Serendipia ━ Barry Allen ✓

7. Recover

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❛ Can we recover?
Can we get over this?
Are we too deep in the
night to see the day? ❜
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—Espera, más despacio Barry —pide April, tratando de comprender lo que le acaba de decir su esposo—. ¿Quién demonios es Flash? ¿Otra línea de tiempo? ¿Nora muerta?

La castaña está confundida y por un instante cree que Barry le está jugando una broma, una muy buena broma. A ella nunca se le hubiera ocurrido y tiene que darle puntos extras por eso, pero se trata de Barry, de su mejor amigo. Sabe que el hombre frente a ella es incapaz de mentirle, ¿cierto?

De repente April recuerda el día en que su relación con Barry se tambaleo por primera vez en años, aquella mañana en donde él le preguntó quién era ella. Esa mañana en donde la mirada que Barry le dirigía no había vuelto a ser igual.

Su mente es un lío, su pecho se comprime cuando rememora una vieja película sobre viajes en el tiempo, ¿sería posible? April ríe, pero es una risa tensa, nerviosa. —Ok, si todo eso es cierto —añade, sin todavía creer lo que dijo el velocista—. ¿Que soy yo, Barry? ¿Una clase de... aberración temporal? ¿Siquiera se dice así? ¿Soy una aberración?

Barry está en menos de un latido cerca de ella, sus narices rozándose. April da un respingo, asombrada por la primera demostración física de los supuestos poderes de su esposo. Ni siquiera se había percatado de haberse alejado de él. —Escúchame April, esa palabra nunca describirá quien eres. Eres lo más hermoso que me ha podido pasar. Pero si vamos a hacer esto, tienes que saber todo. Solo te he dicho la verdad a medias, hay algo más, alguien más...

El velocista cierra los ojos, se aleja unos pasos de ella y respira profundo, dispuesto a sincerarse completamente con April. Pero ella no le da esa oportunidad, cuando él abre sus ojos y vuelve la cabeza, ella ya no está.

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—¿Entonces, ahora tengo una oportunidad real de cambiar tu apellido? —dice Hal, en un intento de mejorar el ánimo de su acompañante

—¿Entonces, ahora tengo una oportunidad real de cambiar tu apellido? —dice Hal, en un intento de mejorar el ánimo de su acompañante.

—Hal... —Le reprende, él ríe y responde chocando su hombro contra el de ella.

—Solo bromeo —Ante la mirada de April, el hombre roda los ojos y aclara: —A medias.

La mujer suspira y observa el parque. Niños corriendo por todas partes, padres y madres rodeando el área de juegos, familias enteras reunidas en el lugar. Su misma familia se encuentra ahí gozando del día, ella se encuentra con la pequeña Victoria en su regazo, dormida. Su melliza, Valery descansa en brazos de Hal.

En ese fugaz momento, April se permite apreciar a Harold Jordan, su antiguo vecino y amigo. Aun sentado se aprecia su gran altura, casi superando a Barry, y es bastante corpulento, ya no es aquel chiquillo que le perseguía a ella y a su primo Mike en el patio de su casa.

En otras circunstancias jamás habría pensado en invitarlo justamente a él. Pero no tenía paciencia para soportar los chismorreos de sus tías y de su madre en cuanto vieran que se había presentado sin su esposo. Llevar a Hal y decir que Barry estaba enfermo le parecía mejor idea.

—No puedo creer que esté diciendo esto, pero, deberías hablar con Barry. Ya pasó una semana —dice Hal, luego de un momento de silencio. April resopla con mal humor, no estando dispuesta a hablar del tema con él—. Escucha Ri no dejes que se hundan, no me has dicho qué pasó exactamente, pero tiene que tener solución. Siempre la hay.

La castaña acaricia distraídamente la mejilla del bebé en sus brazos y exclama: —En primera, solo mis sobrinas me llaman Ri. En segunda, odio que seas tan optimista. Y en tercera, tengo miedo.

—¿Quién eres y qué has hecho con mi April? —La castaña atina a darle un golpe en la cabeza, provocando que él ría—. Admiro a esa mujer, es una de las personas más valientes que conozco —continúa, mirándola fijamente. La intensidad de su mirada hace que April desvié la suya, sonrojada. Ya había olvidado lo fácil que era sonrojarse en presencia del piloto.

—Ya debería irme —dice ella, comenzando a pararse de aquella banca para ir a dejar a Victoria con su padre.

Pero Hal no la deja escapar, toma su mentón y con delicadeza le obliga a mirarlo. —April, mis sentimientos hacia ti no son un secreto, lo sabes, lo sabe nuestras familias, tu esposo, medio Coast City. Tu felicidad es la mía, aunque no sea a mi lado. Te pido perdón, pero no soportaba verte así, y tuve que hacerlo.

—¿Q-Qué? ¿De qué hablas? —cuestionó confundida, tratando de poner distancia entre ella y él. Hal le señala detrás de ella. Es entonces que lo ve, ahí parado luciendo terriblemente guapo a pesar de las ojeras.

—¿Barry?