Capítulo 5

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Capítulo 5


Horas más tarde se encontraba leyendo sentada sobre un sofá, estaba dispuesta a adelantar su lectura de los textos que le dieron en el instituto de educación terciaria en el que estudiaba.

Pero no dejaba de quejarse, no llegaba a comprender muchos conceptos. Maldito, Freire, pensaba con cada minuto que pasaba. Su carrera le agradaba, pero los textos pedagógicos no la entusiasmaban, todo lo contrario, le complicaban la existencia y su cursada.

El ambiente de la casa en donde se encontraba no ayudaba a su concentración, no dejaba de sentirse tensa, la atmósfera se sentía como si estuviera en una película dramática de suspenso. Siempre se había sentido así, como si esa gran casa en el medio del campo ocultara muchos secretos.

Se rindió, aunque afirmó para sí misma que luego volvería a esa batalla que se llamaba estudiar.

Dejó las fotocopias que estaba leyendo sobre una mesita y se encaminó a la salida, agarró un abrigo antes de abrir la puerta y se lo colocó encima mientras la atravesaba.

Respiró el aire fresco y el viento provocó que su cabello danzara. 

Comenzó a caminar hasta los árboles que había frente a la casa en hileras, eran muchos, un pequeño bosquecito. Se adentró más y más, solo escuchaba el ruido que hacían sus pasos al pasar sobre ramas y hojas, había varios pozos que no se percibían muy bien y temía caerse y hacerse daño.

Entonces, buscó a su alrededor y tomó una rama de un árbol lo bastante gruesa y fuerte para tantear el terreno a medida que avanzaba, continuó varios minutos más hasta que el paisaje se aclaró. Había llegado a una parte donde los árboles rodeaban otra estructura.

Sonrío al saber perfectamente qué era.

Era una piscina completamente destruida por el paso de los años, incluso de ella salían pequeños árboles. Debió ser colocada allí muchos años atrás, nunca le preguntó a nadie por ella, pero había historias que la gente contaba y suponía que mínimo tendría 40 años.

En el gran terreno que rodeaba la mansión se encontraban otras estructuras abandonadas. Las cuales había explorado desde niña en secreto. Su tía no hubiera aprobado que anduviera ensuciándose y metiéndose por ahí. No por que se preocupara, sino porque no era lo correcto para una niña de su edad, y si le hubiera ocurrido algo, eso perjudicaría la reputación de su tía al ser la responsable de ella.

Sofía se acercó más y con cuidado se sentó sobre las escaleras que descendían hacia adentro.

Del bolsillo de su abrigo sacó su celular y unos auriculares que siempre guardaba y se los puso, conectó su música, que no eran más que canciones de Taylor Swift, y allí se quedó. Se recostó un poco mirando el cielo nublado.

Estaba tan concentrada en el movimiento de las nubes y en la canción que sonaba en ese momento, que no escuchó los pasos de alguien acercándose.

Solo despegó la vista del cielo gris cuando vio la silueta de alguien al lado de ella. Se sobresaltó un poco y se reincorporó en menos de un segundo.

Dirigió su mirada a quien había interrumpido su momento de paz y se sorprendió al ver a Sebastián parado allí con una pequeña sonrisa en el rostro.

Rápidamente se quitó los auriculares y pausó las canciones, para darle toda su atención al hombre que había conocido esa misma mañana y con quien había conversado como si se conocieran desde siempre. Se había sentido tan agusto con él.

Le sonrió.

=Hola. ¿Qué haces aquí? =le interrogó.

Él se rascó la cabeza en un gesto nervioso.

=Mmm, puede que suene mal, pero estaba algo cerca de la casa cuando te vi adentrándote en el monte. Me dio curiosidad saber qué ibas a hacer sola por aquí. Podría haber algún insecto o reptil que te hiciera daño =dijo atropelladamente. El pobre se había puesto nervioso, tal vez no había sido buena idea seguirla, a pesar de que lo preocupara, pero seguirla lo hacía quedar como un rarito.

Pero quedó medio atontado al escucharla reír.

=No te pongas nervioso, no pasa nada.

=Está bien, gracias =hizo un gesto un poco avergonzado.

=Desde niña vengo a este lugar cuando quiero estar sola. Sé que no es el lugar perfecto para estar y que podría ser peligroso, pero cuando era pequeña estar fuera de esa casa era lo que más quería y este lugar se convirtió en un pequeño refugio. =se expresó antes de que él creyera que era idiota por estar en ese sitio en el que, claramente, dadas las condiciones en las que se encontraba, podría accidentarse.

=No es muy acogedor, pero es algo, y es tranquilo. =terminó diciendo mordiendo un poco su labio.

=Entiendo. No conozco a tu familia, pero parece ser muy... seria. =ella le levantó una ceja.

= ¿Seria? ¿No tienes otros adjetivos?

=No me parece bien expresarme sobre mis jefes de otra forma... digo, en el pueblo hablan mucho de tu familia, de la estancia en general, pero, aun así, prefiero guardarme mis opiniones.

Sofi asintió con una pequeña sonrisa. Sabía que apenas lo conocía, pero le parecía una persona tan encantadora y honesta, noble.

Se dió cuenta de que él seguía parado y se corrió un poco al costado palmeando el suelo, indicándole que se sentara junto a ella. Él lo hizo y soltó una fuerte respiración al hacerlo.

Ella lo miró.

= ¿Qué dice la gente sobre la estancia, sobre este lugar? =él se pasó una mano por el cabello antes de mirarla.

=Muchas cosas, no creo que te sean agradables.

= ¿Dicen cosas malas?

=No malas, bueno, tal vez. Es que hay rumores, historias que giran en torno a la casa, el terreno. Luego dicen cómo ellas afectan a tu familia.

= ¿Hablas de la supuesta maldición? =él se volteó a mirarla sorprendido.

= ¿Lo sabes?

=Pues claro, una amiga de mi tía vino años atrás, aún era una niña en ese entonces, y esa mujer era tan arpía como Marisa. Se aseguró de contarme cada detalle para asustarme. No lo logró realmente. Solo se ganó una mirada aburrida de mi parte.

=Que mujer horrible, no la conozco pero por qué hacerle eso a un niño =Sofía se encogió de hombros y le sonrió para que no lo tomara muy enserio.

=Ya no importa, no la volví a ver. Ahora, por lo que sé hay varias versiones de la "maldición", cuéntame lo que sabes.

=No estoy muy seguro de eso...

= ¡Vamos! ¿O te da miedo? =lo empujó con el hombro juguetonamente.

=Okey, okey =se frotó las manos y la observó=. ¿Lista? aquí voy...

Y así empezó a narrarle lo que le habían contado sobre aquel lugar escalofriante. 

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¿Qué piensan hasta el momento?

-Virginia. 

Noche En La Estancia #PGP2024Where stories live. Discover now