El azul es mi color.

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He oído más de una vez "los mentirosos de tanto mentir llegan a creerse sus mentiras". Entonces, si eso es verdad, ¿debería repetirme una y otra vez que estoy bien para llegar a creérmelo? Pero, ¿cuánto tiempo necesito repetir esa mentira? Ya me he cansado de ponerme una sonrisa en la cara todos los días sin conseguir nada, es verdad que hay un momento que no solo engaño a los demás, sino también a mi misma pero siempre llega el momento en que me pregunto si de verdad lo hago para no preocupar a la gente que quiero o simplemente para sentirme bien por una vez en mucho tiempo. Ese momento necesariamente no siempre es un viernes a las tres de la mañana, a veces si. Pero también es un martes a las ocho de la mañana cuando voy por la segunda capa de rímel. Tampoco necesariamente cuando estoy sola, a veces es un jueves a las diez de la mañana en clase de historia en ese instante donde consigo de alguna manera dejar de oír las voces de mi entorno y centrarme -sin yo quererlo- en las de mi cabeza. A veces el mundo se me cae encima cuando tengo una copa en la mano, en una discoteca, un sábado a las dos de la mañana, bailando con mis amigas, riéndome porque ver el mundo caer sobre mi se convierte en tan déjà vu que solo puedo reírme.

A veces me río con tanta fuerza que empiezo a llorar de "risa" o eso parece, pero no. Simplemente es una mezcla de como me siento realmente. ¿Y que se supone que debo hacer? Si siempre se me ha dado fatal mentir, no puedo ni mentirme a mi misma. Parece que me he convertido en un cuadro de esos que encuentras en una exposición perdida en un lugar que no conoces, un cuadro donde solo puedes ver todas las tonalidades de azul posibles creando un caos que podría llegar a ser bonito si no fuera un caos. Y todos sabemos que el azul representa la tristeza, tal vez por eso el azul siempre ha sido el color que nos ha definido. A ti y a mi. Cuando te escribía cartas siempre lo hacía con un bolígrafo de tinta azul, no porque me recordara a la tristeza sino porque me recordaba al azul del cielo y el cielo nunca me ha hecho sentir triste. Quizá el azul solo es triste porque las sábanas de tu cama son azules y yo ya no me escondo en ellas para escapar del mundo. Quizá el azul es triste porque tu cama me echa de menos, me echa de menos como yo espero que tu lo hagas.

El azul no debería ser triste o no debería definirme o no debería definirme la tristeza. Tal vez el problema es que en mi pecho se esconde un cuadro con mil tonalidades de azul pero no es el mismo cuadro que encuentras en una galería perdida, no. Explícame porque mi corazón se ha convertido en La noche estrellada de Van Gogh. No quiero que un cuadro pintado por un desconocido sea capaz de definirme, por una simple razón: a parte de triste, también es bonito y yo no lo soy.

InmarcesibleWhere stories live. Discover now