La hija de Aizawa. (Todoroki y Tu)

Capitulo 8.- Declaración de guerra.

Estoy comiendo en la cafetería de la U.A junto a Bakugou y Mina. Aun no e hablado con Todoroki y ya han pasado varios días de eso.

—______ creo que ya deberías haber hablado con Todoroki-kun

—Es que no es fácil

—Como putas no va a ser fácil, sólo vas le dices: oye bastardo mitad porque mierda no te has disculpado conmigo

—Mmm tal vez no sea mala idea —Mientras coloco mi mano en mi mentón.

—¿En serio te lo estas pensando _______?

—¿Qué? ¿Lo de Bakugou? no, pero se me ocurrió otra cosa. Ya les contare después —salgo corriendo para hablar con Todoroki, lo veo caminando hacía el salón de clases así que lo alcanzó.

—¡Todoroki! —voltea a verme, se ve tan normal, como si el beso no hubiera pasado—. Eh, quería hablar sobre lo que paso el otro día

—¿Sobre el accidente del lunes?— No sé porque me molesta que lo llamé accidente. Joder, debe ser por culpa de éstos días

—Si, sobre el beso del lunes. Quería decirte... —antes de que pueda decir lo que tengo planeado, Todoroki me interrumpe.

—Solo fue un beso, no le tomes tanta importancia Aizawa —Me siento furiosa al escuchar lo que dice. Lo que me estuvo atormentado por varios días, a él no le importó... Eso significa que no le importó...

—¡Solo fue un beso! ¡SOLO UN BESO! —tomó a Todoroki por la camisa y lo acerco un poco a mí—. ¡Ese fue mi primer maldito beso idiota! —lo suelto arrojándolo hacía atrás.

—Con mayor razón deberías pensar que no paso —cuando Todoroki dice eso siento un gran dolor en mi pecho.

Me encuentro furiosa por lo que dice y sin pensar claramente le doy una bofetada.

—Eres un idiota Todoroki —salgo corriendo después de decirle eso.

Pov normal.

En los pasillos de la U.A. se puede ver a una pelinegra corriendo con el rostro hacía abajo, se detiene hasta que choca con alguien.

—Lo siento —dice la pelinegra para intentar reanudar su camino rápidamente, sin embargo es detenida por la persona con la que había chocado.

—¡Aizawa que mierda paso! —la pelinegra alza la mirada pues reconoció la voz de su explosivo amigo.

—Ba-¡Bakugou! —Ella se aferró a su pecho mientras aprieta la camisa del chico e intenta contener sus lágrimas.

El rubio no sabe cómo reaccionar, voltea a los lados para intentar darse una idea de que le pudo haber pasado a su amiga, entonces observa a un bicolor, que corría hacía ellos, detiene el paso al verlos.

Al verlo, Bakugou se da una idea de que pudo haber pasado, le dirige una mirada furiosa al bicolor, él cual hace lo mismo con el rubio, entonces él pasa su brazo izquierdo por los hombros de la pelinegra y observa como él bicolor se enfurece más y aprieta los puños para después irse por donde vino.