Capítulo 19: Locura.

93 16 2
                                    

Me sentía mareada

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Me sentía mareada. Jamás pensé que el alcohol pudiese darme algún tipo de efecto, puesto que mi organismo lo consume muy rápido, pero las chicas cada vez traían más y casi todo me lo daban a mí. Al parecer si bebía demasiado mi cuerpo se tardaba más en procesarlo. Y dicho caso lo desconocía. Aun así, fue demasiado divertido reír por horas sin parar. Afortunadamente no hice nada malo, o no lo haría hasta dentro de poco. 

—Ya está —murmura él cuando termina de ponerme la bata. Su calor me está tranquilizando, y su colonia es más embriagante que el alcohol—. No puedo creer lo que hiciste. 

Todo me sigue dando vueltas. No siento dolor de cabeza ni ningún otro síntoma, pero el mareo y la sed comienzan a hacerse insoportables. 

Él simplemente me vio en ropa interior y me cambió. Tal cosa debería avergonzarme, pero en estos momentos siento de todo menos vergüenza. 

—Gracias —susurro. Él termina de pasar la manga por mi brazo, y cuando lo hace halo hacia mí su cuerpo, tomando su camisa y haciéndola puños en mis manos. No sé lo que estoy haciendo, en estos instantes todo es muy confuso. 

—¿Qué haces? —Samuel me mira con asombro. Siento su respiración acelerada golpear mis labios, y su corazón comienza a palpitar con fuerza. 

—No lo sé, ¿te había dicho que hueles muy bien? —susurro. Estamos tan cerca que no hace falta hablar muy fuerte. Lo tengo tan cerca que puedo sentir todo su cuerpo aplastando el mío. Cierro mis ojos, y me dejo llevar por la paz que estoy sintiendo en estos momentos. 

—Celina, estás borracha —me recuerda. Abro mis ojos, me encuentro con los suyos; azules y oscurecidos. Sé que él piensa lo mismo que yo, pero su cordura no lo deja. Yo, sin embargo, perdí la mía hace horas. 

—Sí, lo estoy. Si no lo estuviera, estoy segura que no estaría haciendo nada de esto. 

Él me observa con un sentimiento indescriptible. Su mirada baja a mis labios, y la mía hace lo mismo. Estoy respirando deprisa, y un cosquilleo recorre mi parte íntima. Tal sensación la desconozco. Y me pregunto qué tan lejos puedo llegar. 

—No deberíamos... —traga con fuerza— no deberíamos hacer esto. Es... incorrecto. 

—¿Realmente lo es? No debería serlo. 

Mis labios buscan los suyos. Soy consciente de que es un solo beso, tan pequeño como fugaz. Mis labios no quieren besar los suyos, solamente quieren distraerlo y buscar su cuello. Cierro mis ojos, sé que no es correcto, sé que arruinaré todo si lo hago, pero mi sed y mi cuerpo me controlan en estos momentos. Tras mi veloz beso, comienzo a besar su cuello. Su sabor me embriaga, su cuello es duro y grueso. Tengo mucho tiempo de no beber desde el cuello de un humano, y me estoy volviendo loca. Busco su cuello y me aseguro de no pasarme más de lo debido. Siento mis colmillos salir y abro mi boca, lista para morder su exquisita piel. 

LABIOS CARMESÍ © | TERMINADA Where stories live. Discover now