Epílogo

7.2K 924 444
                                    

Las luces iban de un lugar a otro mientras que la música retumbaba por todo el lugar y los estudiantes se encontraban bailando, aunque desde la perspectiva del tiziano, solo se encontraban restregando sus partes íntimas. Aquello de cierta forma lo incomodaba, él no era experto en el baile, pero aquello que sus ojos apreciaban no era bailar, era simplemente tener sexo con ropa. Negando, se dedicó a jugar con sus manos.

Hacía más de dos horas que estaba en aquella fiesta solo. Ni Mónica ni Gabriel se miraban por allí y Nathan... este aun no llegaba, ni siquiera le respondía los mensajes a Alex y eso comenzaba a preocuparlo. Suspirando, observó el reloj de muñeca que llevaba consigo, su reloj digital ya marcaba las once de la noche y él aún seguía en aquella silla sentado observando como la tasa de natalidad seguro aumentaría dentro de algunos meses.

―¡Chicos, atención! ―aquellas palabras se escucharon por los altavoces del lugar, reemplazando la música por un momento. ―De acuerdo, daremos a conocer quiénes son el rey y la reina de esta generación. ―todos aplaudieron emocionados. El director se acomodó y abrió uno de los sobres blancos que traía consigo, sonriendo dio a conocer el nombre de la reina. Una chica llamada Estefany había subido a la tarima para recibir su corona sonriendo. ―Muy bien, ahora, nuestro rey es... ¡Alexander West! ―el tiziano se exalto al escuchar su nombre, frunciendo luego el ceño. ―Joven West, venga por favor.

Los presentes del lugar aplaudieron y sonrieron empujando casi al chico para que se levantara y caminara hacia la tarima. Cuando lo lograron, todos comenzaron a gritar con euforia causando que el muchacho se sonrojara un poco. Era el primer índice académico de la promoción y ahora era su rey, aquello para Alex era un chiste. Logrando subir las escaleras sin caer, se colocó frente al director quien le dio la corona y le permitió agradecer. Una vez que lo hizo, todos volvieron a lo suyo. Alexander bajó con cuidado las escaleras, tratando de escabullirse entre la gente.

―¡Demonios, me perdí la coronación! ―aquella voz hizo que el chico levantara la mirada. Sonriendo, noto como su novio se encontraba en la silla que él minutos atrás ocupaba. ―No importa, sé que valió la pena. Ven, debo mostrarle su sorpresa, rey West.

―¿Dónde estabas? Te extrañe. Me dejaste solo por tres horas. ―susurró cruzándose de brazos. Nathan sonrió al verlo y lo abrazó por la cintura para luego propinarle besos en sus mejillas.

―Ya verás donde estaba, ahora sígueme. ―suspirando, el tiziano siguió a su novio en silencio, después de todo, nadie notaria su ausencia. Haciendo un pequeño puchero, Alex observó a Nath. Se veía tan precioso con aquel traje. El tiziano se sonrojo un poco al imaginarse a sí mismo quitándole aquella ropa. ―Necesito que aquí cierres los ojos. ―el chico bufo.

―¿De nuevo? Creo que eso de cubrirme los ojos te encanta. ―replicó cruzándose de brazos para cerrarlos obedientemente. Nathan rió y lo besó suavemente en los labios, dejando luego una pequeña mordida en el inferior.

―Valdrá la pena, cálmate. ―abrazando a su novio por detrás, lo guió en silencio hasta el jardín que había en el colegio. Los presentes allí sonrieron de ternura al ver la escena, pero aun así intentaron hacer el mayor silencio posible. Caminando hasta el lugar acordado, Nathan ordenó a su novio abrir los ojos y este lo hizo.

El rostro de Alex mostraba confusión al ver los presentes. Sus padres, sus amigos, Natalia y un juez amigo de su padre Christian. Ladeando el rostro, el muchacho se giró a ver a su novio quien lo miraba sonriendo.

―¿A qué debo todo esto? ―Nathan se separó y lo miró sujetándole de las manos. Alexander lo miró curioso sintiendo su corazón comenzar a latir con bastante fuerza.

Mi chico nuevo... ―susurró causando que Alex sonriera al igual que los presentes. ―jamás me imagine que una simple conversación mediante notas, nos llevaría hasta este momento. Hemos pasado muchas cosas durante este año escolar, Alex y quiero que sea así por el resto de nuestras vidas. ―suspirando, Nathan comenzó a acariciar los nudillos de las manos de Alex. ―Te has convertido en uno de los seres más importante en mi vida. Después de mi madre, tú eres a quien necesito para ser feliz. Sin ustedes dos no me siento completo y es que tú me complementas en todo, Alex. No tienes idea de cuán importante eres para mí. No te imaginas cuanto te amo, y la verdad es que yo tampoco. Solo sé que este amor va en aumento todos los días y quiero que tú me ayudes a descubrir cuanto te amo... ―separándose, Nathan sacó de sus bolsillos, una pequeña cajita de tono blanco causando que Alexander sintiera su mirada empañarse por las lágrimas que amenazaban con salir. ―Alexander West, yo quiero que juntos escribamos una historia, no de un día, una semana o un mes, quiero que la escribamos para el resto de nuestra vida... ―apoyando una de sus rodillas en la grama, abrió la cajita y mostró el pequeño anillo que allí había. ―Quiero que seas mi chico nuevo para toda la vida, Alex. Quiero que seas mi novio, mi esposo y mi alma gemela hoy, mañana y siempre... sé que estamos jóvenes aún pero, ¿aceptaría casarse conmigo, joven West?

Los presentes quienes observaban la escena con lágrimas, miraron expectante al chico de cabello carmesí. Alexander sentía lágrimas correr por sus mejillas, logrando que solo asintiera, pues el nudo que se había hecho en su garganta le impedía decir sí.

―Si... si, ¡si! ―gritó abalanzándose sobre su novio comenzando a llenarlo de múltiples besos. Los presentes gritaron y aplaudieron ante la escena tan tierna y romántica. Colocándose de pie luego de unos minutos, la joven pareja se colocó frente al juez y este comenzó la pequeña ceremonia, resumiendo todo a las siguientes preguntas.

―Nathan Daniel Blake Smith, ¿acepta a Alexander Adriel West Anderson como esposo? ―el castaño asintió dando un fuerte y claro . ―Muy bien, Alexander Adriel West Anderson, ¿aceptas a Nathan Daniel Blake Smith como tu esposo? ―el tiziano asintió entre lágrimas sin dejar de mirar a su novio. ―De acuerdo, por el poder que me otorga la ley y por el permiso de sus padres, yo los declaro marido y... marido. ―comentó entre risas causando que los demás lo siguieran. ―Ahora sí, Nathan, puedes besar al novio.

El castaño tomó de la cintura a su esposo y sin pensarlo dos veces, lo beso suavemente, como solo él podía hacerlo. El beso que había iniciado suave, como los pasos de un vals, lo transportaron a un momento en donde solo eran ellos dos. En donde el tiempo se detenía solo para disfrutar y apreciar aquella muestra de amor tan pura y noble como solo tales chicos podían propinar al universo.

Rompiendo el beso suavemente. Juntaron sus frentes permitiéndose a si evaluarse más allá de sus cuerpos. Ambos podían apreciar como a partir de ese momento, eran cada uno dueño del corazón ajeno, en donde solo se podía notar el amor más tierno y sincero, lleno de pasión y deseo.

Luego cerraron sus ojos y recordaron todo lo que habían vivido ese año. Las adversidades que habían tenido que superar para poder estar allí. Analizando cada uno de esos momentos, ambos chicos abrieron sus ojos y se observaron una vez más, sonriendo amplia y sinceramente.

―Te amo, Nath. ―susurró el tiziano tomando con fuerza la mano donde su novio tenía el anillo. El castaño sonrió y dejando un pequeño beso en la nariz de su esposo, respondió.

―Y yo a ti, mi chico nuevo.

"...Aférrate a mi corazón.
Necesito que me protejas de caer.
Yo siempre voy a sostenerte.
Porque tú me haces fuerte"
Strong; One Direction.

Fin.








•••
¡Capitulo final!

Sin embargo, dado que el domingo es veinticuatro de diciembre, he decidido subirles un capítulo de especial de navidad.

Linda noche ♡

Hey, chico nuevoWhere stories live. Discover now