Mi Demonio Personal

Capítulo 11

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Tomé del cabello a Hanna y la separé de Jack, la tiré al piso lejos de él, sin saber de dónde había sacado tanta fuerza. Me acerqué completamente a Jack y pasé el cuchillo por su mejilla dejando un leve corte, podía sentir su nerviosismo y temor al sentir el metal frío paseando por su rostro y eso solo me llenó de satisfacción por lo que descendí el cuchillo por su cuello dejando un leve corte que comenzó a sangrar de inmediato.

—No me hagas daño por favor, no me mates —reí un poco al escuchar la desesperación en su voz

— ¡Ay! pero que iluso me saliste, por algo estoy aquí y esa es la razón; hacerte daño a ti y a ella.

Yo callé mis palabras cuando sentí como Hanna intentaba escapar acercándose a la puerta, por lo que solté a Jack y corrí hacia ella para tomar su cabeza y reventarla contra el piso haciendo que chillara.

— ¿Quieres escapar? Pues fíjate que eso no se va a poder —apreté más su cabello entre mis manos —quédate donde estas Jack, que este oscuro no significa que no te vea —podía sentir como Hanna temblaba al escuchar lo macabra que salía mi voz por culpa de la máscara.

—N-no m-me ha-hagas d-daño —bufé exasperada por el manojo de nervios que se estaba volviendo.

—Das asco, deja de tartamudear. Si no fueras tan puta nada de esto estuviese pasando —jugué con el cuchillo en su rostro, estaba de cuclillas a un lado de su cuerpo, el cual estaba tirado en el piso.

Hice que Hanna se levantara y pude apreciar su cuerpo casi desnudo, solo con su ropa interior. No me resistí y pasé el cuchillo por su estómago dejando leves cortadas que inmediatamente comenzaron a sangrar, mi alma se llenaba de satisfacción al verla llorar e intentar controlar sus sollozos. La tiré al piso otra vez y caminé hacia Jack.

Tomé su cabello y le ordené que se levantara y así lo hizo. Podía sentir la presencia demoníaca de Axel aquí y eso me hacía sentir segura. Jack era más alto que yo, pero el hecho de él ser un cobarde y yo tener un cuchillo hacia todo más fácil.

—Si quieres puedes quitarte la máscara —escuché en un susurro y supe que era Axel.

Tiré a Jack a la cama y me puse a ahorcajadas sobre él para quitarme la máscara lentamente y poner el cuchillo en su cuello.

— ¿Sabes? No pensé que fueras tan cobarde —pude ver como palidecía al escuchar quien realmente era —sí, soy yo, la chica a la cual le hiciste la vida una mierda por más de un año ¡Hanna quédate donde estas o te rebano las tetas! —sabía que esto era obra de Axel; el poder saber sus movimientos sin verla o escucharla no era una habilidad que yo tuviese.

Con una sonrisa corté el cuello de Jack superficialmente escuchándolo soltar sollozo tras sollozo.

—Perdóname por favor, de verdad, juro no volver a molestarte a ti ni a nadie más —su voz se confundía con jadeos de desesperación que soltaba, pero aun así entendí todo lo que dijo.

—Oh, claro que no lo harás, no pasas de esta noche vivo, amorcito —mordí mi labio para no soltar una carcajada por la expresión de terror que surcó su rostro.

—No lo mates por favor, yo lo quiero —rodé los ojos al escuchar a Hanna.

De pronto la luz volvió y el cuarto se bañó de una tenue luz provocada por la lámpara de la mesita de noche de Jack, la cual sólo iluminaba un lado de mi rostro y el otro quedaba totalmente oscuro.

—Eres tan estúpida —pasé el cuchillo por el rostro de Jack y el trago saliva fuerte —tú lo quieres ¿y él? él simplemente se burla con sus amigos de ti por lo fácil que eres, que le abres las piernas a cualquiera sin importarte nada, él dijo que te echaría de su casa después de haberte metido su polla y haber hecho que se la mamaras —reí un poco y besé la mejilla de Jack, la cual no estaba bañada por un hilo de sangre producto de la cortada y le sonreí —eres tan lindo, si tan solo no fueras un asco de persona.