Capitulo 60

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El tiempo sin duda alguna había pasado rápido. Después de aquel comienzo del año dos mil diecisiete, ambos jóvenes no habían parado de enviarse mensaje a cada momento para recordarse cuanto se amaban el uno al otro. Era cierto que aún no andaban oficialmente, pero para sus cercanos e inclusive para ellos mismos, no era necesario colocarse una etiqueta de «novios» aunque Alexander se moría de las ganas de que Nathan se lo pidiera.

―Llegamos, pequeño. Ten un excelente día hoy. ―el tiziano se despidió de su padre y luego tomo la mochila de su regazo, se retiró el cinturón de seguridad y abrió la puerta del automóvil para bajar de este con cuidado. Cerró la puerta y subió a la acera para observar como su padre se marchaba. Dejando salir un suspiro, Alex se colocó la mochila en sus hombros y comenzó a caminar hacia el colegio.

Al fin el momento había llegado. Después de esa incomoda escena en donde el menor había visto a Nathan desnudo, al fin se volvían a ver cara a cara. El chico solo esperaba que el castaño no hiciera algún comentario, sino moriría de la vergüenza.

Observando en su andar como algunos le saludaban, Alex solo les respondía con un asentimiento hasta adentrarse al colegio de lleno. Camino por el pasillo en silencio y se dirigió hacia su salón con la mirada baja. Sin embargo, aunque caminaba de esa forma, podía sentir como lo miraban y como cuchicheaban sobre sus hombros. ¿A qué se debía eso? No lo sabía y la verdad es que tampoco esperaba saberlo.

Logrando atravesar aquella multitud de murmullos, el tiziano llego hasta su salón, abrió la puerta con cuidado y al adentrarse se detuvo en el umbral de la misma. Lo que estaba mirado no podía creerlo. Sobre su asiento se encontraba un arreglo floral de rosas blancas y junto a este, una pequeña bolsa de dulces. El muchacho podía sentir sus mejillas arder en ese preciso momento.

―Bienvenido, chico nuevo. ―escuchó que le susurraron al oído, causando que una corriente eléctrica recorriera cada parte de su cuerpo. Su cintura la cual se vio envuelta por unos brazos ajenos, hizo que Alex se relajara al reconocerlos. ―Te extrañe, mi cerecita. ―el muchacho sonrió por aquel apodo y poso sus manos sobre las ajenas.

―Nath… también te extrañe muchísimo. ―susurró adentrándose por completo al salón, escuchando como luego cerraron la puerta. Se giró en los brazos ajenos y observo al chico que lo hacía suspirar desde el año pasado. ―Te extrañe tanto. ―murmuro y sin pensarlo dos veces, ambos se juntaron en un suave y delicado beso.

Un beso donde ambos se buscaban hasta encontrarse y poder sentirse completos. Nathan complementaba a la perfección a Alexander y viceversa, ninguno de los dos se había sentido tan completo tiempo atrás. Aquello simplemente parecía un cuento de hadas, uno que deseaba que no culminara.

―¿Te gustó el regalo? ―susurro el castaño cuando deshicieron el beso, Alexander asintió sonriendo. ―Me alegra saberlo, espero te acostumbres a este tipo de cosas, porque las hare seguido. ¿De acuerdo? ―Alex asintió y se ocultó en el pecho ajeno mientras cerraba sus ojos y se dedicaba a disfrutar de aquel mágico momento.










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¡Capitulo nuevo! Espero les guste. Recuerden hacerme saber sus opiniones mediante votos y/o comentarios.

Feliz comienzo de semana ♡

Hey, chico nuevoWhere stories live. Discover now