POV Castiel

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Estaba congelado en mi asiento y a pesar de que mi primera reacción era correr hacia Sucrette y detenerla, me mantuve en mi lugar, dejando que se alejara de mí como siempre suelo hacer. No tenía motivos para obligarla a quedarse conmigo. Ella tenía razón, yo era un idiota.

Despues de diez minutos de estar aún sentado en el auto, mirando al espejo retrovisor solo por si acaso, abrí la puerta y salí de él siguiendo los pasos de Sucrette. No tenía que estar muy lejos aún, seguramente podría convencerla de al menos pasar la noche en el piso.

Mi celular seguía sonando con llamadas de Juliet y mientras caminaba a paso lento por las calles, decidí que hablar con ella no era una mala idea así que contesté. Su voz grave llegó a mis oidos y sonaba más ronca de lo normal.

―¿Haz estado llorando? ―Pregunté mirando a ambos lados antes de cruzar por un semaforo, asegurandome de buscar a Sucrette en cada rincón.

―No. Sólo estoy cansada. ―Respondió Juliet al otro lado de la linea.

―¿Entonces por qué llamas?

Se quedó callada. Caminé cruzando otra calle mientras mantenía el celular cerca de mi oido. Tal vez Sucrette estaría en la parada de autobuses.

―Sólo quería saber de ti.

―Estoy algo ocupado ahora mismo.

―Mamá dice que no has estado yendo al trabajo, Castiel.

―Sí, no creo que eso funcione conmigo…

―Eras tú el que quería un buen trabajo por tu novia.

―Ajam…

La chica volvió a quedarse en silencio pero aún podía escuchar su respiración. Sigue caminando y paré en seco cuando vi a Sucrette sentada en un paradero, estaba con su bolso a un lado y miraba fijamente su celular. Me quedé a un par de metros de distancia.

―Juliet, tengo que colgar.

―Espera…

―¿Ahora qué?

―Sabes que siento mucho todo lo que ha pasado. Sé que probablemente debearía mantenerme lejos pero…
Volvió el silencio. Tal vez era yo el que tenía que mantenerse lejos de ella. Tenía una novia y ahora había arruinado todo, pero sabía que la culpa era mia y no de Juliet. Juliet fue la chica que me acompañaba en el bar y escuchaba mis quejas cuando me alejé de Sucrette la última vez. Su padre me dio trabajo, me ayudaron y fue una amiga. Jamas había tenido a alguien así aparte de Lysandro y Sucrette. La estimaba, pero sabía que también la lastimaba.
―Sé que la amas a ella, y eso esta bien… ―Podía sentir su sonrisa a través de sus palabras pero su voz temblaba levemente.

Supe que Juliet tenía sentimientos por mí algunas semanas antes de que Sucrette volviera a aparecer. Una cosa llevó a la otra, y como siempre pasa, terminamos juntos un par de veces. Yo la quería, pero no de esa manera.

Juliet sabía de Sucrette, yo le conté todo cuando tenía ataques de sinceridad estando borracho. Su corazón se rompió, o eso es lo que me dijo, ella creía que realmente podriamos haber tenido algo.

―Ya hemos hablado de esto…

Hace un par de semanas debido a algunas extrañas circustancias volvimos a besarnos. Al segundo yo estaba arrepentido, ella también lo estaba.

Sucrette levantó la vista de su celular llamando mi atención, miraba hacia un auto que se había estacionado, y sin siquiera darse cuenta que yo estaba allí, se puso de pie y camino hasta él. Desde el asiento del piloto bajó Viktor. Mi garganta se apretó. Tomó su bolso y ambos subieron al carro, y así tan rapido como había llegado se fueron.

―¿Castiel? ―La voz de Juliet llegó otra vez.

Maldije en mi mente. Me odie a mí mismo una vez más.

―¿Quieres ir a cenar? ―pregunté.

―Son casi las once… ―susurró ella.

―¿Cuál es el problema?

―¿Y Sucrette?

―Creo que ya no estamos más juntos.

Oí un suspiro de su parte.

―Sabes que me encantaría ir a cenar contigo. Pero también sabes que no es a mí a quien quieres..No seas un idiota. Sólo…haz que valga la pena dejarte ir. Voy a colgar.

Y colgó.

Y ahí estaba yo siendo un completo imbecil de nuevo.

Corazón de melón: Lo intentamos ||LSDP#2Where stories live. Discover now