Esbozó una pequeña sonrisa cuando la enfermera le dio la buena nueva. Apenas tres días más, y se iría.
Estaba totalmente curada, las radiografías y análisis así lo aseguraban.
-Al fin podrás salir y hacer tu vida.
-Sí. -sonrió.
"Hacer tu vida". Sonaba tan sencillo. Las personas hacían su vida todo el tiempo, todos los días. Era, justamente, parte de la vida hacer un camino propio. Sin embargo, ella estaba al borde del camino, indecisa sobre cuándo y cómo pararse en él y empezar a caminar.
Nerviosa, miró de reojo al armario. El hábito seguía ahí. A veces lo veía como una sombra a punto de tragarla para llevarla de regreso a algo que ella ya no quería. A veces, lo miraba con pena. Tenía cientos de recuerdos ligados a él, era la cuerda que la mantenía unida a una comunidad de personas que quería y que la querían. Sin él, sería una extraña más en el mundo, sin familia ni amigos.
El pensamiento le aceleró el corazón. ¿Podría ser capaz de sobrellevar esto? ¿Y si se equivocaba? ¿Y si se daba cuenta una mañana que todo había sido una mala jugada de su mente para atormentarla con otros deseos que en realidad no tenía?
Desvió su vista a la mesa de luz. No las veía, pero sabía que estaban allí. Las cartas estaban guardadas en el cajón, arrugadas por tantas veces que fueron leídas. Tomó aire y ajustándose su bata, salió de la habitación. Debía hacer una llamada.
****
Bostezó. La noche anterior había sido como todas, agitada e intranquila. Entre sus preocupaciones estaba Tim. Su suegra lo había llamado para informarle que estaba con gripe. Como médico, sabía que una gripe era algo normal en un niño, pero como padre, no podía evitar pensar cosas terribles. Su hijo estaba enfermo, con un padre también enfermo y una madre muerta. Estaba con su abuela, seguramente cuidado al extremo y con todos sus caprichos cumplidos, pero lo conocía y sabía que detrás de su cara de niño listo y autosuficiente se escondía un niño que aún pedía abrazos de su padre y un cuento por las noches. Pensarlo enfermo le estrujaba el corazón.
Bostezó nuevamente, el parque estaba particularmente aburrido. Pocas personas, una cuantas nubes en el cielo, una brisa un poco fría. Todo lo que había para ver, ya lo había visto incontables veces. No encontraba nada que lo sorprendiera o llamara su atención.
Metió las manos en los bolsillos, tocó su preciado tesoro, tentándose con él.
-Doctor.
Se giró bruscamente al oírla. Quizás por su cansancio se había dormido y tenía uno de sus tantos sueños con ella, pero ahí estaba, acercándose a él, con una sonrisa tímida.
-Ho...hola. -se insultó por ese saludo nervioso y tonto. Ella pareció no darse cuenta.
-¿Cómo está? -se había parado a su lado, pero mirando algo fijamente y con el ceño fruncido. No entendía qué estaba pasando, hasta que ella hizo un par de pasos en dirección a algo.
-¿Pasa algo? -le preguntó, sin entender aún.
-¡Ha florecido! -exclamó ella, inclinada sobre una planta. Se acercó a ver, y vio entre sus manos una pequeña rosa blanca.-Muchas veces vi este rosal y me preguntaba cuándo florecería.
-Si quiere puedo cortarla para usted. -se sintió como un caballero medieval diciendo eso, hasta que vio su mirada llena de enojo.
-Ni se le ocurra. -lo reprendió-Debe permanecer ahí, ¿cómo podría cortarla? ¡Eso sería salvaje!
Tragó saliva. ¿Sería posible que siempre que estuviera con ella arruinara todo?
-Lo siento, yo...

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Disparos en la noche (One Shots Varios)
FanfictionOne shots de The Beatles, Call the Midwife, Downton Abbey, otras bandas/personajes, series.