9. Una gran idea.

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Camila lanzó de nuevo la quaffle, que golpeó contra el trecho y regresó a sus manos. Tumbada en la cama de su cuarto recordaba la conversación que había tenido con Austin aquella mañana, después de que Lauren abandonara la Sala Común, para intentar determinar qué había pasado para que todo hubiera salido rematadamente mal.

En el momento en el que Lauren desapareció por segunda vez por la puerta de la Sala Común de Gryffindor, algo dentro de Camila le dijo que la había pifiado, así que saltó del regazo de Austin para salir corriendo en pos a la pelinegra, aunque no supiera muy bien para qué.

Error de cálculo. A mitad del vuelo, se acordó de su malherida rodilla. Tarde. Aterrizó exquisitamente sobre ambos pies, pero un dolor intenso estalló en mitad de su pierna derecha y toda la elegancia se desvaneció cuando cayó hacia atrás, midiendo la dureza del suelo con las posaderas.

Se agarró la rodilla con los dientes apretados para no gritar y sintió los ojos húmedos por culpa del dolor.

-Camila, ¿estás bien? -preguntó Austin con preocupación, arrodillándose al lado de su novia.

-Sí, quita -balbuceó la castaña tratando de levantarse- Tengo que...

Intentó levantarse, usando el brazo que le tendía Mahone, pero al incorporarse, una nueva punzada se lo impidió. Con un resoplido se tumbó boca arriba y golpeó el suelo con los puños llenos de impotencia.

-Cariño, ¿qué pasa? -inquirió el chico, que no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo.

-Nada, Austin, nada. No pasa nada. Ya no importa -bufó Camila.

-Pero, ¿estás bien?

-No -contestó secamente mientras se erguía para sentarse, y no se refería sólo a la rodilla- Me hice daño ayer en la pierna, no es nada.

-Mila, tenemos que llevarte a la enfermería, podría ser grave.

-No creo que lo sea, al menos no lo era antes.

-Mejor me lo pones, si ha empeorado tienes que... -empezó a decir Austin. A Camila le enfermaba que el cazador pecara en exceso de paternalista, así que le cortó antes de que pudiera seguir.

-Ahórratelo, Austin, no voy a ir. Ahora, deja el sermón y ayúdame a levantarme -el chico la miró con el ceño fruncido- Por favor -añadió Camila estirando los brazos.

Poco a poco y entre los dos consiguieron que Camila volviera a sujetarse por su propio pie.

-¿Y piensas entrenar así? -le espetó Mahone cruzándose de brazos con cara de reproche.

-Me he subido a una escoba en peores condiciones -respondió la castaña. Y no mentía en lo más mínimo.

-Puede, pero entonces no me tenías a mí para cuidar de ti. No pienso permitir que vueles hoy.

Nada más haber dicho eso, Austin se dio cuenta del error garrafal que acababa de cometer tratándose de Camila Cabello. La cazadora se giró lentamente, con una ceja levantada y mirada de recelo.

-¿Qué tú qué?

La tensión se podía cortar con tijeras y Austin carraspeó colocándose la corbata. Lo último que quería era discutir con su novia, pero es que desde hacía un tiempo tenía que ir con pies de plomo porque Camila se molestaba cada vez más a menudo y él no podía evitar preocuparse por ella, así que decidió cambiar de tema. 

-Camila, no sé qué te pasa, pero cada día estás menos cariñosa conmigo, pensé que estarías preocupada por tus problemas con Jauregui, pero ahora ya lo habéis arreglado y sigues igual.

Extraordinario | Camren (Adaptación)Where stories live. Discover now