3. Puente

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Los juegos necesitaban una aceitada urgente. Cada que el columpio se balanceaba hacia adelante sonaba un agudo chirrido. Ace estaba envuelto de la cintura hacia arriba con una gruesa chamarra, bufanda y un gorro rojo con negro. El cielo estaba vacío y sin nubes, pero incluso así, el sol no calentaba el día en absoluto.

Continuó con su balanceo en el columpio oxidado y observó a los niños corriendo por todo el parque. Parecían mini burritos de queso andantes, arropados por todos lados. Incluso si se caían rebotaban un poco. Ace sonrió al observar semejante escenario.

— ¿Te importa si pregunto quién eres? — una voz grave interrumpió su buen tiempo.

Ace frenó el columpio con los pies y observó al hombre. Lo primero que saltó a relucir fue la falta del exceso de ropa. Usaba una elegante vestidura oriental, y al pelinegro le dio frío sólo de mirar. Cuando observó de nuevo a los niños, notó que la mayoría tenían cintas de distintos colores amarradas a sus acolchonadas cinturas. Ah.

— Um, no es lo que piensa — de pronto Ace se dio cuenta de que su estadía en un parque repleto de niños, no siendo él uno, debía parecer extraño —. No soy un pervertido, estoy cuidando a mi hermano. Es el que está jugando en el puente — señaló al juego de en medio del parque.

La cara del hombre se suavizó al escucharlo, asintió en silencio y tomó asiento en el columpio de al lado. Afortunadamente, los asientos eran muy anchos.

— Lo siento. Nunca se es demasiado cuidadoso. Soy Jinbe — sonrió y Ace observó en su cara una cicatriz que nacía por su ceja y atravesaba en diagonal su cara, pasando por su ojo y terminando poco más arriba de su patilla. Debido a su piel curtida por el sol, aquella cicatriz, al parecer reciente, resaltaba aún sin escrudiñar su cara.

— Portgas D. Ace — contestó y giró su cabeza hacia el frente de nuevo.

— Tu hermano tiene mucha energía — comentó el hombre.

Los dos observaron mientras Luffy se encontraba en un extremo del puente y corría hacia el otro extremo pretendiendo que eran el enemigo. El puente estaba hecho de gruesos troncos de madera, y las tablas estaban sujetas por cuerdas, por lo cual era inestable y era perfecto para imaginar que era un puente colgante en medio de la selva. Algunos niños se caían pero la altura era ridícula para considerar que se hicieran daño. Ace observaba y las comisuras de sus labios se curveaban ligeramente.

— ¿Y cuál es el tuyo? — preguntó el chico luego de un confortante silencio.

— Casi todos.

La cara que hizo el menor de los dos fue suficiente para hacer carcajear a Jinbe.

— La mayoría de los niños y niñas que ves ahí son huérfanos. Colaboro en el Moby Dick y los entreno, como recompensa los dejo jugar aquí. Uno pensaría que después de una hora de entrenamiento estarían agotados, pero siempre tienen energía para jugar — rio de nuevo, intentando contenerse.

— ¿Moby Dick?

Jinbe asintió con la cabeza.

— Es un orfanato. El dueño vivió mucho en la costa.

Ace subió las cejas, aquella explicación no lo convencía.

— Y le gustan las ballenas — agregó.

Ahora sí tenía sentido.

Continuaron hablando mientras ambos se balanceaban en los columpios. Jinbe le habló de la ciudad y cómo era que había llegado hace algunos años. Las personas eran un poco cerradas a los forasteros, pero después de un tiempo le dieron la bienvenida y ahora era muy respetado. Ace por primera vez en las dos semanas que llevaba en aquella ciudad se relajó y habló sobre por qué estaba ahí.

— Básicamente cuido a Luffy, excepto cuando va a la escuela, porque el viejo siempre está ocupado en sus cosas. Nunca nos dice nada — se cruzó de brazos y apretó la boca.

— Bueno, escuché que los militares están persiguiendo un pez gordo — se rascó la cabeza y miró el reloj de su muñeca. Luego se cruzó de brazos. Los niños seguían jugando en los sube y baja, columpios, resbaladillas y pasamanos.

— Jinbe, ¿puedo preguntarte algo? — Ace removió la tierra con su bota.

— Puedes.

— ¿Sabes si alguien necesita un ayudante o tienen disponible algún trabajo?

Después de su altercado en el bar Ace no había salido de su cuarto en una semana. Pasó todos los días durmiendo, comiendo, viendo televisión y jugando videojuegos con Luffy. Las cosas cambiaron poco cuando el menor comenzó a ir a la escuela.

Jinbe rodó los ojos, pensando si había visto algún cartel de Se solicita últimamente.

— Oars Junior trabaja en el campo, pero la temporada de recolección no ha empezado. Jozu trabaja solo en la joyería, Vista no deja que nadie toque sus plantas... mmm... creo que Thatch busca alguien que pueda ayudarle en su restaurante.

La cara de Ace se iluminó.

Restaurante.

Comida.

Gratis.             

No es un crimen (aunque lo parezca) [Marco/Ace]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora