GOOD TIMES [TodoBaku] BNHA

26. Nunca entiendes

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. • Nunca entiendes •.

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Y en los peores momentos, llevas dentro un ángel negro, que nos hunde a los dos.

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—Tres minutos, tres minutos antes de que esto se acabe. Concéntrate Shōto, tienes que encontrar una salida. —se repetía el chico tratando de mantener la calma.

Pero era imposible.

Todoroki corría en medio de los escombros de aquel edificio que estaba en casi ruinas. Apenas podía ir rápido con dos cuerpos sobre su espalda. — ¡Bakugō! —grito buscando a su compañero por encima de todo el polvo blanco que le impedía ver más allá de un metro de distancia.

Ni siquiera podía oír nada. Sólo el eco las cosas cayendo y sus pasos golpeando el piso.

Su corazón golpeaba de forma frenética su pecho. Apenas podía con el peso extra con una pierna lesionada. Dos minutos... Se acababa el tiempo y no podía concentrarse. No encontraba al rubio, ni una salida ni absolutamente nada. Se sentían corriendo en círculos, en la nada y la desesperación cada vez lo invadía más.

Todo estaba saliendo mal. Quería golpearse en la cara por haber sido tan descuidado. ¿Dónde estaba Bakugō? No debió perderlo de vista. Ya hace media hora que no estaba a su lado, debió seguir con él, trabajar en equipo. Tal vez hacerle caso.

Que estúpido, que estúpido.

Ya era tarde para lamentarse. La situación era un desastre. El peor escenario se hacía real frente a él y no sabía cómo actuar ¿Qué debía hacer? ¿Qué era lo correcto? El miedo, la rabia y la impotencia nublaban su correcto juicio.

¿Así quería convertirse en un héroe profesional?

No era ni siquiera capaz de salvar a dos personas. De trabajar en equipo, de mantenerse junto a Bakugō. De protegerlo.

Que fracaso.

En medio de sus pensamientos, la señal de una pequeña luz filtrándose entre los escombros no pasó desapercibida. En una vuelta cerrada giro hacia la fuente de aquella luz de salvación sintiendo el aplastante peso de los dos cuerpos sobre él y su tobillo ser atravesado por una punzada de dolor. Los fragmentos del techo caían cada vez sobre el pasillo y apenas pudo usar su lado derecho para congelar la estructura cada vez más débil.