6. Abrasador

1.8K 246 23
                                    

— ¡Aaaaaacccce!

Todos en el restaurante conocían aquel grito de batalla. En especial los cocineros, quienes tenían la mirada fija en lo que estuvieran preparando en ese momento, y una espátula empuñada en caso de que aquellas diminutas manos decidieran robar la comida.

El hermano de Ace era un tornado, una aspiradora, o un pulpo con un agujero negro en el estómago. Para cuando decidía sentarse en una mesa al rincón de la cocina, con la punta de los cubiertos golpeando la superficie, Thatch deslizaba un plato con carne y arroz. Eso lo silenciaba casi por completo.

— Mesa seis — colocó el cocinero una exquisita sopa de mariscos en la barra, donde Ace la recogió, la colocó en una charola y caminó hacia la mesa del cliente. El aroma era irresistible pero sabía que podía comer cualquier platillo del menú al final de su turno.

Esa había sido la rutina mes tras mes. Luffy en la escuela, cada vez con más amigos, incluso de grados más adelante que él.

Cuando su turno de medio tiempo terminó, el pelinegro se dirigió a la mesa donde estaba su hermano menor. No estaba solo, lo cual no era algo extraño, era Luffy después de todo, pero su acompañante era alguien que Ace no estaba esperando ver ese día.

— ¡Entonces apareció una enorme ballena y se comió la carabela entera!

El muchacho ahogó una carcajada al ver los ojos de Luffy abiertos como platos y la boca en forma de O.

— Y... si quieres saber qué pasa después, tienes que terminar tu tarea, yoi — sentenció Marco. Sonreía con malicia al ver al niño formar un puchero.

El pelinegro contuvo la respiración. Sintió un retortijón en el estómago, y no era de hambre. Su interior se sentía cálido, en paz. Thatch, sus hermanos y conocidos, lo hacían sentir como si estuviera en casa; como si pudiera bajar sus defensas. Ace creía que Luffy se sentía de forma similar, había comenzado a sonreír más de lo normal.

Pero lo que Marco provocaba en el pelinegro era algo distinto. Lo hacía formar una tímida sonrisa en sus labios sin ninguna razón, y su pecho y mejillas solían sentirse como si estuvieran ardiendo; como si estuviera siendo abrazado por poderosas llamas.

Ace soltó un largo suspiro y Marco volteó hacia él. Los labios del rubio se curvaron ligeramente.

— ¿Sabes si Thatch terminó con mi orden? — Su voz llena de energía sobresaltó a Ace.

Marco nunca solía hablarle de una forma tan familiar. Muchas de sus interacciones estaban llenas de seriedad y cordialidad forzada. Era un libro cerrado. Como el de la tarea de Luffy, que se levantó y se adentró de nuevo a la cocina.

— ¡Tú no me ordenas! — gritó el aludido. Se acercaba moviéndose lento y con dificultad. Ace, al verlo cargar con tantos paquetes, alivió un poco su carga antes de que ocurriera una desgracia.

— ¡Esta es la última vez que preparo un banquete de mi culinaria cocina con una horas de anticipación! — jadeó el cocinero al verse librado de la mayoría de los envueltos.

— Oyaji también estaba sorprendido cuando recibió el mensaje — Marco se encogió de hombros, aunque se regocijaba por dentro al ver la desesperación de su hermano.

— Como sea, tengo un negocio que atender — sacudió sus manos y observó a Ace, que tenía la mitad de la carga en sus manos — Te soborno con el postre si ayudas a Marco.

No es un crimen (aunque lo parezca) [Marco/Ace]Where stories live. Discover now