-You Are All To Blame-

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Volviendo a la realidad, Frank continuó caminando por New Jersey, decidió probar suerte de nuevo en los lugares a donde iba el artista, pero no tuvo suerte, también supo que Gerard había cambiado de domicilio, pero no sabía a dónde.

Pasó tanto tiempo caminando que se le olvidó comer, se dio cuenta, por el simple hecho de que empezaba a obscurecer.
El cielo se tintaba de morados y rosas y el sol ya no era visible.

Al estar cansado, se recargó en una pared, la calle estaba tranquila y sólo habían unas cuantas casas frente a una iglesia, respiró profundamente antes de apartar su vista de la calle y sacó una cajetilla de Luckies casi nueva, tomó uno de los cigarrillos, lo colocó entre sus labios y buscó su encendedor en sus bolsillos, sin éxito.

-"¿Necesitas fuego?" Dijo alguien detrás de él.

Se quedó estático en su lugar, ni siquiera sabía qué hacer, su corazón comenzó a latir rápido, muy rápido, podía sentirlo, incluso escucharlo.

Volvió a la tierra cuando escuchó al sujeto reír un poco y entonces se pudo asegurar de que no estaba soñándolo, era su risa.

-"Vamos Frankie, voltea, ¿no me recuerdas?"

El nombrado se giró encontrándose frente a frente con las esmeraldas que adornaban el rostro del chico.
Era Gerard, y estaba ahí parado, sonriéndole un poco, con su cabeza ladeada. El cabello le llegaba aproximadamente a la altura de los ojos, y ahora no era negro, sino castaño claro, su color natural.

Llevaba un abrigo negro, que contrastaba con su palidez, parecía tener frío porque su nariz estaba coloreada de un suave tono rojo.

Sostenía un encendedor, cubriendo con su otra mano la llama para que el viento no la apagara, y lo acercó un poco a Frank.

El más bajo reaccionó y acercó su rostro hacia el encendedor, dejando que quemara la punta del cigarrillo, Gerard sonrío más cálidamente al ver que Frank aceptó su fuego.
Una vez que el cigarro estuvo encendido, Gerard alejó el encendedor y lo guardó en su abrigo, viendo a Frank darle una calada a su cigarrillo y exhalar el aire.

Frank se quedó viendo a Gerard a los ojos, pensando en qué decirle.
Lo odiaba y lo amaba.
Y no sabía qué sentimiento era más fuerte.

-"Gracias."

-"No hay de qué, Frankie."

-"Tu cabello... está diferente."

-"Ah, sí, no lo he teñido desde el accidente." Soltó una pequeña risita.

-"Se ve bien, Gerard."

-"Gracias, tú también estás distinto. Tienes más tatuajes, ya no sólo está mi escorpión favorito."

-"Sí, bueno, he tenido tiempo libre, y me volví adicto a ellos. Ya completé los brazos y tengo una pieza en el pecho."

-"Eso es genial, te ves muy bien, te quedan bien, Frankie."

Gerard insistía en usar su diminutivo, haciendo que Frank sintiera.
Todo.

-"No te he visto desde..."

-"Lo sé, Frank. Te he extrañado. Nunca supe por qué te fuiste sin avisarme. Pero creo que ya no importa, ¿no?"

-"Lo siento, sucedieron muchas cosas."

-"Sí, no lo tienes que explicar ahora. Mejor platiquemos de lo que hemos hecho mientras estuvimos alejados. ¿Me acompañarías a tomar un café?"

-"Claro, Gee."
Y por primera vez, Frank sonrió genuinamente en todo el año. Era una sonrisa honesta, pero no necesariamente bien intencionada.

Dæmon Øjne (Ojos De Demonio.)||Frerard.Where stories live. Discover now