4. La Convivencia II

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. • La convivencia •.

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—No sé qué acaba de pasar... Pero creo que fue hermoso. —expresó muy bajito Denki hacia los otros dos que también se encontraban anonadados con la escena que ocurrió frente a sus ojos.

¿Ese era Bakugō sonrojado? ¿Era eso acaso posible? ¿En ese universo? ¿¿Era eso posible en cualquier mundo?? ¿O acaso sólo era la luz? ¿Algún reflejo?

Eso nunca lo sabrían.

Los tres jóvenes de esa cocina no estaban totalmente seguros de haber visto tal acontecimiento. Pero si aquello era real, habían presenciado un evento extraordinario.

Por unos minutos ninguno de los tres fue capaz de reaccionar. El rubio cenizo removida la carne maldiciendo por lo bajo y Todoroki tan sólo se había ido a sentar en su habitual lugar.

—Bien, bien. Sigamos trabajando. —dijo Kirishima saliendo de su trance al fin.

—Sí señores, el espectáculo termino, ya no hay nada que ver, vuelvan al trabajo. —le siguió Kaminari aplaudiendo para llamar la atención.

Sero se quejo un poco, y aún mirando muy mal disimuladamente a Bakugo y Todoroki (del uno al otro, y del uno al otro) hacía su labor distraído.

Bakugō apretaba tanto el cucharón, que no sería una sorpresa si este se partía. Y es que por primera vez, en toda su puta vida, Bakugō estaba en serio controlando aquella ira asesina y explosiva que muchas otras veces sólo salía. Por qué de verdad ya estaba muy harto de las constantes miradas indiscretas e intermitentes qué le lanzaban sus "amigos" mientras murmuraban entre ellos y chillaban como un grupo afeminado y adolescente.

Bakugō estaba molesto, sí, como nunca antes en su existencia, pero aparte de esa burbujeante ira qué sentía. También estaba jodidamente incómodo, con todo el numerito qué acababa de armar, y por otro lado, y para agregar, estaba el cretino de Todoroki sentado como si nada y mirándolo muy fijamente como estudiándolo. Como un niño inocente y curioso. Lo desquiciaba.

Oh sí, en cualquier otra situación o momento, ya habría volado la cocina entera.

Pero no, ahí estaba, ese feo sentimiento en su pecho, ese que no lo dejaba actuar como él era. Lo adormecía y confundía. Le hacía pensar en cosas repugnantes y escribir poemas.

GOOD TIMES [TodoBaku] BNHADove le storie prendono vita. Scoprilo ora