11 - Tyrion: Alfombra

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Jaime le había prestado sus gafas negras Ray Ban para disimular un poco que Tyrion había estado bebiendo y drogándose en antros de mala muerte. A pesar de que su hermano le había querido invitar el desayuno, Tyrion tenía el estómago demasiado revuelto como para comer cualquier platillo que la mesera había sugerido.

Antes de ir al instituto para la junta con Ned Stark, Tyrion le había pedido a Jaime que se detuviera en una tienda de ropa para caballeros. Sabía que no encontraría pantalones para alguien de su estatura pero se conformaba con al menos cambiar su camisa sucia por una nueva, un saco y una corbata.

- No hay mejor forma de esconder la mugre que barriendo debajo de una lujosa alfombra.- solía decir a veces su hermana Cersei cuando tomaba demasiado, sobre todo cuando Robert le mentía sobre la carga de trabajo y regresaba días después oliendo a perfume barato.

Tyrion a veces se sorprendía al recordar las cosas que decía su hermana, la relación con Cersei no era muy buena. Incluso de niños, ella había intentado deshacerse de su hermano de formas que a Tywin Lannister aún le daban risa mientras que a él aún le daban miedo. La historia más común en las reuniones familiares era aquella en la cual una Cersei de 10 años había intentado engañar a Tyrion de 5 para que metiera un tenedor en un enchufe. Esa era una de las anécdotas graciosas.

-Señor Lannister, estas son las corbatas de seda.- dijo el dependiente de la tienda enseñándole muchos modelos.

-El señor Lannister es mi padre, solo dígame Tyrion por favor.- contestó mientras elegía una corbata roja. Era su obligación acudira las reuniones portando el color de la familia a pesar de que muy en el fondo él hubiese preferido ir sin nada en el cuello.

Una vez terminó de vestirse, peinarse un poco y pasarle un pañuelo a sus zapatos, Tyrion pagó por la ropa y se llevó su la camisa con vómito enrollada debajo de la axila.

Jaime había terminado de fumar su cigarrillo, en el cenicero había un par de colillas, algunas de ellas con un labial en un color familiar. No tenía tiempo para pensar siquiera en las conquistas de su hermano, tenían apenas unos cuantos minutos para llegar a la escuela. En el camino, Tyrion revisó la carpeta con las cotizaciones y balances de los últimos dos años pero los números no parecían ser los adecuados.

-¿Estás seguro que esto está bien?

-Sí, son los documentos que nos dió Meñique. Sabes que lo mío no es el dinero.

-Una de las tantas desgracias de Tywin Lannister.- dijo Tyrion entre dientes mientras cerraba el fólder.

Mientras se acercaban a la calle en la cual se encontraba la preparatoria, Tyrion no pudo evitar recordar los días en los cuales había estudiado ahí. De sus tres hermanos, él era quien prometía más, especialmente en materias como química y biología. Tyrion estaba cerca de ingresar a una de las mejores universidades relacionadas en el ramo de ingeniería genética y veterinaria pero cuando su padre se enteró que su hijo tendría que realizar sus prácticas en el zoológico, montó en cólera e hizo despedir a casi todo el departamento de enseñanza en ciencias de la preparatoria.

-¡UN LANNISTER NUNCA RECOGERÁ LA MIERDA DE OTROS!

Al terminar la preparatoria, Tywin Lannister realizó algunas llamadas para que Tyrion fuese aceptado en una modesta escuela de negocios y finanzas, no porque lo quisiera sino para evitar la vergüenza de tener que contestarle a sus amigos del golf con un "mi hijo está en casa sin hacer nada". Así es como funcionaban las cosas con su padre: ayudaba a Tyrion más para esconder la mugre bajo la alfombra que por afecto. Algo heredó tenía que heredar Cersei de su padre.

En sus años de instituto, Tyrion también había conocido a una chica quien a pesar de no ser tan bonita era más encantadora que todas las animadoras y alumnas populares. A veces podía recordar la vez en la cual él la había invitado al baile de primavera. Tysha había sonreído con franqueza, incluso sus ojos ámbar habían brillado más de lo usual.

A pesar de que las amigas de Tysha solían burlarse de ella por hacerle caso a un enano, Tyrion en el fondo creía que cada vez que la joven lo veía llegar lo que se reflejaba en sus pupilas era algo más que simple atracción.

Empezó a sentir una punzada en el pecho, la que siempre le recordaba que la única relación que llegó a tener había sido una mentira.

-A una puta siempre se le debe pagar.- había dicho su padre mientras lo obligaba a mirar cómo los chicos de los equipos deportivos le aventaban dinero a Tysha, alzaban su vestido violeta y tomaban su turno para tener sexo con ella. Los ojos ámbar estaban entrecerrados mientras la dueña de ellos yacía debajo de una madeja de cuerpos de todo tipo. Tysha no peleaba por salir de entre ellos, simplemente había aceptado esa tortura de buena gana mientras Tyrion era un espectador.

-Todavía quedan unos cinco minutos.- dijo Jaime mientras veía su Rolex.- Podríamos quedarnos aquí o ir a alguna de las máquinas expendedoras por algo de tomar...

-Quiero ir al campo de fútbol.- dijo Tyrion con sequedad.

Bajaron del convertible y caminaron en dirección a la cancha. Algunos estudiantes se estaban preparando con sus uniformes para la muestra deportiva en honor a Ned Stark. Unos comenzaban a correr alrededor de la cancha con el uniforme del equipo de americano mientras otros lo hacían en la pista de carreras usando camisetas ligeras, shorts y tenis.

-Tal vez deberíamos quedarnos ver esto después de la junta.- dijo Jaime.

-Ya veremos.- respondió mientras caminaba hacia las oficinas.

Al llegar a la recepción, Tyrion y Jaime tomaron asiento. Un chico estaba sentado en una silla del otro lado de ellos, el cabello negro le caía por el rostro mientras esperaba a ser atendido. El rostro parecía familiar, no pasó mucho tiempo hasta que Tyrion conectara los puntos.

-Eres el bastardo de Ned Stark, Jon ¿verdad?- Las palabras no habían salido correctamente, incluso la secretaria que se encargaba de arreglar las citas de Stark parecía un poco incómoda. Jon en cambio solo se limitó a asentir.- ¿Qué te trae aquí a la oficina? ¿Rayaste los baños? ¿Le viste las panties a las alumnas?

-Es personal.- le cortó Jon mientras se levantaba de su asiento y fingía leer el tablón de anuncios dándoles la espalda a los Lannister. Tyrion decidió no tomar su mensaje de rechazo.

-Veo que te has dejado crecer la barba, te sienta bien. Eres igual a Ned, seguro ya te has cansado de escucharlo.- Jon no contestó.- ¿Vas a estar en la muestra deportiva?

-No, ya no me dedico a los deportes.

-Es una lástima, en tu ciudad habías demostrado ser una promesa del beisbol ¿por qué cambiaste de opinión?- preguntó Tyrion.

-Me gradúo este año, debo enfocarme en mis estudios.

-Entiendo aunque tal vez sería bueno que no lo descartes, todos debemos tener hobbies.

Sonó el teléfono de la asistente quien después de un intercambio de palabras colgó e interrumpió la conversación.

-Caballeros- se dirigió a los Lannister- por favor síganme, los llevaré con el director.

Preparatoria Westeros (+16)Where stories live. Discover now