GOOD TIMES [TodoBaku] BNHA

20. En juego

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. • En Juego •.

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En la mañana siguiente, la habitación era apenas iluminada por la tenue luz que se colaba de las ventanas. Afuera se mantenía nublado, aunque había dejado de llover, el cielo seguía siendo gris y opaco.

Bakugō se levantó entre gruñidos y su usual malhumor de las mañanas. Pestañeo varias veces, acostumbrando sus ojos a la luz. Sentía el cuerpo adolorido y la garganta seca. Era lunes, y los lunes siempre eran una mierda. Pero justo aquel día se sentía peor que nunca. Agradeció que al menos tenía una licencia para justificar su falta a las clases de la mañana y se giró en la cama, decidido a volver a dormir. Ya que el cielo estaba nublado no podía definir exactamente la hora, podía ser aun temprano.

Se aferró a las sabanas y bostezo. Sentía que estaba olvidando algo, pero aun tenia sueño así que se aferró a su almohada y no le dio importancia. Aun así, el sentimiento persistía en su pecho, era algo importante.

¿Qué era?

De repente se sentó de golpe en la cama. Recordando recién lo que había pasado anoche, su corazón comenzó a latir fuerte y sus mejillas se tiñeron de un rojo intenso. Recordaba poco de la fiesta, tan sólo la fea entrada con los periodistas y la hora que estuvieron comiendo bocadillos. Después de eso tenía una gran laguna mental donde aparecía directamente en su habitación con Todoroki encima. Lo que sucedió después, sí que lo recordaba. Reviso a su costado, donde antes el bicolor estaba dormido. Ahora no había nadie.

Antes de que se levantara a buscarlo, la puerta se abrió dejando entrar a un desalineado Shōto, con una bandeja llena de fruta y dos jugos.

El rubio se le quedo viendo en la distancia, conflictuado. Todoroki le traía el desayuno a la cama, y dicha acción le parecía de lo más cursi y tonta. Pero no podía evitar sentirse un poco feliz. Tan solo un poco.

—Buenos días. —saludo Shōto dejando la bandeja a un lado. —Te ves fatal. —sonrió inclinándose a besar la mejilla del rubio.

Katsuki se encontraba en un shock diabético, navegando en el mar de azúcar que resultaban ser las atenciones que el bicolor tenia para él. Aun no podía decidir si eso le gustaba o no.

—Estás muy raro hoy. —tan solo comento tomando la fruta.

—Tus padres aun no llegaron. —respondió el bicolor, ignorando el anterior comentario.