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Tú tienes problemas que no mencionare por ahora porque nos estamos alejando.


-Yo no lo hice, por favor, tienen que creerme...yo no lo hice- supliqué hasta intentar arrodillarme en el suelo pero aquellos agentes era más fuertes, estaban preparados y yo estaba sin aliento, mis lágrimas corrían por las mejillas y mis ruegos no fueron escuchados.

Dos hombres más me empujaron fuera de casa, y vi que más policías aseguraban el lugar, había una ambulancia, y tal vez más de cinco automóviles con luces rojas y azules. Las esposas frías y aterradoras en las manos me sujetaban por la espalda, hasta llevarme en la entrada de la casa.

Los policías me dijeron varias indicaciones pero no los escuché, yo estaba llorando y sin esperanzas. Un hombre me dejó adentro del vehículo que me llevaría a la estación policial, para interrogarme y encerrarme, para torturarme en una celda y acusarme una y otra vez de algo que yo no había cometido.

Fueron varias horas en las que estuve aislada, hasta que me trasladaron a otro lugar aislado, frío, donde las celdas de acero parecían guardar oscuridad sin medida.

Esperé sentada, sola y triste en aquél lugar hasta que dos policías aparecieron para llevarme a un cuarto aislado, color grisáceo, con una mesa metálica y dos sillas en cada extremo, yo en un lugar sujeta con las esposas y frente a mí un asiento vacío que en cuestión de minutos se vio ocupado por una mujer rubia, alta, de bata blanca y lentes.

-Señorita Grande, permítame hacerle unas preguntas-.

FETISH » duamila ft. camrianaWhere stories live. Discover now