Algo espontáneo

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Tengo el trabajo más aburrido en todo el mundo, de eso estoy muy segura. Claro, soñé con ser una cantante, cantando en bares elegantes y en los lujosos clubs de Nueva York, fumando todos los cigarrillos que quisiera en secreto, pero cuando mi madre me dijo que consiguieras una vida, buscaste una, alguna vida.

Clarke Griffin, joven, guapa o eso me han dicho, un poco demasiado habladora para mi propio bien, estoy en la gran ciudad trabajando en el departamento de soporte técnico, mayoritariamente atendiendo llamadas de señoras quienes, que aun en el día de hoy y a su edad, no tienen idea de como encender un maldito ordenador, mucho menos de crear su propia red doméstica o dios lo prohíba, hacer correr el antivirus. Si nadie fuera tan idiota probablemente me sacarían del trabajo, aunque tampoco es que esa posibilidad me ponga demasiado triste.

Me caso en tres meses. Mis padres incluso están pagando la boda, están felices de que me case con el único chico con quien salí durante toda la secundaria, y que es el amor de mi vida. El único amor de tu vida. Bellamy es guapito, moreno y un tonto divertido, muy al contrario de mi y aun así logramos hacer funcionar lo nuestro. El logra hacerme reír, es realmente dulce, y de acuerdo con mis pocos amigos eso es algo difícil de encontrar, así que, cuando se arrodillo frente a mi en Domino's dije que si. Pero no estoy entusiasmada, ni siquiera un poco, de hecho, estoy algo deprimida. Quizás es el trabajo, la monotonía de la rutina del día a día, quizás es Bellamy, no tengo idea pero nunca me he sentido tan extraña, incluso cuando solo tengo 25 años siento que estoy cumpliendo los 50.

Mi época en la universidad fue probablemente lo más interesante que voy a vivir en la vida, me emborrachaba ocasionalmente, aprendía cosas nueva y joder, hasta me bese con una chica una vez. Ahora me estoy asentando o al menos eso creo y aun así no puedo sacudirme la sensación de vacío del corazón y la cabeza. No estoy completamente satisfecha como ha resultado mi vida o, aunque me aterre pensarlo, a donde esta yendo. La vida se mueve demasiado rápido.

Ya es la hora el almuerzo y como cualquier otro día laboral a esa hora, voy hacia el Starbucks mas lleno de la cuidad, porque literalmente no puedo soportar estar en la oficina, mucho menos en el edificio y por eso me encuentro allí con Octavia, mi mejor amiga en la cuidad. La chica es inteligente, trabaja en leyes y sorprendentemente tenía más historias de horror relacionadas con el trabajo que yo, así que ambas estábamos en el mismo bote, o algo así.

Ella es madre soltera, criando a un niño por su cuenta con dos ovarios y, a pesar de que no lo digo seguido, o nunca para ser honestos, siento admiración. Ella me mira a través de la mesa, con el vapor caliente subiendo de su capuchino, estudiándome como si supiera que algo esta mal. Ella me conoce mejor que yo misma y estos días estoy comenzando a cuestionarme el hecho de conocerme. Bajo mi café con un sonoro golpe y disparo una mirada impaciente.

-Sé que te está rabiando por decirme algo Octavia, asi que escúpelo, odio cuando estas así de rara y callada, me hace pensar que eres una loca- dije rápidamente, sintiéndola incomoda con el largo silencio que se formo

-Solo estaba pensando...- sonríe un poco, tomando un sorbo de su bebida caliente -En que regalarte a ti y a Bellamy por la boda- suspira

-Oh...- suspire yo, incapaz de enmarcar mi decepción, realmente no me importa, si algo no quiero hacer es hablar sobre ello, ¿Qué hay de genial en las bodas de cualquier manera? Solamente quiero que el día llegue y se termine rápido, que las personas dejen de molestarme con ello de una vez

-También estaba pensando que te pasa algo- agrego Octavia

-¿Que quieres decir?- respondi como si nada

-Oh vamos Clarke- suspira como si el juego acabase de terminar -Te vas a casar  y aun así no creo haberte visto nunca tan miserable- me dice

Suspiro encogiendo los hombros y siento como si estuviera a punto de llorar, pero no hay forma de que eso ocurra, Clarke Griffin no llora y especialmente no delante de Octavia.

- 47 - Clexaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن