Parte 39

85 10 0
                                    

-No puedo creer qué había pensado qué eras diferente.

-Creó qué has de tener la cabeza hueca para pensar eso.

Colgó, maldita sea joder. Le dí el celular Manuel mis lagrimas no paraban en salir.

-¿Dónde vive? quiero arreglar cosas de frente con ese imbecil.-pregunte mirando a Manuel.

-¿Qué fué lo qué pasó? pensé qué estaban bien.-dijo Sofía.

-Ese imbécil me va a escuchar.-dije mirando a Sofía, lo cuál ella se sorprendió al comentario.-¿Acaso eres sordo maldita sea? ¡Dime donde carajos lo encuentro!

-Puedo llevarte.-el estaba sorprendido al grado qué podría llegar

************

No importaba nada más qué hablar las cosas en claro, estaba furiosa. 

-Llegamos.-Manuel presiono el seguro de la puerta para qué abriera todas. Era una mansión bastante enorme y muy hermosa. Baje rápidamente camine hasta la puerta, cada vez qué me acercaba me ponía nerviosa no le dí importancia a mis nervios. Presione el botón del timbre de la puerta. Espera varios segundos.

-Hola, ¿qué se te ofrece?.-una mujer vestida de sirvienta abrió. 

-Quisiera a ver a Brandon.

-¿Cuál es su nombre? 

-________.-Ella asintió volvió a cerrar la puerta y espere unos minutos.

-¿No quieres bajarte? no se demoraría por qué te conocen.-hable harta

-No te desesperes, aparte solo me ofrecí en traerte.-rodé los ojos.

Demore unos par de minutos afuera, hasta que escuché como abrían la puerta.

-¿Se te ofrece algo?.-Brandon abrió sin más mínima expresión recargandose

Dios sabe como agarre fuerzas para qué pudiera empujarlo.

-Eres un maldito imbécil ¿lo sabías?.-lo miré, su rostro se torno tenso se sentó en uno de las grandes muebles qué adornaban la mansión. 

-Me lo has repetido millones de veces preciosa.-me miró de arriba hacía abajo, lamió sus labios.

-Maldita sea como fui tan estúpida en saber qué cambiarías, quería arreglar esto. La verdad ya no me interesa sí estas en ese jodido trabajo...  te necesito.-lo miré mis lagrimas empezaron a caer no podía resistir más lo amaba.

El se acerco a mí, me miró a los ojos y agarró mis manos.

-No sabes cuánto tiempo he esperado para que dijeras eso, por qué también te necesito.-el limpió la ultima lagrima que cayo.-Quiero estar contigo siempre.-hizo una pausa.-mi amor.

No sabía como reaccionar a esto, así qué lo abracé, lo abracé tan fuerte qué mi corazón y mi alma volvieron a estar bien. Lo necesitaba.

Salimos de aquella mansión. Manuel nos esperaba afuera recargado en su auto con Sofía de lado, al vernos ambos sonrieron. 

-Eres muy bipolar ______.-Manuel habló riendo. 

-Pensé qué teníamos qué ser nosotros los qué los juntaría.-Sofía me abrazó.

-Quisiera llevarte a un lugar.-Brandon habló.

-Nosotros nos retiramos, espero qué siga todo bien hermano.-Manuel habló abrazando a Brandon.  

-Suerte.-Sofía dijo levantando los dos dedos pulgares, reí.

Se marcharón.

****************

-Cierra los ojos.-hice lo qué me dijo, sentí como una pequeña tela cubría mis párpados. Me estremecí nunca me ha gustado que me tapen los ojos. 

-Tranquila.-al sentir sus brazos me tranquilice sabía qué iba a estar bien, por qué confiaba en él  a todo caso. 

Empecé a sentir en mis pies pequeñas ramas picudas, pare en seco.

-Brandon ¿dónde estamos?.-trate de quitarme la venda pero el me lo impidió.  

-Vamos ______, ¿confias en mi?.-pude sentir como su cabeza caía hacia mi hombro, sentía su respiración cerca de mi cuello. 

-Lo hago Brandon, solo qué...

-Eres muy curiosa.-él siguió caminando, haciendo que sus pasos se escucharán al pisar las ramas picudas. Sentí un gran bulto en mi trasero.

-Mierda Brandon, ¿no puedes ser un poco cursi?

-¿Por qué? supuse qué los ojos vendados, lo caballeroso que he sido sería algo cursi.-el rodeo sus brazos en mis hombros. 

-No pongas excusas, por lo menos no pegues eso a mi.

-¿De qué hablas?

-No te hagas el idiota.

-Dios santo ______, eres muy rara princesa.-el acaricio mi mejilla. 

-¿Soy rara? ¡Deja de pegar tu maldito pene en mi trasero!

-¿Era eso?-rió.-Pensé que te gustaba Alfredo.

-¿Alfredo?

-Sí, así se llama mi pene.

-Brandon madura por favor.-trate de agarrar su mano para seguir caminando ya que para mi era algo incomoda esta plática.

-¿Estás usando guantes?.-pregunté al sentir tela.

El rió. 

-¿Qué da tanta risa?

-Esa no es mi mano.-él llevó sus manos hacía mi cara.

-¿Qué es lo que estoy tocando?.-dije sonrojada quitando las manos rápidamente. 

-No importa, A mi ni mucho menos a Alfredo le molesta.-sonrió. 

Mierda. 

Sexo Con El Profesor MezaWhere stories live. Discover now