»M(g)A(y(L

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—¿Y esa sonrisa, Kellin?—preguntó Gerard al momento que corté el teléfono—. ¿Buenas noticias?

Asentí y me fui a sentar en la mesa de nuevo, sin poder borrarme la sonrisa de la cara. Literalmente era una nueva oportunidad que debía aprovechar.

—Pues, mi escuela no se salvó—comencé.

—Esa es una buena noticia—comentó Frank.

Ignoré el comentario y me dispuse a seguir, jamás podría entenderlo. Gerard lo miró formando un diminuto gesto de disgusto pero luego devolvió su atención a mí, apoyando su codo en la mesa y seguido su rostro en su palma.

—Por lo que seré transferido a otro instituto y podré seguir estudiando aquí.

—¡Qué alegría por ti, Kellin!—celebró Gerard—. ¿Y a qué instituto irás?

—Uh, no lo recuerdo muy bien ahora. Supongo que luego tendré que volver a llamar para verificarlo de nuevo.

—Bueno, sea cual sea los institutos en este estado son buenos.

Asentí nuevamente y me dispuse a comenzar a desayunar como el resto. Si algo había aprendido en esta casa era que, cuando había presente en frente un plato de comida no había diálogo que dure. Y no me molestaba a pesar de que en casa era todo lo contrario, al parecer la familia sabía disfrutar de la comida.

Victor cambió el canal y cuando se decidió por uno en el que estaban trasmitiendo una película de terror, me acomodé mejor en el sillón para verla también más cómodo. La película estaba algo comenzada, por lo que ya se podía ver a un tipo corriendo del estereotipado asesino con motosierra.

Miré a mi costado y me encontré al moreno apreciando la televisión con un gesto aburrido, probablemente no estando conforme con lo que veía. No es ninguna mentira el que las películas de terror de ahora no produzcan el mismo efecto que hace diez años, tal vez.

—¿No te gusta?—pregunté.

—Está aburrida. Pero no hay nada mejor que ver.

—Sí—contesté y volví la mirada delante. La escencia del fin del semana se notaba y tanto él como yo no teníamos nada que hacer. Bueno, yo tenía menos que hacer. En cambio Victor tenía una que otra tarea. Pero qué pereza, decía.

Para la segunda vez que me volteé Victor también me miraba y se acercaba, yo había quedado congelado. Entendiendo, más sin embargo sin saber qué hacer. Ya sabes, los dos mecanismos, huyes o te defiendes físicamente. La segunda, y no, no lo golpeé. Le correspondí el beso que me vino a dar.

Mis brazos accedieron a pasar por su cintura, y mi espalda aceptó recostarse en el sillón. No era nada pasado de tono, nos besábamos con calma y paciencia. Como si de por medio no existiera nada.

Y te puedo prometer que, mientras su boca imperaba la mía, no pensaba en absolutamente nada. Me dejaba llevar por la suave sensación de sus labios y de sus manos acariciándome. No tenía conocimiento, por un momento, de quién era ni dónde estaba ni con quién.

Hasta que se separó apenas un poco de mí y me miró con sus enormes ojos chocolate, me otorgó una de sus sonrisas y quedó así arriba de mí sin aplastarme. Como en pausa.

Victor me seguía mirando irradiando felicidad.

Y yo acababa de caer en mí mismo, entendiendo todo lo que hace segubdos no comprendía o no quería. Estaba con Victor, un hombre, acostado sobre mí en el sillón posicionado en la sala de una casa ajena.

Esto estaba mal. Mal. Porque lo pensaba, lo comprendía, lo pensaba...

Estaba por escapar de abajo de él y correr a mi habitación. Pero oímos unos pasos en la parte del hall que tanto a Victor como a mí nos hizo quedarnos más que quietos.

—¿Chicos? —era la voz de Gerard los ojos de Vic aumentaron de tamaño.

—Demonios, creí que ambos ya se habían ido—susurró el moreno.

Estaba por gritar, sin motivo alguno. Siempre que me ponía nervioso lo hacía, y esa no parecía ser la excepción. No podría evitarlo.
Al verme, Victor comenzó a besarme de nuevo como un aparente método de silenciamiento.
Funcionó. Aquello lo supe cuando oí la puerta de casa cerrarse. Entonces esta vez sí me levanté.

—Interesante—soltó Victor.

—¿Interesante, Victor? ¡Casi nos ven!

—Pero no lo hicieron, así que...—e intentó volver a acercarse.

Mal, está mal...

—Ya basta—lo separé de mí con mi mano—. Esto que haces... está mal.
El moreno rodó los ojos y se levantó con pesadez del sillón. Me sentía raro. No quería, pero de todos modos estaba consciente. Estaba confundido.

Mal... Kellin... mal.

—Bien—dijo él—. Pero tu entrepierna no aprueba tu pensamiento.

Y se fue. De nuevo.

Miré la zona y oh, ¡Demonios, de verdad no la aprobaba! ¿Desde cuándo mi cuerpo no apoyaba lo que me decía mi mente? ¿En qué se convertía mi vida si quería probar de nuevo?

¿Si tal vez no me daba asco?

Más tarde también me fui a mi habitación. Tenía que hablar con mi madre luego. Tenía qué.

Mal.

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Qué ondaaaaa bellxsssssss, tanto tiempo :'v no me odien ahre.

¿qué piensan sobre lo de mike? :( yo no sé, admiro a mike como músico y a ptv pero sinceramente no soy cercana a él ni se como es enteramente como persona por lo que no digo nada concretamente. Y en cuanto a la chica, una violacion es una fuerte acusacion y espero que no solo quiera atencion. Mike sabrá lo que hizo o no, y si el esta seguro todo va a salir mas que bien y se va a revelar la verdad.

Nada mas, esa es mi humilde opinion. Cada unx tendra la suya y me parece muy bien.

En fin, muchas gracias por leer y votar, no se imaginan lo feliz que me hacen

Y este cap se lo dedico a una bellaaaa lectora tyj0dun <3

La casa de los gays [Kellic/Frerard]Место, где живут истории. Откройте их для себя