#12 "Fear on fire"

1.5K 131 12
                                    

Ella caminó con desesperación hacia la habitación de Alec una vez que llegó al instituto. Su cabello se revolvió por lo rápido que iba pero no le importó en lo absoluto.

Abrió la puerta de su parabatai sin molestarse en tocar.

—¿Qué rayos... —Alec soltó.

Max buscó con la mirada al chico y una vez que lo encontró, se le abalanzó.

Él suspiró tratando de corresponder el abrazo. Max se aferró a su torso mientras escuchaba el latido de Alexander y esperó unos minutos para separarse.

—Tienes que escucharme —soltó histérica una vez que tomó asiento en la cama—, algo terrible me está sucediendo.

—Creo que lo he notado —respondió obvio con una sonrisa a medias.

—Hay más, Alec —él juntó sus cejas en confusión—. Estoy empezando a escuchar voces en mi cabeza, los animales están atacándome —murmuró señalando su muñeca cubierta con una venda—, estoy perdiendo el control de quedarme en pie y las pesadillas no terminan.

Respiró alterada rascando su brazo, Alec le miró sin saber qué aportar y ella continuó.

—Desde días atrás no puedo parar de pensar en esa maldita copa y ese sujeto de la revelación. Es como si—, como si tratase de controlarme.

—¿Qué revelación? —Alec se puso en cuclillas tomando su brazo izquierdo.

Con cuidado retiró la venda, observó con atención la herida y él suspiró cuando se dio cuenta de que era un poco grave.

—El día, ese día cuando volvimos de la ciudad de huesos, Stiles me ayudó en saber qué fue todo eso —informó haciendo una mueca cuando Alec puso de nuevo la venda en su lugar—, se tiene cuando algo se necesita, incluso cuando estás perdido.

—La copa mortal —mencionó Gideon comprendiendo—, es por ello que ninguna runa funcionó cuando Izzy trató de ayudar.

El nephilim tomó su mano en manera reconfortante, la acarició con suavidad para hacerle saber que estaría con ella.

—También hay riesgos —le miró pasando saliva—. Esa cosa quiere mi alma o había mencionado algo así.

—Me estás jodiendo —replicó exhalando.

—No lo hago. En serio dijo algo de mi alma, pero también me ayudó con un acertijo. La copa la escondió Jocelyn en un objeto que nos regaló a la familia... no sé si creer en eso.

—¿Has encontrado algo? —cuestionó Alec con intriga.

—No he buscado todavía —admitió un poco avergonzada—. Mira, no puedo recordar algo en concreto que haya sido un regalo, pero lo intentaré.

—Te ayudaré a buscar.

—¿Estás dispuesto a ir a mi casa? —un pequeño sonrojo apareció en el rostro de Max.

—No dejaré esto a la ligera, es cuestión de tiempo para que Valentine se entere. Te estaré esperando después de clases para empezar con la búsqueda —el chico apretó sus labios en una línea.

Max guardó un silencio después de asentir. Esta se relamió los labios mirando a Alexander y tragó saliva.

—¿Podrías guardar el secreto?

—La clave tiene que saberlo —él murmuró obvio—, así podremos detener a Valentine.

Ella hizo una mueca, tal vez hubiera seguido el consejo de la revelación. No confiar en nadie.

𝐒𝐡𝐚𝐝𝐨𝐰𝐡𝐮𝐧𝐭𝐞𝐫𝐬: 𝐂𝐢𝐭𝐲 𝐨𝐟 𝐁𝐫𝐨𝐤𝐞𝐧 𝐒𝐨𝐮𝐥𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora