-Stay Still, Don't Fight-

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Volviendo al presente, Frank se concentró en el chico rubio al oro extremo de la acera. Linda nariz, boca y ojos.

¿Da o recibe?
Piensa Frank, observando al chico quien coloca monedas en un teléfono público.

Le frustra no poder escuchar lo que habla, extraña su oído de demonio, y de nuevo piensa en Gerard.
Gerard...
Ger...
Gee...
Estúpido mortal, una vida tan insignificante que le llevó a perderlo todo.
Que le den.
Que se joda.
Que se pudra su pequeña e inútil alma en el Hellgard.
Que El Acusador le haga ver su maldita vida pendiendo de el hilo que cortaría más adelante.
¡Odium Humani Generis!

Frank se movió a paso lento cruzando la acera hasta llegar al chico, quien, al colgar el teléfono se encontró con el pequeño demonio exiliado sonriendo de lado con los ojos entrecerrados.

-"Hola, soy Frank." Habla extendiendo la mano.

-"Uh, ¿hola? Soy Matt... ¿Te conozco?"

-"¿Oh? No lo creo, soy nuevo en la ciudad, necesito simplemente una dirección..."

-"Ah, yo no soy de New Jersey pero llevo unos meses aquí, tal vez te pueda ayudar."

-"Oh, ¿de dónde eres?"

-"Inglaterra."

-"¿Quieres tomar un café?"

-"Ah yo, tengo qu-"

Matt queda inmóvil, el frío recorre su piel a pesar de estar en el rayo del sol.

-"Escucha niño bonito, vas a aceptar porque yo si quiero tomar ese café, y después quiero que me des, ¿has entendido querido Matt Kean?"

-"¿C- ómo s... abes mi a...- pellido?" Habla el rubio, sin fuerza alguna casi ahogándose sin poder respirar.

-"¡Oh! Qué descortés de mi parte, Forneus Ifrit, a tu servicio, lindo. Ahora, vamos por ese café, ¿qué dices?"

Matt parpadea y logra moverse. El humor cambia por completo y le sonríe con un pequeño sonrojo al de altura más baja:

-"Claro, sería un placer."

Y la sonrisa de Frank se ensancha más, no había perdido su toque.

Dæmon Øjne (Ojos De Demonio.)||Frerard.Where stories live. Discover now