once

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Busan no era muy diferente a Daegu, si tenías en cuenta que ambas eran reservas en pleno corazón del bosque. Aún así, el aura era diferente. El aire se condensaba más en los pulmones y tus pies pesaban mientras avanzabas intentando memorizar docenas de rostros extraños que ahora formarían parte de tu vida.

La llegada a Busan fue tranquila. Demasiado tranquila. El primo de Jimin, Park Yun Jae y su manada, junto con el resto de la familia de Jimin habían abandonado la reserva sin ningún tipo de lucha. No sabías si estar feliz de que no hubiese confrontaciones o sospechar de aquella supuesta paz.

Toda la vitalidad que habías sentido el día anterior se había esfumado como vapor y ahora arrastrabas tu propio ser como un madre que arrastra a su hijo llorón al colegio.

En todo momento estuviste rodeada por Namjoon y Jin. Jimin también estaba ahí pero era difícil de saber cuando ninguno de los dos miraba al otro. Vuestro enojo persistía y era tangible, a juzgar por la forma en la que Jin os estaba fuminando con la mirada.

Después de una breve ronda por el lugar, escrutinados por las curiosas miradas de los lobos de Busan, vuestro guía decidió dejaros en una cabaña para descansar, Jin no tardó en aprovechar el pequeño rato de intimidad para sacar las armas.

—¿Qué mierda estais haciendo? —Dijo, apretando los diente como lo solía hacer cuando estaba enojado.

Jimin alzó una ceja desde el fondo de la cabaña, adonde se había retirado lejos de ti.

—Ehm...¿Descansar?

—Me refiero a vuestro comportamiento! ¿Habeis olvidado acaso el maldito plan? ¡Es que crean que estais casados, no recién divorciados y en plena pelea fiscal por quién se queda con los niños!

—Jin...déjalos, quizá sólo estén cansados... —Repuso Namjoon, intentando calmar a su compañero.

Pero obvimanete no sirvió para calmarte a ti.

—Eso es cierto— Dijiste, de repente—Estoy cansada...—Te cruzaste de brazos—...De Jimin.

—¿Disculpa? —Bufó el príncipe desde el otro lado.

—Oh, ya es muy tarde para tus disculpas, Park Jimin.

—¡Es una forma de hablar, no me estaba disculpando, estúpida!

—¿Habeis probado a tener sexo?—Dijo Jin.

Hubo un silencio sepulcral en la cabaña

—¡JIN! ¿QUÉ DIABL...?

A Namjoon se le escapó una risa entre dientes. Tu rostro estaba del color de un tomate. Jin se encogió de hombros, quitándole importancia.

—Tan sólo digo que es una forma de aliviar la tensión.

—No hables estupidec...

—Ewww—Jimin hizo una mueca de asco.

—¿Cómo que "ew"? ¿Acaso te has visto la cara antes de andar haciéndome ascos?

—Ehm...sí. E insito: ewwwww

—Te juro qu...—Namjoon se interpuso entre tu cuerpo y el de Jimin cuando intentaste lanzarte a por el lobo para golpear su cara de imbécil.

—Ok, chicos. Suficiente. —Os reprimió el líder.



Después de la comida, decidiste vagar por la reserva, en un intento de familiarizarte con el lugar y (para qué negarlo) alejarte un poco de la irritable presencia de Jimin. Entre los dos se había formado un muro que no paraba de crecer y crecer y no parecía tener un final.

the big bad wolf ;; wolf!btsWhere stories live. Discover now