencio, pero sonrió enormemente. Su novia tenía el corazón lleno de bondad. 

La peliazul también dejó escapar un par de lágrimas. 

No comprendía aún el porqué de la presencia de la chica, pero al verla a los ojos, sintió que atravesaba un gran dolor y, que si se encontraba allí, no podía ser con malas intenciones. 

La pelirosa se separó de ella con lentitud, y apenas cruzó su mirada con la Hyuga, le tomó las manos con firmeza y hundió la cabeza entre los hombros, mirando hacia el piso. 

"Perdóname, Hinata... He sido muy mala... Contigo... Con Naruto... Con todos... Estoy tan arrepentida... Lamento todas las cosas que les hice, todo el daño que les causé... Tantos problemas que tuvieron por culpa de mis impulsivos actos... Espero que algún día puedan perdonarme..." – sollozó, sin soltar las manos de la peliazul, las que ahora se había llevado a la frente y sobre las cuales lloraba. 

Se dejó caer de rodillas ante ella, sin soltarle las manos. Cuando lo hizo, la manga de su polerón negro se levantó ligeramente y los rápidos ojos perlados de la joven, pudieron observar un trozo de tela sujeto a su muñeca. 

Parecía ser blanco pero... ¿Por qué estaba tan manchado de rojo? Como sí... ¡Ah! Claro, ahora lo entendía todo. Algo había sucedido, algo realmente importante debía haber sucedido si es que aquello era lo que ella creía. 

Se arrodilló junto a la pelirosa y le cubrió nuevamente la muñeca. 

"Sakura..." – murmuró despacio, mientras aún la oía sollozar – "Por favor...no llores... Ven conmigo, vamos a charlar un rato, ¿sí?" – le pidió, sosteniendo sus manos con ternura. 

La ojiverde seguía lamentándose, no entendía, no entendía absolutamente nada y el abrazo tan generoso que Hinata le había regalado sin ningún interés, había hecho que sus sentimientos reprimidos afloraran en ella. 

"No entiendo cómo es que no me odias... ¿Por qué...P-por qué no me odias? D-deberías hacerlo... Todos lo hacen" – tartamudeó, las lágrimas y la respiración entrecortada que le producía el llanto comenzaban a ahogarla. 

Pero entonces, una nueva calidez se apoderó de su cuerpo, y por unos segundos, se quedó muda, mientras sentía unos sedosos cabellos azulados rozarle la mejilla. 

"¿Cómo podría odiarte? Si a fin de cuentas, te estoy muy agradecida..." – le confesó mientras la abrazaba nuevamente. 

Los orbes verdosos se abrieron en sorpresa, mirando a la nada, aún sin comprender. 

Se volteó levemente hacia el rubio, que las observaba rascándose la nuca. Buscaba una mirada de odio en él pero... ¿Qué sucedía? Él también estaba sonriendo. Se le quedó mirando unos segundos, y el chico le dedicó una sonrisa de medio lado, junto a una mirada comprensiva y calmada. 

"¿Será que en verdad morí...y estoy soñando? ¿Estoy imaginando todo esto?" – se preguntaba, pero el dolor de su muñeca la devolvía a la realidad. 

Entonces, una frase la devolvió otra vez a la tierra. 

"Sakura, por favor ven conmigo" – le dijo la ojiperla, con mirada suplicante. 

NaruHina "La melodía de nuestro amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora