»¿ESTÁS CONMIG(ay)O EN ESTO?

796 148 126
                                    

—No, la verdad es que no—contesté y me recosté en la cama. Ya era tarde y aún seguía hablando con Andy por teléfono.

Yo conozco un poco más porque estudio desde el año pasado en este país. Entonces, ya que mañana es feriado y no hay clases, ¿te gustaría salir a pasear un poco?

—Claro que sí. Entonces mañana quedamos por mensaje, ya tengo un poco de sueño.

Ojalá sueñes que eres la sirenita y te despiertes meado. Chao.

Tiré el celular en la cama y fui hasta donde estaba el clóset para buscar alguna otra cosa más cómoda para ponerme. Como no encontraba casi nada que me convenciera, me adentré un poco más en el clóset ya que este era algo grande.

—Oye, ¿qué haces en mi antiguo hogar?—escuché atrás mío.

Salí del clóset —qué frase tan irónica—, y me encontré a Vic, de nuevo, en mi habitación sin permiso.

—¿El clóset? Lo dudo, en tu situación. En tu vida—le respondí—. ¿Qué haces aquí? Ya me estaba por dormir.

—Bueno, querido Kellin, que mis padres sean homosexuales no quiere decir que en su momento no me escondí de mí mismo—se encogió de hombros—, o que no usaba ese lugar para llorar sin que nadie me viera.

—Qué triste historia, Victor, pero son las dos de la madrugada. Quiero dormir.

—Hoy no vas a dormir—me dijo. Al oír aquello mi mente automáticamente se puso en plan de buscar una ventana para tirarme.

Te lo puedo jurar.

Victor, de su bolsillo trasero sacó un celular y me lo mostró un momento. Bien, ¡bien!, no solo mis suposiciones de que quería violarme eran ciertas, ¡sino que además, quería grabarlo!

—No antes de que me des tu opinión sobre esto—agregó y con el celular prendido se acercó hasta mi cama y se sentó—. Acércate, por favor.

—¿Yo? ¿Sobre qué?—me acerqué también mientras, por la paz, apaciguaba mis pensamientos.

-—Sobre el tal Pete y lo que anda ocurriendo en la relación de mis padres. Tú haz visto y escuchado lo mismo que yo, así que podrás decirme algo. Además de que, le quité el teléfono a papá y como entré en pánico en la sala solo se me ocurrió venir aquí.

—¿Él te vio?

—Claro que no, están durmiendo así que para eso usé mis habilidades de ninja. Por eso te dije que entré en pánico.

—Ah, bueno. Veamos lo que hay, entonces.

Vic volvió a prender el teléfono y este mostró la pantalla de bloqueo y la opción de poner la contraseña. Creí que ya no podría hacer nada más hasta que, Victor luego de unos tres intentos, logró desbloquear el celular.

—Frankie666, siempre tan predecible—le habló a la pantalla y comenzó a deslizar su dedo por esta.

Entró a sus aplicaciones de mensajes y las leyó por un momento. Me resultaba raro hacerlo también, sentía que me entrometía demasiado.

—Las conversaciones están incompletas, borró algunos mensajes.

—¿Encontraste el nombre de Pete?

—No hay nadie con ese nombre por aquí.

—Puede estar con un apodo, o algo que se asemeje a ese nombre.

—¿Sweetheart?—preguntó señalando—. Es un nombre muy meloso, y no es el número de Gerard.

Esperé a que indagara el contacto, pero él tan solo se quedó mirando sin hacer nada. A lo mejor sentía miedo por lo que podría llegar a encontrar, supongo.

Es que sí, vivenciar situaciones así con tus padres es difícil. Bueno, cuando descubrí que padre se iría de casa tampoco la pasé tan lindo, pero no tenía el inicio de la realidad tan desarrollado. No podía agarrar un teléfono y examinarlo. No entendía. Solo era un niño.

Entendía a Vic, y no le deseaba aquél dolor.

—Yo... ¿Podrías verlo tú, por favor?—me preguntó extendiéndome el celular—. Siento molestarte, pero no puedo yo solo con esto...

—No hay problema—agarré el celular y comencé a mirar la actividad con el contacto—. Bueno, hay llamadas a las nueve y diez de la mañana de hoy, a las tres de la tarde ayer y a ver... hay un chat archivado.

Con algo de incomodidad, comencé a leer los mensajes. Bueno, tan solo diría que las sospechas eran ciertas. Los mensajes no variaban más que en encuentros para fines amorosos según el modo de tratarse que estaba leyendo. Frank, aparentemente, tenía a alguien más.

—¿Qué dice?

—Yo... creo que deberías dejar que tu papá se de cuenta solo.

—¿Cuál de los dos? ¿El que lo hace de su error o el engañado que lo es?
—Vic...

—¿Qué va a pasar si se separan? ¿Qué pasará con ellos, con nosotros? ¿Qué pasará conmigo? ¡No quiero que me vuelvan a dejar, no!

Llevó ambas manos a su cara con violencia y comenzó a llorar. Intentó reprimir sus sollozos, casi no pudo, estaba llorando muy fuerte.

Entonces me olvidé de quién era Vic, qué me molestaba de él, todo. Me vi ilustrado en él, algo más grande. Podía sentir, de alguna manera, su dolor.

Lo abracé, tenía una necesidad de que se tranquilizara. Era como acunar a mi yo pequeño.

—Shh, ya, Vic. No debes... hacer conclusiones. Ya...—le seguí diciendo—. ¿Alguna vez haz visto Cheaters?

—¿Quién no ha visto Cheaters?—me contestó aún en mi hombro.

—Podríamos hacer nuestra versión, investigar y no sé... No, es una mala idea.

—No—se reincorporó—. Es una muy buena idea. ¡Una excelente idea química!

—¿Idea química?

—Sí, ya sabes, por la química en las relaciones y eso. Qué genio eres, ¿estás conmigo en esto?

Suspiré. Mi madre tenía razón, siempre me metía en cosas raras.

—Sí, estoy contigo.

Lo siguiente a eso fue, probablemente, el abrazo más fuerte que recibí en la vida.

—Nunca había tenido un amigo así, qué genial—dijo, y se fue de mi habitación.

¿A pesar de todo Victor me consideraba un amigo?

________________________
quien encuentre a las dos bandas que escondí en el capítulo no sé... le dedico el siguiente (?

¿qué creen que pase? las estoy leyendo

La casa de los gays [Kellic/Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora