¡libertad!

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— Nosotros confiamos en ella y te aseguro que no dirá nada, si eso en algún momento llegara a pasar, nosotros asumiremos las consecuencias — le contesta Hide.

— ¡Apártate Aleja! déjala salir —le indica de una manera imponente David — pronto la volveremos a ver.

Al poner un pie fuera de esa casa, una felicidad inmensa vino de repente, salí de allí casi trotando, mientras una lágrima volvió a correr por mi mejilla, las chicos salieron justo después, Thomas abrió la puerta del auto y me hizo señas para que entrara, lo encendieron y nos fuimos. Mientras que nos alejábamos volteé a ver la casa desde lejos, no sé, pero por alguna razón siento que todavía no saldría de allí, ya que tendría que regresar en contra de mi voluntad, pero por ahora tratare de disfrutar y vivir al máximo, en todo el camino los chicos y yo no nos dirigimos ni una palabra el auto iba en completo silencio hasta llegar a casa. Al estacionar el auto, abrir rápidamente la puerta y salí hacia la casa, pero antes de poder llegar a la entrada los chicos me detuvieron, sujetándome por el brazo, yo me detuve y voltee a verlos.

—¿Qué pasa? ¿Por qué me detienen? — lo digo con un tono de voz un poco quebrado.

— Creo que deberías ducharte antes de que tu mamá te vea — baja su mirada hacia mi ropa.

Cuando bajo la mirada, veo que tengo la ropa toda ensangrentada y sucia, hasta mis brazos lo estaban.

— Tienen razón, no me había dado cuenta de eso.

— Vamos entremos por la puerta de atrás — dice Thomas haciendo señas con la cabeza.

— Si anda con él, nosotros entraremos por la parte de adelante, si llegamos ver a tu madre la distraeremos para que no te vea.

Sigo a Thomas hacia la parte de atrás de la casa, él entra primero para asegurarse de que no allá nadie en la casa, se asoma por la puerta y me hace señas.

— Parece que no hay nadie, todavía deben estar buscándote  habla de una forma muy cautelosa.

— Siento culpa por hacerle pasar todo esto a mi madre — lo digo en voz baja.

— No te sientas así, deberías subir a tu habitación antes de que tu madre regrese.

Camino por el pasillo hasta mi habitación, cierro la puerta y me deslizo por ella hasta llegar al piso, pongo la cabeza encima de las rodillas y lloro, soy una cobarde, golpeo el piso con mis manos empuñadas, después de desahogarme, me meto en la regadera, veo como el agua que cae desde mi cabeza arrastra toda la sangre que tenía pegada en mi piel. Me quedo media hora bajo la regadera tratando de que no solo quite la suciedad, si no tan bien mi memoria aunque sé que es algo completamente imposible. Salgo y me comienzo a vestir, escucho varias voces abajo, término rápido y camino hacia la sala, allí están 3 oficiales de policía, hablando con mi madre y el señor Robert, bajo lentamente las escaleras.

— ¡Mamá! — mi voz estaba quebrada porque estaba tratando de aguantar las lágrimas.

Se para estática al escuchar mi voz, gira su cabeza hacia donde estoy.

— ¡Hija! — corre abrazarme, me sujeta muy fuerte entre sus brazos y deja salir un mar de llantos — ¿A dónde habías ido?

— Lo siento mamá, no debí haber salido sin avisarte — bajo un poco la cabeza.

— ¿Estás bien? ¿No estás herida? — pregunta preocupada, poniendo sus manos en rostro.

— Sí, estoy bien — la abrazo.

Ella se dirige hacia los oficiales:

— Muchas gracias por su ayuda.

Los oficiales hacen llenar a mi madre unos papeles y se retiran, ella me mirada de forma aliviada y sonríe, pasa su mano sobre mi cabello y besala mi frente. Yo trato de hablar aun teniendo un nudo en la garganta, por no poderle decir lo que había sucedido

— Mamá, fui unos días a acampar en el bosque — le mentí, desde ahora eso es lo que tendría que hacer — creo que no me sentía bien emocionalmente — suspiro.

— No vuelvas hacer eso — se agacha y deja caer su cabeza sobre mis rodillas — no sé qué haría si algo te llegará a pasar.

— Lo se mamá, lo siento — paso mi mano por sus cabellos.

— Qué alegría que hayas regresado sana y salva — dice Robert con una sonrisa.

Buscaba con la mirada a los chicos por toda la sala.

— Y ¿Dónde están los chicos?

— Deben de andar buscándote, les avisaré que has regresado — lo dijo aliviado.

Mi madre y yo nos quedamos conservando por un rato, aunque mi cabeza en realidad estaba en otro lado, fingí frente a ella que todo estaba bien, ya le había causado muchos problemas, no quería que se empezara a preocupar de nuevo.

— Debes de estar cansada — pregunto de forma indirecta.

— La verdad si — admito.

Subimos a mi habitación y ella se acuesta justo al lado mío, empieza acariciar mi piel, haciéndome una leve cosquillas con sus uñas, que me permitieron dormirme al poco
tiempo...

¿Enamorada De Mis Hermanastros?[ #1]Where stories live. Discover now