Capítulo #16: Sentimientos incontrolables.

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Soundtrack: Use somebdy. - Kings of Leon.

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Hay situaciones que nos ocurren a lo largo de nuestras vidas que nunca esperamos que sucedan; como esos momentos en los que no logramos ni reaccionar ante lo que acontece, esas palabras que decimos y que jamás planteamos comentar, esas cosas que hacemos y no nos damos cuenta de ellas sino hasta después de haberlas cometido. Cuando ya es demasiado tarde.

Lo mismo pasa con nuestro sentimientos y emociones, nos creemos dueños de ellos; capaces de manejarlos a nuestro antojo cuando se nos viene en gana como si de un interruptor se tratase el cual enciendes o apagas según tu estado de ánimo. Pero cuando las cosas se salen de control te das cuenta que esa ilusión de poder sobre tus sentimientos es totalmente falsa; porque no puedes evitar que tus emociones suban hasta el cielo sólo porque no lo consideres correcto. Así como cuando no puedes evitar llorar cuando ves tu película favorita, o enojarte cuando los planes no salen acorde a lo que esperabas, o cuando tu corazón se acelera estando junto a esa persona que se ha vuelto extrañamente especial para ti, o diferente…

Así lo consideres un total y rotundo error, tus sentimientos siempre estarán del lado de la verdad.

*

Se separó del mayor al instante en el que fue consciente de lo que sucedía.

Aturdido y con sus ojos esmeraldas salidos de órbita, intentó que las palabras salieran de su garganta donde se habían quedado atascadas por la impresión.

“¿Qué demonios…?”

 

–Ves, ¡A esto es lo que me refiero! –vociferó Harry, su paciencia se había colmado y lo que hizo el castaño lo dejó lo suficientemente sorprendido como para lograr seguir hablando y no salir corriendo espantado. Primero quería matarlo, luego parecía estar a punto de llorar, ¿Y ahora lo besaba? Algo estaba mal con él. – ¡No puedes tratar a las personas como si fueran tus juguetes! ¡No puedes golpearlas, insultarlas y luego besarlas como si no pasara nada! ¡Está mal!

La expresión de Louis seguía imperturbable, como si no estuviera escuchando nada, cosa que sacó a Harry totalmente de sus casillas, más de lo que ya estaba. Su voz temblaba de la frustración cuando volvió a hablar: – ¡Tú no sabes lo que esa persona puede estar sintiendo por lo que haces! ¡T-tú no, no…

Pero de nuevo fue silenciado, de una manera diferente.

– ¡Por el amor a Dios, sólo cállate y bésame! –dijo Louis al fin, entre exasperado y ansioso. Y, antes de que el menor pudiese siquiera interpretar sus palabras, sus labios habían sido capturados de nuevo.

El menor fue acorralado contra la pared contigua a él; el frío de ésta recorría toda su espalda, aún bajo su ropa. Un par de manos igual de heladas se posaron en sus mejillas tirando de él un poco hacía abajo; la diferencia de estaturas no estaba a favor de su acometedor que se colocaba de puntas para poder alcanzar los labios del rizado. Harry estaba inmóvil, asimilando de nuevo lo que pasaba, sólo que esta vez era incapaz de hacer algo; incapaz de alejarse, incapaz de hablar, incapaz de siquiera parpadear. Un dejavú llegó a su mente reflejando aquella vez, aquella noche, en la que el castaño había hecho lo mismo y él se había dejado llevar porque estaba ebrio y drogado. Pero esta vez la situación era muy diferente; no había alcohol, drogas ni una fiesta de por medio, no había música retumbando en las paredes y tampoco aquella expresión burlona en el rostro del mayor, – quien ahora mantenía sus ojos firmemente cerrados con un dejo de dolor en su expresión; como si de entregar la vida se tratase –. Pero, sobre todo, Harry esta vez estaba totalmente conciente de lo que acontecía; sentía el temblar de las pequeñas manos de Louis sobre sus pómulos mientras le dejaba caricias inseguras, sentía esos labios finos devorar los suyos, que permanecían quietos, con parsimonia y desesperación a la vez, sentía el cuerpo frío de aquel chico junto a él, y sus corazones latiendo casi a la misma rapidez. Sentía una sensación extraña recorriendo cada milímetro de su piel, volviendo un lío sus emociones, pero no era asco o enojo lo que contenía… Era algo agradable, algo único.   

Veinticinco días para amarte [Larry Stylinson] (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora