Cap 21: ODIO, ROTUNDO ODIO

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Mauricio POV

-Despierta! - dijo una voz.

De repente un golpe helado me hizo gritar. Me acababan de torrente de agua. Del susto intenté ponerme en pie pero no pude, tenía los brazos atados a la espalda. No era solo eso, estaba atado a una silla. Miré alrededor y me encontraba delante ante un tipo con un cubo de agua. Había otro de pie a unos pasos de allí. Un tercero estaba cogiendo algo del suelo.

-Por fin te despertaste princesita, creíamos que te habías desangrado demasiado.

Me lo quedé mirando con cara de no entender de lo que me hablaba. Me encontraba con la ropa rasgada, tenía toda la piel de gallina por el frio y no paraba de tiritar. Miré a mi estómago y tenía todo el torso lleno de sangre. El pelo lo tenía pegajoso, poco a poco empecé a recordar y contra más lo hacía más dolor me causaba la cabeza. Dios era como un punzón apretándome la frente. Había un ruido de fondo que no me dejaba pensar con claridad, era muy molesto. No entendía que quería Buckardh de mí y tampoco sabía que había ocurrido con Rose ¡¡¡Dios!!! ¿Dónde estaba? Miré desesperado a mí alrededor y se me cayó el alma a los pies al ver a dos tipos agachados en una cama forcejeando con una chica, Rose? No ¡MIERDA ROSE! ¿Qué he hecho?

El forcejeo no era a más de unos pocos metros de donde estaba, el ruido de fondo eran sus chillidos desgarradores, de desesperación. Salían de su garganta que parecía que iba a estallar. Entre chillido y chillido se oían las risas de los tipos que tenía alrededor. Mantenía un continuo forcejeo con sus piernas y brazos pero era demasiado débil para hacer frente a aquellas bestias.

Se me encogió el alma al ver a Buckardh golpearla hasta cuatro veces con el puño en la cara con una fuerza descomunal. A cada golpe levantaba el codo por encima de su cabeza, mientras decía "Cállate, callate maldita perra". Y los chillidos cesaron, vi caer su rostro hacía mí, le chorreaba sangre de la nariz y tenía la mitad de la cara magullada. Abrió los ojos repetidas veces, como si quisiera despertarse y entonces me vio. Fue una mirada llena de lágrimas, de impotencia por lo que pasaba. Hasta que comprendí todo.

-¡Nooo! Maldita sea ¡NOO! ¡BASTARDO! ¡MALDITO!

No lograba soltarme quería salvarla, quería quitarle a esos desgraciados de encima. Un sentimiento enorme de odio y venganza pura emergían de cada poro de mi piel. Yo no quería mirarla, mis mejillas no paraban de humedecerse por las lágrimas que corrían por ellas. La repulsa de ver a aquél cabrón empujando y empujando me daban náuseas. Gimoteando levanté la vista poco a poco hasta mirarla a la cara. La tenía ladeada hacia mí pero su mirada la tenía fija en el suelo, como absenta. De vez en cuanto hacía un gesto de dolor pero enseguida retornaba a su expresión inanimada.

Ver como lloraba pidiendo ayuda inmune ante cualquier cosa y yo aquí sin poder hacer nada, hacía que sintiera la peor escoria que podrías encontrar sin pensar en lo que esto le acusara a ella el resto de su vida. Esto es algo que simplemente nunca le deseo ni a mi peor enemigo a excepción de Buckardh, claro está; mi conciencia mata por correr a su lado y decirle que todo iba a estar bien, pero sabía que era todo lo contrario.

-Dale fuerte, eso. Que disfrute la perra.

Los graznidos del que la estaba montando eran asquerosos. Estaba gordo y las gotas de sudor le resbalaban por la frente. Finalmente se quedó muy quieto mientras tenía sus espasmos y se corría dentro

-Venga, ahora me toca a mí- digo el que la estaba sujetando delante mío.

-Y una mierda - dijo el del otro lado- ahora me la cojo yo. Y sin tiempo a que el otro reaccionara se puso entre las piernas de ella, se bajó a la cremallera y se la metió de un golpe.

Los pechos de Rose subían y bajaban mientras se la metía una y otra vez. Su cabeza se arrastraba por aquel colchón malgastado a cada envestida, pero ella seguía teniendo la mirada vacía. El tipo que se la estaba tirando sonreía y le cogió de la cara preguntándole: ¿Te gusta eh, perra? Seguro que él nunca se atrevió a hacerlo contigo.

Al ver que ella no decía nada le obligó a mirarle sujetándola de la mandíbula.

- ¿No dices nada? ¿Ahora verás? y empezó a clavársela de manera exagerada, moviendo todo su cuerpo adelante y atrás, intentándosela meter lo más hondo posible.

Lo único que arrancó de ella fue un débil gemido de dolor y después se corrió dando un largo suspiro.

Ahora sí que me toca -dijo el único que aun la sujetaba.

Se puso encima de ella y se la empezó a follar. Ella ni siquiera se resistía, se hacía la muerta. No hacía falta que nadie la sujetara, ¿acaso podía servir de algo resistirse? Se la siguieron follando un buen rato delante de mí uno tras otro, incluso hubo alguno que repitió antes de que todos se la hubieran follado al igual que todos al mismo tiempo. Parecían una jauría de lobos.

Debí protegerla desde un principio no tuvo que haber venido a este viaje ni siquiera debió entrar a este mundo años atrás, jamás debí aceptar que viniera. Ahora me siento un completo inútil por no tener como ayudarla –esto es algo que jamás podre perdonarme- verla gritar de esa forma hace que duela más la vida que cualquier balazo en el cuerpo.

Blood Rose (RESUBIENDO)Where stories live. Discover now