Capítulo 32. ¿Preparados jugadores?

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La música dejó de sonar. Una tos seca hizo que Nicole y Nate se separasen.

—Mira que avisáis...

En su voz se notaba que había bebido bastante.

—¡Clo! ¿Qué haces aquí? ¿No estabas mala? —preguntó Nicole mientras se abalanzaba a darle un abrazo.

—En la habitación me aburría. Además hoy es el concurso —respondió ella poniendo carita inocente.

¿El concurso? ¿Qué concurso? Conociendo a Clo no sería nada bueno.

—Ya nos he inscrito —dijo alegremente mientras tiraba de ella.

—¡Busca a mi hermano! —gritó Nicky a Nate mientras era arrastrada por Claudia.

No sabía que era a lo que Claudia le había apuntado, pero conociéndola estaba aterrorizada. El último concurso en el que participó junto a ella no acabó demasiado bien. De hecho acabó con ellas medio perdidas por el monte siendo perseguidas por una manada de huargos...

María y Bruno seguían bailando de forma acaramelada. Ella tenía los ojos cerrados y la cabeza apoya en su pecho. Por primera vez se sentía completamente a gusto con él.

—Bruno —interrumpió Nate.

—Ahora no —respondió él mientras proseguía bailando con María.

—Clo ha vuelto a apuntar a tu hermana a un concurso.

Él soltó de imprevisto a María, que casi se cayó al suelo al perder la estabilidad, y salió corriendo junto a Nate. María los siguió resignada. Para una vez que lo tenía tan cerca... ¿Que importaba que Nicole estuviese con Claudia en un concurso? Un momento, ¿cuándo había llegado Claudia?

—Esta vez no Clo. Me llevo a mi hermana —dijo Bruno agarrándola del brazo, pero de pronto ella se soltó.

—Para, quiero participar. El premio es un anillo Domus.

El joven frunció el ceño. Eso explicaba porque tantas personas estaban ahí esperando a participar. Los anillos Domus eran muy codiciados. Amplificaban tus poderes de manera asombrosa, la única pega: eran muy difíciles de conseguir.

Nate dio un paso al frente. No pensaba dejar que ellas dos se enfrentasen solas. Bruno también lo dio, pero justo después miró a María. No quería dejarla sola, pero no pensaba dejar a que su hermana le pasase algo.

María que seguía sin entender de qué iba la cosa también dio un paso adelante. Todos le miraron boquiabiertos, ¿cómo podía atreverse a participar en uno de los concursos del Potts?

—Muy bien queridos jugadores, hoy os tengo preparado algo muy especial. ¡Un anillo Domus! ¿Qué serías capaces de hacer por él? ¡Ahora lo comprobaremos! —gritó el dueño del local.

Se trataba de un señor algo mayor, pero de aspecto juvenil y desaliñado.

Todos los participantes comenzaron a subir las escaleras hasta llegar a una sala. Había unas cincuenta personas de todas las edades. La puerta se cerró y un humo rosa comenzó a surgir. Eran Besos de Aire. Todos trataron de taparse e inhalar lo menos posible, a excepción de María, que no sabía que era, y Claudia que comenzó a dar saltitos y a gritar "Besos de Aire gratis. Besos de Aire gratis".

Nicole trató de tirar de ella para que se agachase, pero fue inútil. La joven estaba demasiado animada. Minutos después el humo se disipó. Todos estaban bastante afectados por los Besos de Aire. María se tambaleó y Bruno tuvo que sostenerla.

—¿Sabes que eres muy guapo? —gritó alegremente mientras con el dedo índice golpeaba la nariz del joven.

Estaba claramente borracha. Los Besos de Aire la habían afectado en exceso. 

Domadores  | #1 | (En Amazon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora