Hola ¿Realidad? soy Lily

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Estoy pasando mucho tiempo por estos rumbos. Tal vez sea porque noté que en contadas ocasiones el estadio de Qhuidditch tiene gente. Se usa para los partidos o para las prácticas, nada más. Es algo bueno, me permite estar sola con mis pensamientos sin causar traumas psicológicos.

Después de la pelea que tuvimos con Potter no he quedado muy bien parada en nuestros siguientes encuentros, es que verán, me agarró desprevenida. En una estaba en medio de la medición de unos ingredientes para una poción. Y la ultima (que creo fue la más efervescente) estaba comiendo. ¡Y ya saben cómo soy cuando como! Es un momento sagrado que no debe ser coartado por nada.

Pero Potter no lo entiende.

Así que me atragante con algo de pollo tratando de explicárselo.

Jodido ¿no?

Suspiro.

Black se rió tanto que creí se rompería a la mitad.

Que personaje obsoleto.

...

¿Alguien sube?

...

Menos mal, una chica. No tengo ganas de encontrarme a ninguno de los innombrables en este instante. Hay que tener estómago y por mi parte me he saturado de todo por las próximas horas.

...

Si, ya sé que se podrá preguntar más tarde cuando me entre el hambre pero dejen de desperdigar mis oscuros secretos por el mundo.

Gracias.

Me ve e inclina la cabeza levemente, pero no se acerca.

Mira las tribunas con algo de curiosidad y luego de unos segundos se sienta en uno de los bancos que hay cerca de las escaleras de salida.

Ah...otra como yo.

Te compadezco, pero, pero, este es un buen lugar para intentar entrar en el Nirvana, a menos que seas Sam y te estés durmiendo en mi falda, ahí la cosa se complica porque terminaras con un lindo moretón en plena frente.

Me ha hecho sentir culpable con ello, tanto que tuve que darle la mitad de mis plumas con gusto a chocolate (a ambos nos gusta morder la punta).

...

Eso sonó extraño.

Me muerdo el labio inferior y continúo observando las grandes tierras que desde ahí pueden vislumbrarse.

Que tranquilidad.

― ¿Has visto un perro negro? ―

¡Ah! ¿Cómo llegaste así sin hacer ruido? ¡Mi corazón...mi corazoncito! Me muero...

...

Oh, cállense.

Miro a la chica que ahora está sentada a nada de mí. Se me hace familiar. ¿No la he visto en alguna otra parte?

Mmmmm

Debe ser de cuarto año, poco mas, de quinto quizás.

― ¿No? ― insiste con cierto tono agradable. ― Es una lástima, es simpático, tiene pelo largo y ... no, creo que hasta ahí llega la descripción. Siempre que quise acercarme salió escupiendo fuego. No sé por qué, generalmente me llevo bien con todos los animales, humanos y comunes. Mi tortuga me ama.

¿No serás parte de mi imaginación? Yo también tengo una tortuga que me quiere. Aunque claro, María Julia es muy reservada y hay veces que cuesta saber lo que piensa pero es demostrativa la mayoría del tiempo.

Monólogo adolescenteOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz