FETISH » duamila ft. camriana

FINAL PARTE IV

"Te amo más" respondiste al escuchar mi confesión.

Faltaba una noche para la boda, y Camila había entrado a mi habitación a través de la ventana, su cabello desordenado y su pijama de conejos me habían causado una sonrisa entre sueños, un beso inocente me silenció para evitar que continuara con mis suplicas para que regresara a dormir.

-Amor mío, soy yo que he venido a soñar contigo-.

La abracé y nos cubrí con las sábanas blancas de la cama, sintiendo como se removía arriba de mi cuerpo para acomodarse.

-Coco se mueve con más cuidado que tú-.

-El pequeño está durmiendo, ¿verdad?-asentí y la miré, señalando hacia el otro lado de la habitación donde el conejo esponjoso dormía en su casa. Antes vivía todo el día en el jardín pero Camila me insistió para que lo mantuviera en un lugar seguro, porque cualquier otro animal lo podía atacar y no debía continuar expuesto al peligro.

-Eres hermosa-besé su cabello y acaricié su espalda en la primera oportunidad que tuve, observar la mirada café de Camila era como leer poesía.

-Tú eres más hermosa- y antes que comenzara a responderle, continuó hablando con curiosidad-¿tienes sueño?-.

-No mucho, estoy un poco nerviosa por mañana-.

Ella sonrió aún más y depositó un casto beso sobre mis labios.

-Yo estoy más feliz que siempre, somos afortunadas-.

-Lo somos, yo aún más-.

Su mano se unió con la mía y la mantuvo por un momento antes de hablar.

-Creo que podemos hacer algo antes de dormir esta noche-.

Buscó como bajar con habilidad de la cama y detenerse junto al reproductor de música, lo encendió para buscar una canción lenta y suave que podía tranquilizar a nuestros agitados corazones durante la noche.

-¿Quieres bailar?-mi voz fue tenue pero suficiente para que me escuchara, ella asintió en silencio y extendió su mano hacia mí, llamándome para unirme a su romanticismo. Bajé de la cama y caminé descalza hacia el lugar donde se encontraba, sosteniendo su cuerpo con mis manos, sintiendo sus pasos avanzar y moverse con cuidado, manteniendo un ritmo constante de ambas. Camila sabía conducirme junto a ella y yo seguía los detalles de su cuerpo sin perderme.