<< Dos >>

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"Amar es mantener las promesas, pase lo que pase"
-John Green

En los últimos diez largos años, Park Jimin había dejado de creer en muchas cosas, incluyendo aquella promesa que su primer amor le había hecho.
Como era de esperase, el tiempo no esperó y siguió su curso, cada día para el joven Park era más difícil, cada día era una tortura para su existencia, cada día era un motivo más para terminar con él de una vez por todas.

"Él no volverá" Se repetía innumerables veces a solas en la oscuridad de su cuarto, culpándose de lo ingenuo que había sido, culpándose por creer en una simple promesa de niños.

JiMin miraba con ojos cansados y llenos de interrogantes el semblante de JungKook, buscando por respuestas. Sintió que su cabeza daba vueltas, se arrepintió de no haber aceptado la propuesta del joven a llevarlo a hospital, después de lo brutal que fue su padre con él, se sintió totalmente débil, vulnerable.

Por otra parte, el joven Jeon estaba en un debate interno sobre explicarle el verdadero motivo de su repentina desaparición y las vueltas de su vida en estos diez años, le preocupaba cuanto más podía dañar al hombre con el cual había enlazado su alma.

Para ser sinceros, Jeon Jungkook jamás se olvidó de la promesa.

"Y bien, ¿D-dónde estuviste todo este tiempo?" Se atrevió JiMin a preguntar para acallar ese incómodo silencio que se había interpuesto entre ambos, estaba nervioso, no sabía si el hombre que tenía parado en frente seguía siendo el mismo que conoció en su infancia, el mismo que le hizo la promesa.

El pelinegro salió del pesado trance que tenía en su cabeza para mirar atentamente al hombre más pequeño. Había adelgazado, mucho más de la última vez que lo vió, tenía los ojos hinchados y rojizos de tantas lágrimas que habían salido, se veía frágil y desgastado, como un muñequito de porcelana agrietado.

Las palabras no pudieron salir de su boca, en su lugar, rodeó al rubio con sus brazos en un abrazo protector, la imagen que tenía de su amado en frente le hizo sentir culpable, el no merecía esto.

"Lo siento JiMinie, todo esto es mi culpa" Dijo el alto a punto de quebrarse al sentir el frágil cuerpo del más pequeño.

JiMin no dudó en rodear la cintura Jungkook, pero aún seguía estupefacto por la declaración de su amado, ¿en realidad era su culpa?

"No pienses así Kookie, es solo que, he esperado tanto que... que pensé que no volverías, que me habías olvidado" Soltó el rubio rompiendo también el lágrimas.

"Jamás lo he hecho, Minnie" Abrazó aún más fuerte a JiMin. Aunque Jeon no lo admitió en el momento, él necesitaba ese sincero abrazo más de lo que se imaginaba, necesitaba protegerlo.

En la deteriorada vivienda del joven Park, por primera vez se sintió fluir el amor en medio de toda preocupación y desesperación. A pesar de todas las preguntas que se formulaban en el interior de Jimin, decidió disfrutar el cálido abrazo que le daba su primer amor, que al igual que Jungkook, lo necesitaban antes de responderse todo.

Ambos sentían sus corazones, latiendo aún más fuerte que aquella vez que hicieron su promesa. En ese momento, uno ya no tenía dudas como antes y el otro sentía al opuesto más calmado.

JungKook se separó del otro hombre con tierna delicadeza, insinuándole que no estaba solo, que los años de espera habían valido la pena, que su corazón siempre le perteneció.

"JiMinie" Levantó la barbilla del rubio, sus ojos ya no tenían la desesperación de cuando lo encontró en aquella comprometedora situación con su padre, pero se veía muy cansado.

"¿Hmm?" Murmuró.

"Estás cansado, y lo que voy a contarte es demasiado largo"

"Claro que es demasiado largo, después de todo han pasado diez años, no quiero quedarme dormido" Dijo el joven Park con una sonrisa.

Su sonrisa... había olvidado lo hermosa que era.

"Por supuesto, pero antes, tenemos que salir de aquí" El pelinegro tomo de la mano a su preciado rubio, pero este se detuvo de golpe. JungKook fijó su vista en él, ¿qué le sucede?

"N-No puedo" Cierto nerviosismo se notaron en aquellas palabras, ¿a qué le temes Park Jimin?

"¿Por qué?" Jungkook no quiso sonar duro, pero el haber esperado tanto para reencontrarse con su amado lo estaba haciendo más débil frente al monstruo de la locura.

"S-Si mi madre se entera que yo metí a mi padre a la cárcel, y que además no hay dinero para su alcohol, dará conmigo para cortar mi cuello, ya lo hice una vez y n-" Mierda, un beso. Aunque fue corto, JiMin estuvo en el paraíso, se sintió jodidamente bien.

"A mi lado, estás a salvo Chim" Dijo el alto separándose de los labios del menor. Iba muy rápido, lo sabía, pero sentir esa frustración por parte de JiMin hizo que los instintos que nunca pensó que despertarían, despertaran. "¿Nos vamos?".

JiMin miró a su alrededor, su casa, que a pesar de ser una completa pocilga, había sido su trinchera, donde se sintió seguro frente a los ataques de su familia, pero ya no lo era más, quería irse.

Esa vivienda solo representaba una vida llena de sufrimiento.

"Vamos"

Salieron del deteriorado edificio en el cual había residido el joven Park. Iban tomados de la mano mientras cruzaban la acera, JiMin prácticamente estrangulaba la mano de Jungkook del miedo que tenía aún.

Al llegar al otro lado de la calle tomaron un autobús, se sentaron juntos en la parte del fondo y Park recargó su cabeza en el hombro de Jeon, cerró los ojos y poco a poco se fue quedando dormido.

Mientras tanto, JungKook observó el calmado semblante de su acompañante y... se preguntaba cómo decirle que no había vuelto por él a causa de haber quedado encerrado en un centro para menores tras el encarcelamiento de su madre y única progenitora.

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