Capítulo 4

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Capítulo 4

La mañana de Sofía resultó ser bastante amena, pero cerca de las 9 am su estómago comenzó a gruñir, no había desayunado antes de salir de la casa. Una parte de ella no quería regresar, resulta que estar afuera, tomar aire fresco, fue algo muy agradable, la compañía también lo era. Tal parece ser que Sebastián era un hombre muy amable, además de atractivo, y muy buen hablador. Por lo que tener que volver a la casa, en dónde lo único que se escuchaba era silencio, no parecía ser una gran opción.

Pero su estómago volvió a gruñir.

−Al parecer alguien tiene hambre. −le dijo Sebastián mientras la miraba con una mueca graciosa. Ambos estaban sentados en un tronco de un árbol caído.

−Sí, perdón, es que no desayuné nada antes de salir. Tendría que ir a la casa. −su mirada se tornó más oscura, la sonrisa que tenía en el rostro fue desapareciendo al pensar en que debería soportar a su tía en el desayuno.

− ¿Está todo bien? −preguntó él al darse cuenta del cambio.

−Sí sí, es solo... nada importante, unos pequeños problemas familiares. Ya sabes, lo normal. −en realidad, él no sabía, no tenía mucha familia y con los pocos que sí mantenía una buena relación.

−Está bien, yo debería volver al trabajo de todos modos. −Sofía asintió.

−Cierto, perdón, te estuve quitando el tiempo, seguro debes tener muchas cosas que hacer, perdón.

−No hay problema, me viene bien un descanso de vez en cuando. Pero ahora ya debo volver, mi padre me debe necesitar.

Ambos se miraron unos segundos, Sebastián fue quien tomó de nuevo la palabra.

−Cuando quieras puedes venir a ver a Blanca, y montarla si es lo que quieres. También puedes buscarme si necesitas algo mientras te quedes aquí, no tendré ningún inconveniente en ayudarte. −Sofía lo miró con una gran sonrisa que se mediaba entre agradecida y avergonzada.

−Gracias, eres muy amable conmigo. -lo miró a los ojos diciendo −. En serio, gracias. Es bueno tener con quien contar cuando llegas a un nuevo lugar.

− ¿Pero no has vivido aquí durante años?

=Si, pero hace tiempo que no vengo. Ahora se siente un lugar extraño, desconocido.

=Entiendo. Cuándo quieras entonces... aquí estoy, −abrió sus brazos señalando el sitio que se extendía alrededor de ellos−. O en mi casa, allí también puedes buscarme.

Sofía le volvió a agradecer y antes de que se levantara de su asiento, él le tomó una de sus manos y depositó en ella un pequeño beso.

−Ha sido lindo conocerte -le sonrió y ella correspondiendo su sonrisa, y estando un poco nerviosa por el pequeño gesto caballeroso de él, se levantó y comenzó a caminar hacia la casa. Antes de que Sebastián la perdiera de vista, ella giró la cabeza en dirección a él por última vez y siguió el camino.

Sebastián suspiró viéndola, pensaba que Sofía era una muchacha bastante agradable, modesta y humilde, a pesar de la familia de la que provenía, le había agradado. Sacudió su cabeza y se levantó de donde estaba sentado y se puso en marcha para buscar a su padre y comenzar de una vez por todas con su trabajo.

Al llegar a la casa, Sofi entró por la misma puerta por la que salió más temprano. No había nadie a la vista y se dirigió a su habitación, donde dejó su abrigo colgado en un perchero en una pared. Luego salió de nuevo al pasillo y avanzó en dirección al comedor. Allí fue recibida por silencio, la mesa estaba vacía y no había señal de su tía.

Noche En La Estancia #PGP2024Where stories live. Discover now