다섯.

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Chae Hyungwon no podía negar que la compañía de Minhyuk era agradable. El chico era simpático, y despertaba en él una sensación de curiosidad a la vez. Quería saber quién era realmente Lee Minhyuk, pero tenía un problema más urgente: el chico rubio le estaba causando un desastre en su cabeza. Cada simple actitud del mayor lo hacía sentirse raro, como si algo dentro de él deseara acortar la distancia entre ellos.

—¿Tienes amigos aquí, Minhyuk? —Hyungwon se dio cuenta de que su pregunta no había sido demasiado apropiada para el momento, debido a la expresión del rubio.

—No... es decir, te considero a ti, Jooheon y Changkyun como amigos aquí, pero aún no empiezo el instituto, y antes de venir aquí no tenía amigos, a excepción de Wonho.

—¿Wonho? —el azabache alzó una ceja y miró expectante al mayor, que suspiraba frustrado.

—Esperaba que no preguntaras por él, pero supongo que ya es tarde... —se permitió una pausa para pensar— Wonho, o Hoseok, es un chico que conocí por internet el verano pasado. Vive en Seúl, pero aún no lo he conocido. Me da... vergüenza.

Hyungwon se sintió intrigado. Odiaba con todas sus fuerzas sentir atracción hacia Minhyuk, ya que él no era así, él era un chico que no hacía amistades fácilmente, y que la única persona que le había atraído en toda su vida, era un personaje de un anime, que ni siquiera era real.

—Yo no tengo amigos por internet —confesó apenado el menor. Minhyuk lo miró con una sonrisa que estrujó el corazón del azabache.

Con toda su charla, habían descuidado la comida, que yacía abandonada sobre la mesada de la cocina. Hyungwon giró hacia allí y gritó alarmado, había echado a la basura su dinero.

Minhyuk notó la situación, y se sentó en un taburete, de frente al menor. Rió con fuerzas y negó con la cabeza.

—Es sushi, idiota. El sushi no se estropea.

Hyungwon se tapó la cara mientras reía con vergüenza. Él realmente era una persona descuidada. Tomó asiento junto al mayor y le tendió unos palillos, mientras su acompañante abría las bandejas con la comida en su interior.

El azabache estaba a punto de meterse un trozo de sushi en la boca cuando Minhyuk le golpeó la espalda con molestia.

—¿Qué no te han enseñado modales en tu casa? Provecho, Hyungwon. Que comas bien.

Chae asintió confundido. No, él nunca había sido educado por su hermana. Ella sólo se limitaba a controlar el dinero, y a burlarse de la vida mediocre que el joven llevaba. Sus padres le habían dejado mucho, pero a la vez, muy poco.

—Buen provecho, hyung.

Minhyuk sólo había tenido una piyamada en su vida, y había sido en el cumpleaños de su hermano menor. Después de eso, nunca había tenido amistades suficientes, ni una casa suficientemente grande como para poder llevar a cabo una. Y aunque la fiesta de aquella noche sólo constaba de dos integrantes, tenían una casa enorme, y tiempo libre sólo para ellos.

—¿Lees?

—No.

—¿Haces deporte?

—No.

—¿Y en qué malgastas tus días, Hyungwon?

—Duermo.

El mayor de ambos miró al anfitrión con una mueca. Era casi evidente a primera vista que Hyungwon sin duda no practicaba deportes, y que tampoco comía demasiado, como para tener un cuerpo tan delgado. Él tampoco era una persona precisamente activa, pero llevaba una vida sana, y un cuerpo bien mantenido que demostraba su buena alimentación y que no se la pasaba todo el día durmiendo, como cierto azabache que estaba recostado sobre la alfombra del enorme salón, en piyamas azules.

—El parque de diversiones... lamento si no pudiste disfrutarlo por mi culpa —soltó de repente el menor, lo que desconcertó a su acompañante.

—¿Cómo?

Hyungwon suspiró, y se sentó frente a frente con el rubio, mirándolo a los ojos.

—No me comporté bien, lo lamento. Soy una persona arisca por naturaleza y aún no bajaba la guardia. Perdón si te hice pasar un mal tiempo, debí haberte dejado disfrutar de Jooheon y Changkyun, en lugar de estar molestándolos.

Una sonrisa apareció en el rostro de Minhyuk. Le resultaba amable de parte de Hyungwon que se sintiese culpable por haber "estropeado" su tiempo con los otros dos, cuando él sólo podía fijarse en el azabache.

—Ah, niño —el menor frunció el ceño ante el apodo, y Minhyuk no pudo hacer nada más además de reír —, créeme que no me molestaste. Es más, lo que más disfruté fue tu compañía. Me alegra que no me odies después de todo, y aunque tus amigos sí que me cayeron muy bien, tú eres la persona que más aprecio de los tres.

Hyungwon le lanzó una almohada a Minhyuk mientras intentaba taparse el rostro. ¿¡Cómo se le podía ocurrir decir tales cosas a ese chico!? Estaba muy avergonzado, y sabía que tenía un notable rubor en las mejillas, que intentaba ocultar a toda costa.

—Ah, qué cosas dices, hyung.

Minhyuk rió. Se acercó al menor y quitó la almohada que tenía en el rostro, para sonreírle y enternecerse ante el azabache de mejillas coloradas. Hyungwon no podía inspirar más ternura en aquél momento.

—Salió de aquí —se señaló el pecho— mi corazón.

—¡Basta! —se quejó el menor— ¡hyung, no eres un personaje de una caricatura!

—¿Tú que sabes? Podría serlo perfectamente. Quizás soy un príncipe, y no te das cuenta. 

Amusement Park ➸ Hyunghyuk.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin