Capítulo 7

2.5K 251 1
                                    

Capítulo 7

El lunes y el martes, el día amaneció nublado y lloviendo. Por lo que tuve que quedarme en casa de Emily terminando de leer mi libro o ayudando a la madre de Emily en la cocina. Me había llamado la atención la gastronomía irlandesa y quería aprender un poco de ella.


— Es una lástima que ayer y hoy haya amanecido el día lloviendo...— me había expresado la madre de Emily. Mientras la ayudaba a picar unas cebollas.

— Por lo visto es algo normal en Irlanda...

— Sí, realmente, por lo que uno se acostumbra al ver el cambio de clima...— me miró con una sonrisa—. Ojala Matthew llegue pronto. Le invité a almorzar con nosotros. Él mejor que nadie puede hablarte sobre la forma como un granjero puede ver el cambio climático.

— ¿Matthew vendrá a almorzar?— expresé sorprendida, aunque no quise mostrar mi descontento. 

— Sí...Espero que Emily también llegue pronto. 

— Yo también lo espero...


<< ¿Acaso todo se habían confabulado en contra de mí?>>. Me dije y luego me quité esa idea de la cabeza. ¿Por qué no acababa por acostumbrarme a su presencia? Quizás conocía las razones. Durante una semana su mirada me había inquietado por completo. Odiaba sentirme observada por él. 

Ahora que me detengo, en este instante, recordándome ese ayer. Me digo a mí misma que si me hubiesen dicho tiempo atrás, antes de abordar aquel avión que me llevó a Dublín, que me encontraría ahora en esta circunstancias, juro que me hubiese reído. No por orgullosa o por engreída, sino simplemente que siendo en quien me había convertido, siendo tan fría como un témpano de hielo, jamás se me hubiese cruzado en la cabeza que mi vida cambiaría de esta manera tan drástica. Juro que me hubiese reído a carcajada, lo hubiese negado como visión futura. Pero no somos dueños del futuro, aunque elijamos nuestro propio destino. 


Realmente no hay manera cómo expresar el dolor que uno puede experimentar en un momento como éste. Es como si algo o alguien te desgarrara todo tu ser y te transformara de repente en un ser invisible ante los demás, un títere, un arlequín o un muñeco de trapo. 


Me he repetido tanto tiempo: "Las cosas siempre suceden por una razón"...Sin embargo, lo admito, a veces refuto o me opongo a ese dicho. ¿Quién puede entender a mi corazón?


El tiempo pasa lentamente, mientras las lágrimas bañan mis ojos. El hielo que había estado en mi corazón se ha descongelado. Y ahora lo inunda de dolor... Tengo miedo, mucho miedo. Miedo a que me odié por haberle ocultado esta verdad en secreto.


Mientras yo trataba alejarme. Mantenerlo en la distancia. No era la dueña del futuro que empezaba a escribir nuestras vidas. Aunque el destino lo escriba uno mismo. Pero hay cosas en la vida con la que es imposible luchar, el amor. El amor puede derrumbar cualquier barrera y derretir cualquier témpano de hielo. Y eso era lo que Irlanda me habría de enseñar a aprender.


— ¿Te gusta la lluvia?— me había dicho Matthew al detenerse detrás de mí, mientras yo me encontraba en la cocina, mirando aquella lluvia en la ventana.


Me giré algo disgustada, antes de hablar.


— Voy a empezar a creer que te gusta asustarme.

— Siento mucho si lo hice...

— No importa... Creo que tendré que acostumbrarme a eso...

— En verdad disculpa si te asuste... Te juro que no era mi intención. Vine a buscar un vaso de agua...Y te encontré aquí. Pensaba que habías subido a tu habitación.

— Había subido. Pero vine a tomar un poco de agua también.


No le había dicho que había subido a buscar aquel medicamento que me tomaba. No quería darle más explicaciones que esa.


— Pronto dejara de llover... Veras... 

— La verdad no me importa si deja de llover. Me encanta la lluvia. 

— Pensé que no. Pensé que te había entristecido que amaneciera lloviendo hoy también.

— Todavía tengo suficiente tiempo para seguir viendo las bellezas de Irlanda.

— ¿Te llegué a contar el origen del nombre de Galway?


Lo miré con cierta curiosidad. 


— No, que recuerde...

— Los cursos de agua de Galway reflejan todavía el eco de la historia y de los mitos de esta antigua ciudad. Se dice que su nombre se debe a Galvia, una princesa de la tribu Fir Bolg arrastrada por las olas. 

— Ok...— fingí desinterés—. No lo sabía.

— Irlanda suele ser un país de muchas historias y mitos... Y éste es un buen ejemplo.

— Interesante...

— Estaba pensando invitarte a Limerick...—soltó sin anestesia, cuando vio mis intenciones de marcharme. 

— ¿A Limerick?— me giré a verlo asombrada.

— Mañana tengo que ir a Limerick por cuestión de negocios... Pensé que te agradaría ir conmigo. Y así llevarte al castillo del Rey John. Es un castillo normados construido en 1200. Llego a ser la mayor ciudadela anglonormanda del oeste del país.


Lo mire a los ojos, intentado descubrir que se traía tras aquella invitación a la cual no se encontraba incluida Emily.


— No quiero incomodarte...Además, por lo que me estás diciendo, tienes que ir a Limerick por cuestión de negocios.

— Espera...— dijo al detenerme, al cruzarse en mi camino. Impidiéndome que saliera de la cocina—. No será ningún inconveniente que me acompañes... Además, solo será algo que no me quitara menos de una hora.

— No lo sé...

— Me encantaría que me acompañaras... Te dije que Irlanda tiene muchos lugares hermosos. Y quiero mostrártelos... 

— ¿Por qué? Si no he sido tan agradable contigo.

— ¿Por qué?— me miró con una mirada que podía decir más que las palabras mismas—. Porque me agradas... Y he visto, aunque no lo admitas, que te gusta Irlanda más de lo que puedan decir tus palabras...

— Me agrada que ames tu país... Pero yo no te contrate para que fueses mi guía turístico. Apenas te conozco...Y es absurdo que te sientas comprometido con mostrarme las bellezas de tu país. Gracias... Pero no creo que sea buena idea.

— ¿Por qué no? ¿Por qué no sería buena idea intentar al menos ser conocidos? ¿Por qué te ocultas en esa actitud tan fría y distante?

— Matthew, no quiero ser grosera contigo... Pero, no gracias. No está en mis planes dejar de ser quien soy.

— Un buen punto para permitirme conocerte y hacer que me conozcas. Quizás me muestres así que me equivoco. Creo que dentro de quien finges ser, hay alguien maravilloso...


Sin embargo, mi negativa fue más fuerte que mi deseo de aceptar esa invitación.


Me alejé de allí. Subí a mi habitación, excusándome con Emily, cuando me cruce con ella. Deseaba descansar un momento.

Sigo Pensando en Ti... Miss You (1er libro)Where stories live. Discover now