Comienzo del juego

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•Narra Leslie•

—¡Estas completamente loca! —Acusó el rubio bastante malhumorado con su típico tono ronco que hasta ese momento no me había percatado me traía bastante interesada en él

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—¡Estas completamente loca! —Acusó el rubio bastante malhumorado con su típico tono ronco que hasta ese momento no me había percatado me traía bastante interesada en él.

—Y la has sacado en oferta, podría haber sido peor. Deja de quejarte, Billy —Comente mientras me volteaba a verle sin detenerme, mi voz era tranquila y en ella no había rastros de preocupación como usualmente. — ¿Te quedarás aquí mucho tiempo?

Cuestione cambiando de tema mientras me acercaba a la puerta de mi habitación en el motel, la numero doce para ser precisa. El rubio se encontraba realizando la misma acción cuando me detuve a mirarlo un momento, al encogerse de hombros supe que ni el mismo tenía la respuesta.
Al entrar lo primero que visualicé fue el reloj en la pared que marcaban las tres treinta ya pasadas, arrugue mi frente y una sensación de enojo me recorrió el cuerpo. Aiden debo estar aquí para las tres en punto, lo habíamos acordado pero seguramente el muy maleducado se las había dado de niño grande y se habría quedado jugando videojuegos. Trague saliva y me dije a mi misma que probablemente estaba haciendo nuevos amigos y que era mejor dejarle, después de todo no sería un niño para siempre.

— ¿Tienes un segundo? —La silueta de Billy apareció plasmada en mi puerta como si fuese la de un fantasma al que le cubrían las sombras. Me puse de pie, puesto que estaba reflexionando recostada en la cama, y me percaté entonces de que había dejado mi puerta abierta de par en par. Puta distraída.

—No para ti —Alce una de mis cejas, sin embargo, tras haber dicho eso me negué a hacer algo para echarle.

—Tienes un muy mal genio ¿Lo sabias? —Bufo rodando sus ojos y no tardó en ir al grano. —Necesito que cuides de mi hermana Max esta noche, mis padres están en California mudando las últimas cosas de nuestra casa y tengo una cita con Anne.

—Bien, lo haré—Carraspee no sin antes agregar—No le llames cita a un encuentro sexual —escupí con fastidio antes de poner atención a mi mochila con el único fin de no hacer contacto visual con sus ojos.

—Recógela cuando vayas por tu hermano a la galería de juegos. No se negará —Informó antes de dar un paso que le dejaría dentro de aquel cuarto. — ¿Te has puesto de mal humor? —Preguntó incrédulo mientras la risa le desbordaba de los labios lo que me molestó aún más. Increíblemente el tenía razón y para mi extrañeza su comentario me había causado cierta incomodidad.

—No, solo estoy pensando —Bufé mientras me dejaba caer en la cama, para ese entonces Billy se encontraba recorriendo curioso cada rincón, si supieran las personas lo extraño que era y lo lejos que estaba de ser un chico malo.

— ¿Cuál es el motivo de tus celos? ¿Que no te haga a ti lo que voy a hacerle a ella? —Se carcajeo dándole una calada a su cigarrillo lo que me hizo arrugar mi frente, retiraba lo todo anteriormente dicho, era un idiota.

—Exactamente, no sabes lo terrible que se siente saber que no vas a follarme brutalmente esta noche —Trague saliva fingiendo un tono melodramático mientras el tomaba asiento en el sofá de mimbre que estaba frente a la cama, ahora nos mirábamos fijamente.

—Bueno... esta noche estoy libre, zorrita —Enderezó su espalda y comentó entre risas y un tono victorioso, la respuesta que obtuvo por mi parte fue simplemente poner mis ojos en blanco y soltar un bufido. Era un tipo realmente exasperante.

Él relamió los labios con una sonrisa coqueta.
—Paso, estaba siendo irónica.

—Me aburres demasiado —Se puso de pie cambiando su mueca divertida por una molesta, me quedé perpleja ante su cambio de humor.

— ¡Oh! ¡Lo siento! ¡No sabía que estábamos en un jardín de niños y yo era el payaso! —Brame con indignacion a lo que Billy soltó una carcajada divertida mientras se colocaba de pie frente a mi.

—Tranquila, zorrita. Solo estaba jugando —Se mordió el labio provocativamente mirándome a los ojos desde arriba.

— ¿Que tanto me ves? Idiota —Murmuré como una niña y su única reacción fue una sonrisa torpe que me dejo pensativa un momento. Con su mano tomó un mechón de mi cabello entre sus dedos y lo examinó.

—Solo me preguntaba si su color sería natural, para eso debería ver de qué color tienes...

— ¡Las cejas! —Chille viendo como su mirada bajaba por mi cuerpo, me preguntaba con que clase de perturbado mental estaba tratando ahora mismo. Sonrió resignado, diferente a la forma en la que había sonreído antes, arrojó el mechón de pelo sobre mi rostro y tímidamente giró su cabeza dejándome ver en Billy una mueca lo que parecía ser tierna.

—Eres imposible —Soltó entre dientes cosa que me hizo sonreír con orgullo mostrando mi fila de dientes.

Sin vergüenza coloque mis manos sobre los lados de la cadera de Billy y acerque mi cabeza a su pantalón y luego de remojarme los labios tomé del tirador de su cremallera y comencé a bajarla lentamente mientras mis ojos le miraban. Su primera impresión fue de sorpresa, pero luego su gesto había cambiado lentamente hasta plasmar en su rostro una sensación de gozo. Solté una risa entre dientes, este tipo no sabía nada.
Hice presión sobre el botón dorado de su pantalón antes de desabotonarlo, él al sentir tal roce soltó un gimoteo casi inaudible, sonreí provocativamente viendo su extasiado rostro, sus ojos no me miraban, sino que, estaban proyectados en el techo, su boca estaba entre abierta y respiraba de una forma muy agitada.
Daba lugar a mencionar que yo aún era virgen, y que jamás me había acercado tanto al miembro de un hombre pero no era una persona tímida ni mucho menos miedosa, me definía como alguien temeraria.
Su miembro presionaba contra la tela de sus jeans abiertos, su bóxer negro apenas visible presentaba una notable elevación debajo. Me mordí el labio y con un movimiento ágil me lancé hacia atrás en la cama girando hasta incorporarme en el suelo.

—Disfruta de tu ereccion, Billy.
Sonreí cínica y salí de alli.

—Hija de Perra.

Requiem for a Blue Jean [Billy Hargrove]Where stories live. Discover now