Capitulo 38

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Murmullos iban y venían de un lado a otro, pero el tiziano se encontraba ensimismado en sus apuntes. Faltaban menos de diez minutos para que la maestra ingresara al aula y comenzara el examen. Menos de diez minutos y su compañero aun no llegaba. Suspirando se dio por vencido y cerró el cuaderno. Sabía que no había comprendido aquellos ejercicios durante la semana, y dudaba entenderlos junto en ese momento.

Tomando su mochila para guardar el cuaderno y sacar los utensilios necesarios para el examen, notó como su compañero llegaba de brazos con Mónica. La escena de días pasados lo atormentaron, pero decidió dejarlos a un lado y concentrarse en lo que era más importante: el examen.

―Alex… debo decirte algo. ―dijo el castaño observando al tiziano, una vez que se colocó frente a este. ―Mónica me pidió anoche ser su pareja para el examen y… lo siento. ―el chico de orbes avellana alzó sus cejas y asintió lentamente.

―Está bien… yo… está bien, gracias. Buscare otro asiento. ―recogiendo todo con torpeza, se levantó y caminó hacia el ultimo asiento del salón, mientras mordisqueaba su mejilla interna y escuchaba como los murmullos se hacían cada vez más fuerte. Una vez más, alguien a quien le tomaba mucho aprecio lo dejaba. Alexander se regañó, había sido muy tonto al pensar que Nathan sería diferente al resto.

―De acuerdo, jóvenes. Por favor colóquense en pareja para iniciar el examen. ―dijo la maestra cuando ingresó al aula, todos comenzaron a formarse con sus parejas, menos el chico de cabello rojo. Ni siquiera la pareja de Mónica había aparecido ese día para al menos hacer un intercambio. ―Joven, West. ¿Dónde está su pareja? ―el muchacho observó de soslayo a Nathan y luego alzó sus hombros.

―No pudo venir, maestra. ―la mujer frunció el ceño y observó de reojo a su hijo. Ni siquiera ella entendía lo que estaba ocurriendo en ese momento.

―Pensé que… ―negando dejó salir un suspiro y tomó las hojas con el examen. ―¿Puedes hacerlo solo? Es algo largo. ―el menor simplemente asintió causando en la mujer algo de pena. ―De acuerdo. ―sin más, la fémina comenzó a entregar los exámenes puesto por puesto y al llegar frente al tiziano, le regalo una pequeña sonrisa. ―Sé que lo lograras, suerte.

El muchacho solo asintió tomando la hoja comenzando a leer el contenido de la misma. Algunas operaciones eran de los exámenes anteriores, lo cual de cierta forma le habían dado algo de ventaja. Así que sin perder el tiempo, comenzó a resolverlo tan rápido como podía. Tan solo tenían dos horas para el examen.

Culminando los primeros ejercicios, observó cómo los dos finales pertenecían al último contenido, aquel que el chico no entendía para nada. Haciendo una pequeña mueca, intento hacerlos pero por más que se concentrara, las respuestas parecían no llegarle, quizás algo en su cerebro lo estaba bloqueando.

Alzando su mirada, notó como la mayoría ya se encontraba entregando, incluyendo a Nathan quien ya estaba tomando sus cosas. Sus miradas se cruzaron poco un momento, causando que el tiziano quisiera llorar en ese preciso instante. ¿Lo había considerado Nathan alguna vez su amigo? Se preguntó. Apartando la mirada, Alexander se concentró en el ejercicio observándolo detenidamente, teniendo un pequeño recuerdo de su padre al explicarle uno similar al del examen. Sin perder el tiempo, comenzó a hacerlo, deseando que le saliera correctamente.

―Jóvenes, entreguen los exámenes, por favor. ―cuando escuchó aquella petición por parte de la maestra, el chico se encontraba culminando el ejercicio con una sonrisa en sus labios. Quizás no había realizado el examen completo, pero al menos había hecho la mitad del mismo. Recogiendo todos los utensilios y guardándolos en la mochila, caminó hacia el escritorio de la señora Smith para entregárselo. ― ¿Cómo crees que te fue? ―pregunto la castaña sonriéndole.

―Eso me lo dirá usted cuando corrija el examen, maestra. ―la mujer rio junto al chico. ―Bueno, ya debo irme. Feliz fin de semana.

―Alex, antes de que te retires. ¿Por qué Nathan y tú no estaban juntos? Hasta donde yo sabía, él sería tu pareja. ―el chico se giró a verla alzando sus hombros.

―Eso es algo que yo no puedo responderle, maestra. Porque así como usted, yo también pensaba que él era mi pareja… ―murmuro relamiendo sus labios para luego sonreír un poco y salir a pasos agigantados del salón.








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¡Capitulo nuevo! Espero lo disfruten. Recuerden hacerme saber sus opiniones mediante votos y/o comentarios.
Linda noche ♡

Hey, chico nuevoWhere stories live. Discover now