Prólogo

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Alexander y Dylan, mejores amigos desde los 5 y 7 años.

Estos dos, conocen al otro como la palma de su mano por lo que es difícil que puedan mentirle al otro. Conforme pasaban los años, la chica comenzaba a ver de distinta manera a su amigo; cuando lo escuchaba reír ella sonreía encantada, cuando la abrazaba o consolaba se sentía protegida.

Tardó años en darse cuenta, ya que, ella nunca había sentido aquellas "sensaciones" que todo mundo dice tener. Aquellas mariposas en el estómago, el nerviosismo o tartamudeo al hablar con la persona, los sonrojos, etcétera.

Mientras tanto, el chico, al ser 2 años mayor, la pubertad le había llegado un poco antes y, de a poco se fue convirtiendo en un mujeriego, invitaba salir a toda chica del instituto, sin darse cuenta de los sentimientos de su mejor amiga. Se fijaba en rubias, castañas, azabaches, pelirrojas, güeras, morenas, etcétera; pero nunca se fijó en aquella niña rubia de ojos verdes.

A la edad de 12 años, Dylan comenzó a sentir "mariposas" con tan solo verlo, así que, le comentó a sus, ya en ese entonces, dos mejores amigas, Scarlett -hermana menor de Alex-, y Georgie -quien conoció en la primaria-, un día en que fueron a su casa a una pijamada y ambas respondieron.

—Estás enamorada —sonrieron cómplices.

—No es verdad —negó tratando de mentirse a sí misma, sabiendo que lo que le decían era completamente cierto.

Se sentó en su cama, bajando la mirada a sus manos.

Scarlett, se acercó tranquilamente a ella y se sentó a su lado—. Dylan, cariño, tú sabes que lo es, pero... —no terminó dejando que Georgie, quien también se sentó, terminara.

—... no lo quieres aceptar —finalizó la oración de su amiga.

—Es que, no es posible, yo siempre lo vi como mi hermano y... ahora... —no terminó.

—... ahora te gusta —completaron ambas.

—¡Que no! —exclamó exaltada levantándose de la cama y caminando de un lado a otro.

—Como quieras pero pronto te darás cuenta de que tenemos razón —respondió Georgie—. Además, nada es imposible —sonrió—, y no es malo que te hayas enamorado de tu mejor amigo.

Suspiró—. En eso tienes razón, sin ofender amiga, pero tú eres un claro ejemplo de ello.

—¡Oye! —se quejó divertida Georgie—. Pero déjame decirte que tú vas por el mismo camino, querida Dylan.

Negó y rió divertida—. ¿Saben qué? Mejor dejemos el tema de lado, vinieron para divertirnos y aprovechar los últimos días de vacaciones —sonrió a sus amigas.

—De acuerdo, hay que salir o algo —le siguió la corriente a su amiga—. Me encantaría salir a patinar como hace tiempo no hacemos, ¿les parece? —opinó Scarlett.

—Claro, vamos —aceptó la rubia, y la de pelo castaño rojizo solo asintió con una sonrisa.

El trío salió de casa directamente al parque frente a esta, con su par de patines colgados del hombro atados de las agujetas de su par.

Mientras tanto en casa del muchacho, este se encontraba en su habitación platicando por video llamada con su mejor amigo, Francisco Rogers.

—¿En serio no te has dado cuenta? —preguntó sin creerlo.

—Te lo juro, es demasiado discreta.

—¿Discreta? Por favor ella es todo menos eso. Hasta yo, que soy igual de distraído que ella, me he dado cuenta —rió.

Investigando Al Amor [PAUSADA]Where stories live. Discover now