Capítulo 56: Inolvidable.

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-Ésta fue, probablemente, la mejor semana de mi vida. -Suspiré emocionada, ocupando el asiento del copiloto del Mazda de Haley-. Lo amo. -Ella se echó a reír.

-Lo sé, créeme, se nota a kilómetros, y él no está mejor que tú. Nunca había visto a un chico tan considerado, detallista, dulce y caballeroso. -Admitió-. ¿De quién fue la idea de la cita? Te ves muy guapa. -Había escogido un fresco vestido morado con tacones altos a juego, y llevaba el cabello ondulado y suelto sobre mi espalda.

Había pasado una semana después de que ganáramos la final, yo me había concentrado por completo en Owen, y él me estaba mostrando su mejor faceta. En muy poco tiempo habíamos vivido momentos inolvidables, visitado muchos lugares, y hecho muchas cosas juntos. Incluso decir que estaba enamorada de él me parecía una expresión insignificante, porque no creía que existieran las palabras para describir cómo me sentía a su lado. Hace dos días, habíamos organizado una especie de cita para celebrar el simple hecho de que estábamos juntos.

-Suya. Dijo que quería celebrar el que hubiera conseguido la beca. -Chillé emocionada-. Éste será el mejor sábado de la historia.

-Habla por ti, yo la pasaré en casa, viendo películas y comiendo pizza... Espera, eso suena genial. -Me reí-. Pero, bueno, hemos llegado, señorita. -Anunció, aparcando frente al Valhalla.

-Gracias, Hall. -Tomé mi bolso-. Por cierto... -Me sonrojé.

-¿Qué ocurre? -Levantó una ceja.

-Le dije a mamá que me quedaría en tu casa esta noche. -Le sonreí a modo de disculpa hasta que me dolieron las mejillas. Haley se quedó con la boca abierta y me miró sorprendida.

-¡VAS A VIOLARLO! -Gritó a todo pulmón, antes de que pudiera taparle la boca.

-¡Cállate!

-Joder, por favor, dime que te depilaste. -Solté una carcajada sin poder evitarlo-. Si voy a cubrirte, al menos quiero todos lo detalles, ¿estamos?

-Eres una tonta. -Reí-. Nos veremos mañana. -Besé su mejilla, y bajé del auto-. Gracias. -Ella hizo un gesto con la mano, y se alejó. Respiré hondo antes de caminar hasta la entrada trasera, y tocar el timbre. Unos segundos después, Marcus abrió la puerta, y me sonrió.

-Futura Carabin*. -Los Carabins, era el nombre del equipo de hockey femenino de la universidad de Montreal a la que yo quería asistir. Dio un paso a la derecha para dejarme pasar, llevaba una gran maleta deportiva colgada al hombro y usaba lentes oscuros.

-Hola, grandulón. -Besé su mejilla-. ¿Vas de salida? -Asintió.

-Saldré de la ciudad ésta semana, por un viaje escolar.

-Entonces la banda no tocará ésta semana. -Asumí.

-No, tocaremos en cuanto regrese. -Aseguró.

-De acuerdo, que tengas un lindo viaje. -Su sonrisa se ensanchó.

-Así será, pero te extrañaré. -Se acercó para darme un abrazo, y tuve que pararme en puntas para poder corresponderle, lo que lo hizo reír-. Cuídate, ¿vale? -Asentí.

-También te extrañaré. Llámame si pasa algo. -Asintió, y besó mi frente.

-Ya nos veremos. -Prometió antes de salir. Cerré la puerta y fui directo al salón vikingo, donde Alex y Carl aguardaban en posición de firme, ambos usaban esmoquin negro, y llevaban una servilleta doblada descansando en su brazo derecho. Me eché a reír-. ¿Cuánto les pagó por esto? -Cuestioné.

-Demasiado. -Dijeron al unísono.

-Por Odín, están muy guapos. -Halagué.

-Lo sé. -Presumió Alex.

Geckos y VikingosWhere stories live. Discover now