Yuuri dejo el patinaje, adentrándose a una tranquila vida de entrenador junto a su pareja, Christophe Giacometti. Tranquilidad que se estaba extendiendo por dos largos años, años en los que ojos azules como el cielo no dejaban de seguirlo en sueños...
Yuri odiaba con toda su alma ayudar a Yuuri con la cocina, sobretodo por que solo Phichit y Guang les ayudaban a alimentar a todo el ejercito que había en la casa, algunos como Otabek, idiotizados con el conejo que parecía odiarlos a todos. a excepción de yuuri y Christophe claro esta.
-Agh, Cerdo, ¿Porque no solo pedimos pizza? - ya no quería seguir cortando vegetales, odia los vegetales.
-Porque la pizza, no es saludable para tantos competidores de alto rendimiento, o ¿si? -Yuuri solo le dio una dulce sonrisa, mientras seguía en lo suyo, en momentos así, yurio no podía evitar no recordar la hermosa cara que puso yuuri al momento de follarlo.
-Oye yurio, ¿no has sabido nada de Víctor? - Phichit parecía curioso, pues en realidad nadie sabia de él desde su boda, ¿que hacia?¿donde vivía?, era obvia la curiosidad, pero antes de hablar vio como era ignorado olímpicamente por yuuri, quien comenzó a cortar un poco más fuerte la carne.
-En realidad no mucho, creo que esta viviendo en la casa...mansión que le dieron sus padres cuando era más joven, tampoco es que sepa algo concreto, pues como él ya no patina...-miro de reojo cada reacción del japones, el cual parecía muy concentrado en cortar la carne de la manera más perfecta posible. la cocina se volvió un entorno algo hostil, un ambiente pesado que se disipo cuando Chris entro corriendo a decir que Firulais había hecho pipí sobre Emil.
-Por eso digo, los conejos son lo peor - solo sintió como su nuca era golpeada un poco, bastante, fuerte por parte de yuuri, claramente ese golpe no era solo por insultar a su mascota.
la velada paso con rapidez, entre risas y bromas, cada invitado se fue retirando con su respectiva pareja a sus hoteles, exceptuando por Yurio y Otabek, los cuales dormirían en el cuarto de invitados del hogar Giacometti-Katsuki. Yurio, encontrando el momento preciso para pedir disculpa, fue lavando los platos, recibiendo solo una pequeña sonrisa de parte de yuuri, y un "No es que me moleste por que hables de él, solo estoy preocupado". y él lo entendía, yuuri era alguien que se preocupaba por todos antes que de sí, y era comprensible su preocupación por el ruso.
Sin embargo yuuri, no pudo dormir tranquilo, siendo despertado cada hora por unos ojos azules, que llevaba meses apreciando en sus sueños. Solo quería olvidar, y al Chris notar la agitación en el japones, le envolvía en sus brazos, susurrando dulces palabras para que el menor durmiera tranquilamente.
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Ahí estaba, otra vez, siendo sermoneado por su madre por sus malos tratos a su esposa. Victor ya sentía aquello, como una costumbre, después de un año uno se acostumbra. tampoco es que desde el primer momento se haya vuelto un maltratador con Natasha, si no más bien cuando en medio de un coqueteo de ella, vestida en poca ropa le grito que se olvidara de, según sus palabras, "el perro japones". Desde entonces no había dejado de golpearla.
-¿Que pasaría si ella, quedara embarazada en una de sus noches de borrachera, ah?, Pronto debes traer un heredero! deja de tratarla así, nada ganas.
