Helado. (Call the Midwife ficlet)

15 2 3
                                    

Con la primavera llegó el calor y con el calor los vendedores de helado. Patrick sabía que también, llegaba la época en la que su hijo pasaba el día pidiéndole monedas para comprarlos. Este año no se quejó. Quería darle todo lo que fuera posible, tanto lo material como lo afectivo. Quería estar el mayor tiempo con él, que el niño borrara de su mente que fue un padre ausente. Y por supuesto, quería comprarle todos los helados que se le antojaran.

Una tarde, Tim entró al consultorio chupando un helado que amenazaba con manchar sus pantalones. Patrick supo que era él antes de verlo por el sonido de las llaves en sus piernas. Caminaba lento pero seguro, y cada día se aventuraba a salir un poco más.

-Ése es el tercer helado de hoy, hijo. No más, te hará daño a la garganta.

-No es mi culpa que sean tan ricos. -el niño se sentó frente a su escritorio, viendo a su padre juntar y leer distintos papeles.

-No hay trabajo para ti hoy, me temo. Las enfermeras limpiaron todo antes de irse.

-Um, no importa, ya sé que me das dinero igual.-sonrió cuando su padre intentó mirarlo con dureza-Ey pa, ¿cuál es el helado favorito de Shelagh?

Se quedó en silencio, con el último de los papeles en la mano. No tenía idea. Llevaban unos meses de compromiso y habían hablado de todo, pero nunca le preguntó algo como eso.

-No me digas que no lo sabes. Papá, eres terrible.

-Nunca se lo pregunté. ¿Tú?

-Tampoco, pero ella no es mi novia. Deberías saberlo.

-Tienes razón. Es una buena excusa para invitarla.

-¿Comprarás helado y lo llevarás a casa? -de pronto Tim parecía muy emocionado ante la idea de más helado esta noche y en su casa.

-Ni lo sueñes. Ya tuviste tus helados de hoy, y te dije que te harán daño. Invitaré a Shelagh a tomar uno.

Pese a las quejas de Tim, se sintió feliz. Siempre quería pasar tiempo con Shelagh y si era para saber algo sobre ella, aunque fuera algo tan tonto como su sabor preferido de helado, se sentía aún más feliz.

Dejó a Tim en casa y se dirigió a la casa de Chummy. Sabía que ella estaría allí con las enfermeras. Casi todas las tardes las pasaban juntas, ultimando detalles de la boda. La idea de, además, sorprenderla allí, lo emocionó aún mas. Sintió que toda esa emoción sería apropiada para un muchacho un poco mayor que Tim, y no para él, un hombre grande, pero no podía evitarlo. Estaba hecho un tonto enamorado.

-¡Oh, buenas tardes, doctor! -Trixie lo saludó cuando abrió la puerta. No alcanzó a responderle, porque la rubia ya estaba dentro gritando un sonoro "¡Shelagh! ¡Te busca tu hombre!"

Se atragantó y trató de disimular su tos mientras escuchaba las risas femeninas. Estaba pensando que no había sido buena idea aparecer en medio de una reunión de mujeres pero ese pensamiento se disipó cuando vio a Shelagh, completamente sonrojada.

-¿Patrick qué haces aquí? -le sonrió-Pensé que hoy trabajarías hasta tarde...

-Terminé antes. ¿Quieres venir a tomar un helado?

La vio pestañear y fruncir el ceño.

-¿Helado?

-Claro, helado. ¿Qué hay de raro?

-Umm...es que...

-¿No te gusta? -le resultaba imposible creer que a alguien no le gustara el helado, pero sabía que había muchas personas que no lo preferían. Quizás Shelagh era una de ellas.

-¡Me encanta! -exclamó y él suspiró aliviado-Pero es que...Chummy estaba por probarme el vestido. Y Trixie quería intentar con otro peinado.

-Ah. -no pudo ocultar su decepción, aunque la causa era hermosa. Decidió intentar otra cosa, porque mas que helado, lo que quería era estar con ella aunque sea por cinco minutos-Un viaje a la heladería llevaría todo tu tiempo pero, ¿no tienes un momento? Aunque sea para tomar un helado de algún vendedor de por aquí.

La sonrisa de Shelagh se ensanchó aún más mientras asentía.

Como la calle estaba llena de niños, Patrick supuso que cerca estaría alguna furgoneta de helados, así que decidió ir caminando junto a ella. Quería preguntarle sobre los preparativos de la boda pero no sabía nada de esas cosas, así que decidió ir directo al asunto.

-¿Cuál es tu sabor preferido de helado?

-No soy muy extravagante. Fresa. Y también crema. Y...limón. Y...chocolate.

-¿Todos?

Asintió, ocultando su risa. Patrick supo que cuando llegara el verano, en su casa no estaría sólo Tim tomando helados sin parar, sino también ella. Cuando recordaba que pronto ella viviría para siempre en su casa, temblaba de emoción. Rozó su muñeca con los dedos y la vio sonrojarse.

-¿Y el tuyo? -preguntó Shelagh sin mirarlo.

-Chocolate. Ya ves, soy muy clásico y determinante. ¡Ahí está! -señaló a una furgoneta. De reojo vio que ella estaba conteniéndose de correr hacia allí y se preguntó cómo no se le ocurrió antes invitarla a tomar helados. Ahora no sólo sabía que le gustaban todos los sabores sino que los amaba.

Compró ambos helados y se giró para buscarla. Estaba mirando su reloj, seguramente se estaba haciendo tarde pero sus ojos se iluminaron cuando lo vio.

-Tú con helados, creo que es la mejor imagen que vi en mi vida.

Se sorprendió de que ella dijera algo como eso pero no pudo decir nada porque ella enseguida le quitó de las manos el helado de fresa.

La vio cerrar los ojos de puro placer cuando lo probó y vio sus labios mojados y rojos y no pudo evitarlo. La besó de repente, sintiendo primero el sabor de fresa y luego el sabor propio y dulce de Shelagh. No le importó que su helado de chocolate ensuciara su traje, o que medio Poplar estuviera mirándolos. Era su primer beso en público, delante de todos, confirmándoles que estaban juntos. Cuando se separó, vio los ojos sorprendidos de ella pero también un destello de picardía.

-Creo que me tendrás que invitar más seguido a tomar helados, querido.

-Todas las veces que quieras, mi amor.

Disparos en la noche (One Shots Varios)Where stories live. Discover now