Asco

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Es lunes y no sé qué haré durante toda la semana, ni siquiera se que haré en todo el mes.

Mi vida es una completa basura, mis padres detestan darme dinero y yo detesto no tenerlo. Hace calor, obvio, estamos a más de 40 grados. Muchos aprovechan para ir a piscina o salir a un centro comercial a comer helados con sus amigos, pero yo no tengo cuerpo para lo primero, ni tengo amigos para lo segundo. Mi vida es un desastre y el mando del televisor está algo lejos, para siquiera encenderlo y ver alguna serie o por lo menos los Simpson por Fox.

Se supone que con 19 años tienes toda tu vida por delante, se supone que por ser mujer deberías tener muchas amigas con quien pasar, se supone que por estar en vacaciones debería divertirme y viajar. Bueno, menos mal solo son suposiciones.

Miro por la ventana y todo me parece tan fantasioso, riendo y jugando, me dan asco. Cierro de golpe la ventana. Debo encontrar algo que hacer o enloqueceré, y no ha pasado ni una semana de exilio.

Mejor tomo una ducha antes de salir a caminar. Esto quizás despeje mi mente, quizás. Me pongo una sudadera y una camiseta de alguna banda famosa que conozco pero que realmente nunca escucho, mas unas converse desgastadas. ¿A quién le importa como me visto?

Al salir de la casa, el sol golpea mis ojos, ¡rayos! debí sacar unos lentes de sol, pero ya estoy en la calle. Al ser una ciudad pequeña, llegas a conocer todos los pasadizos y escondites posibles, todos te conocen a pesar de que no te saluden, pero que importa, somos unos perfectos conocidos que se desconocen.

Saco mi celular y pongo algo de música, quizás así sea más fácil disimular mi aburrimiento. Tomó una ruta poco familiar, mientras mis pasos siguen el ritmo de la canción. Me imagino estando dentro de un video musical, al estilo de Foster the people, grandiosa banda. Pero ¿quién soy yo para hablar de gustos musicales? igual, a nadie le interesa.

Un pie delante de otro, qué más da si eres una reina o una ballena, sigues siempre todo en línea recta, sin cuestionar nada, sin pensar en nada. Estarás acostumbrado a una de esas: a una reina, una linda princesita, tan lindas que se ven, pero bueno, no quiero pensar en ti en este momento.

La carretera se hace más lejana, y las casas son cada vez más escasas. El bosque crece a mi alrededor, se hace más oscuro el panorama, pero carajo, el calor sigue. Tengo sed y no traje ni una coca-cola conmigo. Que ridiculez, pensando en azúcar en medio de tanto color verde. Me detengo un momento para mirar a mi alrededor. No se como a las personas no puede gustarle estar en lugares así, tan tranquilos, libres, tan... ellos. ¡Ya recuerdo! por los mosquitos. Parezco un imán de mosquitos y cualquier otra plaga. Así que antes de convertirme en un tomate andante, me devuelvo a la ciudad.

La música es la mejor amiga de la humanidad, bueno, solo un puesto después de un buen libro y un café. Si, café, cafe como el color de tus ojos y las miles de letras que escribias y decias dedicarme.

¡Carajo! nuevamente estoy extrañándote, pensandote y hablandote en voz alta, asi no estes aqui.

Me jode tu existencia, pero no que vivas, sino el mero hecho de alguna vez haber existido en la mía.

¡Estúpido! debería gritarte todos los días, ¡Madura! cada vez que te veo con un cigarro entre tus dedos, ¡Desgraciado! porque quitaste la gracia que había en mi...

¡YA! ¡Détente! no te he dado el derecho ni la potestad para aparecerte en mi cabeza, pero jodidamente te metiste de colado, como siempre, como aquella fiesta, como en todo en tu jodida vida.

Resentida con la vida, diría mi madre, pero que buena suerte tengo al que ella no me lea.

Sigo caminando y llego al centro de esta pequeña ciudad que mejor llamaría pueblo, porque eso es lo que es, un pueblo muy chico que por "decencia" todos llaman ciudad. 

Que bellas se ven las calles atestadas de carros. Claro, no tengo que ser muy obvia para aclarar que lo digo de manera sarcástica, porque es un asco. Las "princesitas" bajan de sus carros, mientras muestran sus lindos traseros, y los "pobrecitos" hombres babean mientras se las quedan mirando. Deberia vender servilletas, me haría rica en menos de un dia. Ya no queda más que ver, ya lo han mostrado todo. La decencia se perdió y lo dice la moralista más grande de este mundo.

¡Ja! a decir verdad quizás yo fuera una de esas a no ser que llegue tarde a la repartición de traseros y pechos buenones, como dicen comúnmente. Pero qué más da, esta resentida de la vida sí llegó de primero a la repartición de "bocotas", porque para esa clase de premios, nunca hay filas.

Voy a un puesto de comidas en una esquina, no puedo soportar mas este calor sin una coca-cola fria... y bueno, no esta de mas comer un aperitivo. Igual gorda estoy y gorda me quedo.

La vida deprimente es de lo más común que puede existir pero que importa, a nadie le importa ni a mi. Que asco de vida, que basura vivo. Pero a final de cuentas, a ti nunca te importo, vuelvo y repito, ¿por qué debería importarme a mi?

BrevesWhere stories live. Discover now