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«Capitulo 4»

La estaba besando de manera dulce y a la vez posesiva. Con aquella peculiar mezcla no se pudo resistir para no dar paso a sus ganas y deseos por ella quien no se quedo atrás y lo toco como quería.

No supo en que momento ambos gemian mientras se tocaban sin temor o inquietud, Irina estaba gimiendo por un beso en el cuello que el le proporcionaba. Ese subio a los rosados labios ella para juntarlos con los suyos en un fogoso beso. No dio mas de seis segundos hasta Irina estiro sus manos para dejarlas tras el cuello de Bill para profundizar el beso, quien no se quedo atrás y la sujeto de la cintura acercandola a el. Gimió al sentir el cuerpo de el pegado al suyo sintiendo sus fuertes músculos impactados con la piel del otro, sin ropa de intermedio.

La respuesta de ella fue gemir y prenderlo aun más al escuchar su dulce gemido. Necesitaban de contacto físico, el sentir sus cuerpos rosarse, sus manos recorriendo sus cuerpos desnudos, el jadear y gemir con fuerza el nombre del otro...

El sentir la dura erección de Bill chocar con su vientre la estremeció. Lo quería ya. Ahora mismo.

—Bill —Susurro mientras seguía sintiendo sus labios y manos pasando por su cuerpo. Ahora sus grandes manos se encontraban acariciando  por las piernas de ella hasta acariciar su húmedo sexo.

—Dios, estas totalmente empapada —Jadeo fascinado en ver lo que provocaba en ella. Era excitación en estado puro.

Bill no lo dudo un segundo pero prefierio usar su boca a una de sus manos, pese a lo suave y delicada de su piel bajo su tacto y que su dedos no querían abandonar aquella dulce piel.

Finalmente lo hizo y sus labios capturaron su pezón derecho, mordiendo un poco provocando un gemido de ella y un ligero tirón de su cabello como acto de reflejo por la nueva sensación.

Su lengua acaricio toda su suave piel, sus labios besaron sin intenciones de detenerse, donde no estaba su boca, estaban sus manos. Sintio como los pezones de ella se endurecían ante su toque, su lengua se deslizo de uno a otro pezón escuchando como le gustaba a ella.

—B-bill —Gimió la estudiante acariciando el cabello.

Antes de que abriera la boca nuevamente el ya tenía sus labios sobre los suyos. La beso desesperado, como si ella fuese el elixir que su vida necesita. Ella no dudo ni por un segundo el beso mientras el dejaba entrar uno de sus largos dedos en el caliente interior de ella quien jadeo por la nueva sensación entre el beso.
Sus pechos rozaban con el torso de el,  su erección se volvió demasiado dolorosa por las ganas que tenia.

Se separo de sus labios para tomarla por el cuello y mirarla a los ojos. Entreabrió los labios jadeando y volvió a besarla, gruñendo y esta vez, por el deseo que tenia. Desliso su lengua, saboreando su dulce piel.

No había mejor momentos que ahora, a ambos les gustaba y ella estaba segura.

Bill se separo un poco y paso sus manos por la cintura de ella hasta llegar a las bragas de ella las cuales bajo rápidamente. Ella quedo desnuda y ya ansiosa y deseosa.

El rubor natural pintaba sus mejillas y el verla con la respiración de ese modo, acelerada y jadeante. No aguanto más y busco los condones con desesperación.

Podía estar cegado del deseo pero no era tan imbécil para no cuidarse.

Se lo iba poner pero el verla acostada desnuda en su cama le hizo cambiar de parecer. Antes de enterrarse en lo más profundo de ella quería saborearla.

Dejo el sobre del condón a un lado de la cama y este se subio subió a la cama quedando sobre ella, para de inmediato empezar a repartir un sin fin de besos por el cuerpo de ella hasta ir desendiendo y llegar al pubis descubierto de ella, se sentía como un animal sediento en este momento al  abrir las piernas de ella quien solo respiro agitadamente por la excitación. Se le escapo un jadeo de solo contemplarla de ese modo, tan dispuesta, excitada... ¡Dios! Deslizo su lengua por esa tentadora, rosada y delicada parte de ella escuchando un fuerte jadeo salir de los rosados labios de ella.